lunes, 29 de septiembre de 2014

"Escasea todo, menos las mentiras"

Cinismo puro, decir, en la 69° Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que el gobierno ha cumplido con las metas del milenio, cuando los indicadores económicos y sociales muestran, no solo a lo interno de nuestro país, una nación arruinada por la destrucción del aparato productivo nacional, corroída por la inflación y asolada por los altos niveles de escasez de alimentos y medicinas. En nuestra Venezuela escasea todo, menos las mentiras del gobierno. Hay que ser bien caradura, que digo caradura, solo una persona que no tiene vergüenza es capaz de caerle a mentiras a los mandatarios y embajadores de los 193 países que conforman esa instancia.

Recordemos que fueron ocho los propósitos de desarrollo humano fijados en el año 2000, que los 189 países miembros de la ONU (para ese entonces) acordaron conseguir para el 2015. Nicolás esta semana se valió de esas 8 metas, para hablar de un país que solo existe en su imaginario. Bien lo dice ese refrán popular, que primero se cae un mentiroso que un cojo.

Cuántas verdades intentan ocultar con sus mentiras. La mentira número uno, es decir que en nuestra Venezuela fue erradicada la pobreza extrema y el hambre, cuando las propias cifras del gobierno, nos referimos a las del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), dan cuenta que el porcentaje de hogares venezolanos que viven en situación de pobreza pasó de 21,2% a 27,3%. Si hablamos de pobreza extrema también se incrementó, al pasar de 7,1% a 9,8% en 2013, lo que equivale a unos 2 millones más de venezolanos que viven en la pobreza.

La mentira número dos es aseverar que en nuestro país se logró la enseñanza primaria universal, cuando la verdad es que más de 2 millones de niños no acuden a la escuela y otros 800 mil jóvenes, entre 15 y 17 años, están fuera del sistema educativo formal. Este no es el país de las mil maravillas que ellos se esfuerzan en mostrar. Tampoco es verdad que ellos cumplieron la meta número tres, que es promover la autonomía de la mujer. Si la promovieran y sobre todo la defendieran, hoy nuestras mujeres no vivieran el calvario de tener que ir de mercado en mercado y de farmacia en farmacia, buscando alimentos y medicinas. Ni tuvieran que vivir con el alma en vilo, pensando que sus hijos pueden ser los siguientes en formar parte de las estadísticas de la violencia en nuestro país.

Como este gobierno sabe que la verdad siempre consigue la forma de salir a flote, intentan a toda costa hundirla. No es cierto que en nuestro país se haya cumplido el objetivo número cuatro del milenio, que es reducir la mortalidad infantil. La verdad detrás de esa cuarta mentira es que el inicio del año 2014, fue negativo. El Boletín Epidemiológico número 1 del Ministerio de Salud reveló 114 muertes de niños menores de un año y la mortalidad de los recién nacidos de 0 a 27 días concentró 79,8% de los decesos. Las razones frecuentes de los fallecimientos fueron neumonía, sepsis neonatal, prematuridad y enfermedad hialina, las mismas que causaron 118 muertes en la primera semana de 2013.

Y no solo es que no hemos logrado reducir la mortalidad infantil, sino que nuestro país es líder en mortalidad materna. Sí, leyeron bien. Es mentira que cumplimos la quinta meta del milenio. Las cifras hablan por sí solas. 73 madres mueren por cada 100 mil nacidos vivos y al menos 13 de los 23 estados que conforman el país, superan el promedio nacional en 80 por cada 100 mil nacimientos.

¿Sabrán los del gobierno que las causas de la mortalidad materna en nuestro país están asociadas a la pobreza y malnutrición, a las dificultades de las embarazadas y madres para tener acceso a los centros de salud, a los médicos, medicamentos y vitaminas? ¿Qué sentirían los pacientes con VIH, cuando escucharon que Nicolás insinuó que nuestra nación cumplió con el sexto propósito del milenio? Si la verdad es que hoy nuestros pacientes que padecen esta patología, no cuentan con retrovirales en el país y, por negligencia del gobierno, regresaron enfermedades erradicadas como la malaria y otras como el dengue y chikungunya fáciles de controlar, se expanden.

También es un caradurismo decir que alcanzamos el séptimo objetivo, que es garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, cuando acaban de fusionar el Ministerio del área con uno de sus mayores depredadores, que es la cartera de Vivienda y Hábitat. La octava mentira fue hacer creer, que este gobierno fomenta una asociación mundial para el desarrollo. Nada más lejos de esa pretensión y eso debe saberlo nuestro pueblo. Debe saber que este gobierno miente a costa del sufrimiento ajeno.

Tanta es la indolencia, que en su viaje a Norteamérica, Nicolás dijo que repotenciaría el programa que garantiza calefacción a los norteamericanos, cuando, irónicamente, mientras escribíamos estas letras, se fue la luz en 15 estados del país. Pero los problemas de electricidad en Venezuela no son solo de un día, hay comunidades que sufren a diario, como la de Las Tarabas en Zulia, que estuvo 21 días seguidos sin luz; como Nuevo Sucre, en Anzoátegui, que pasó 23 días sin electricidad; como aquí en Caracas, que los vecinos de El Valle y Coche se quejan de que todos los días hay hasta 3 cortes de luz.

Por eso insistimos en decirle a quienes no han abierto los ojos, que es momento de abrirlos. Este es un gobierno continuamente distraído y pendiente de todo menos de lo que le urge atender y ocuparse. Ahora dijeron que enviarían 5 millones de dólares para combatir el ébola en África. Como siempre, extremadamente generosos con los ciudadanos de otros países, pero cruelmente insensibles con nuestro pueblo de Venezuela. Qué no se pudiera hacer con una ínfima parte de esos recursos, en un país donde no hay ni siquiera acetaminofén para los pacientes con dengue o chikungunya.

No se trata de ser indiferentes a las desventuras de otros países, pero las cosas son como son. Mientras haya problemas que resolver en nuestra Venezuela, los recursos deben ir a solventarlos. No puede ser que este gobierno, con tal de comprar lealtades en el exterior, sea luz para la calle y oscuridad para la casa.


Pero todos estos problemas tienen solución, solo se necesita un gobierno serio y responsable, con ganas de trabajar y que tome las decisiones correctas para el beneficio de todos los venezolanos. Urge un gran pacto social con los más pobres, con los más humildes y que sufren para lograr el cambio que Venezuela necesita. No perdamos la esperanza de tener un mejor país, ese sueño podemos construirlo entre todos. Vamos que sí podemos, porque sobran razones para unirnos. 

¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

FUENTE: enriquecaprilesradonski.com/2014/09/28/escasea-todo-menos-las-mentiras/

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