jueves, 28 de enero de 2016

“Salud, la prioridad”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

En las semanas de ejercicio que lleva cumplidas la nueva Asamblea nacional, un frenesí ha asaltado a la población venezolana, y es el de aventurarse a hacer listados sobre las numerosas tareas que tiene por cumplir, clasificándolas en orden de urgencia.

No es para menos, ya que si en algo coincidimos todos los venezolanos que no estamos de acuerdo con la forma como se han manejado las cosas en la última década, es en señalar que es mucho lo que hay que hacer. Y lamentablemente, la mayoría de esas coas no pueden esperar.

Sin embargo, hace pocos días se planteó en este renovado foro de debate, un asunto particularmente sensible: la salud. La mayoría de la Mesa de la Unidad, responsablemente, votó por declarar una crisis humanitaria en el sector salud.

El Parlamento tomó la medida "en vista de la grave escasez de medicamentos, insumos médicos y deterioro de la infraestructura humanitaria", según se lee en el acuerdo aprobado por la cámara. Se trata de un exhorto que le exige al gobierno poner como prioridad la atención de esta emergencia.

¿Por qué llegar a una medida límite como esta? Por muchas razones. La periodista especializada en salud Acianela Montes de Oca, reporta en su cuenta twitter paludismo en Bolívar, Amazonas, Delta Amacuro, Monagas, Sucre, Apure, Zulia y Guárico. Agrega que la enfermedad superó los 136 mil casos en 2015, 52,6% más que en 2014. De 2010 a 2014 la dolencia creció en 135%.

Estamos hablando de enfermedades que llegaron a considerarse extintas en nuestro territorio y cuya lucha para derrotarlas llevó décadas a innumerables profesionales de la salud formados en universidades nacionales. Esta victoria fue una señal clave del paso de lo rural a lo moderno. Hoy hemos retrocedido lo suficiente como para crear alarma.

Debido a la crisis económica que sufre el país, en ocho de cada diez farmacias del país no se encuentran los medicamentos básicos, según la Federación de Farmacias de Venezuela, la misma que agrega que El gobierno debe más de US$3.000 millones a diferentes farmacéuticas y laboratorios, que han debido limitar sus importaciones de medicamentos al país.

A la sesión parlamentaria que votó a favor de la emergencia médica nacional, acudieron familiares de pacientes fallecidos por falta de medicamentos. Desde cáncer hasta enfermedades cardiovasculares se están llevando a los venezolanos por ausencia de medicación adecuada.

Una frase que hemos citado reiteradamente en este espacio, es que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Y creemos que eso es lo que ha pasado con el sector sanitario en nuestro país.

Hace algo más de una década, la Misión Barrio Adentro levantó revuelo en la población, por algo que lucía novedoso, como lo era acercar los centros de salud a las comunidades. Sin embargo, con el tiempo la iniciativa se fue desinflando; quizá porque fue una medida reactiva para reforzar campañas electorales y tras ella no había un buen sustento de fondo. Al día de hoy, 68% de los módulos de Barrio Adentro 1 están cerrados, según información que maneja la MUD.

Adicionalmente, se cometió el grave error de abandonar la red de hospitales públicos venezolanos, entre los cuales existían incluso centros de referencia internacional, excelentes infraestructuras realizadas por diversos gobiernos.

Y lo que es más lamentable, el personal médico venezolano se siente solo y a la deriva. Con escasez de insumos, de medicamentos, a merced de la delincuencia en centros asistenciales, devengando salarios que están muy lejos de cubrir las necesidades básicas y para colmo criminalizados, muchos han optado por partir a otros países donde sí se aprecia su excelente formación y su inquebrantable vocación; y donde además encuentran las condiciones imprescindibles para trabajar.

Y no se trata de un señalamiento al poder ejecutivo para azuzar el enfrentamiento que ya tiene cansados a los venezolanos. Se trata de exigir que se mida la dimensión de lo que padecemos para que lo enfrentemos conjuntamente. Aquí nadie gana y todos pierden cuando se nos van vidas por falta de atención en el sector salud.

¿Qué hacemos? ¿Existen planes prácticos, efectivos, realizables, que atajen esta tragedia? ¿Podemos trazarlos? ¿A cuáles prejuicios tendremos que renunciar para salvar vidas y evitar desde ya que se sigan perdiendo?

Es lamentable que en este tema, que debería convocarnos a todos, no se haya contado con el voto favorable de la bancada oficialista de la AN. Y más allá, que se hayan escudado en justificaciones y situaciones de tiempos pasados, cuando la emergencia ocurre hoy. Si la vida de nuestros connacionales no logra sentarnos a hablar, entonces nada lo hará. Y nos negamos a conformarnos con esa alternativa.


www.daviduzcategui.com

jueves, 21 de enero de 2016

"Primero Justicia Baruta denuncia ante AN fallas del servicio público de agua"

Aseguran que Hidrocapital no cumple con el plan de racionamiento programado



(Caracas, 21 de enero de 2016).- Concejales de Primero Justicia  Baruta y el dirigente político de la tolda amarilla, David Uzcátegui,  acudieron este jueves ante la Asamblea Nacional  para denunciar fallas en el suministro del servicio de agua en el municipio.

Uzcátegui  fue el encargado de entregar la comunicación dirigida al Vicepresidente de la Comisión de Servicios Públicos del parlamento, Jony Rahal. También acudieron los concejales: Darwin González, Armando Machado, Luis Aguilar, Víctor Pérez, Miguel Castillo, Claudio Ripa, Alejando Soto y Rohna Dubaly.

La misiva manifiesta como se está vulnerando, a juicio de los firmantes,  el derecho que tienen los baruteños  al servicio público de agua y contempla un exhorto al parlamento para que los ayude a atender la situación.

“Hoy acudimos ante la Comisión de Servicios Públicos de la Asamblea Nacional en representación de los vecinos del municipio Baruta, recurrimos con suma urgencia ante las fallas reiteradas en el servicio de agua por parte de la empresa del estado Hidrocapital. Todos entendemos la sequía que afecta el país,  pero no se está cumpliendo con el plan de racionamiento programado  y los baruteños pasan hasta cuatro días sin el vital líquido”,  señaló David Uzcátegui.

Indicó además que los vecinos de Baruta han venido realizando reclamos a Hidrocapital,  tanto vía telefónica como a través de las redes sociales, pero el llamado no ha sido atendido. Denuncia que no solo son fallas en el suministro sino también de la calidad, destacando que en muchos casos el agua les llega sucia.

 “Las zonas más afectadas del municipio que presentan fallas en el servicio de agua son: El Placer, Cumbres de Curumo, Prados del Este, Las Minas de Baruta, Santa Fe, Los Campitos, El Cafetal, La Trinidad y el Peñón, entre otras”, aseguró Uzcátegui.

El dirigente político culminó afirmando que privar a los baruteños de este servicio público resulta a todas luces contrario a la cláusula del Estado Social, vulnerándose así los derechos establecidos en el artículo 83 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.


“Emergencia”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

El término que titula este artículo no es nuestro. Lo tomamos prestado del Decreto de Emergencia Económica propuesto por el Ejecutivo nacional. Y saludamos que de parte del gobierno central, por fin se le dé un nombre y un apellido a la grave situación que padece actualmente Venezuela. Nombre que, por demás, es el correcto.

Desde hace mucho tiempo, un grupo de venezolanos había venido advirtiendo sobre el rumbo errado que se le estaba dando a la sobreabundancia de recursos generados por la buena racha de precios petroleros; pero jamás encontró eco en los mandos del país. Hoy, nadamos en el mar de consecuencias generadas por ir a contrapelo de lo que dictaba la sensatez y la prudencia.

Lo cierto es que nos encontramos con una nueva Asamblea Nacional en la cual se impuso el deseo de cambio del país, al dar su confianza a una mayoría incuestionable de la Mesa de la Unidad Democrática. Y no se trata de llevar la contraria al poder Ejecutivo central siempre y porque sí.

El asunto es que alguien, en algún momento, tenía que decir las verdades que nadie desde dentro del mismo gobierno se atrevía a decir. Y la primera tarea del nuevo parlamento es colocar al poder central de cara con sus propios errores, que hoy pagamos todos los venezolanos por igual.

Y lamentablemente, es lo que va a tocar con el mencionado decreto, que si bien parece llegar en el momento justo y reconocer por fin la compleja situación nacional, la aborda desde puntos de vista a todas luces equivocados.

Pide el gobierno carta blanca para “Asignar recursos extraordinarios a proyectos previstos o no en la Ley de presupuestos a los órganos y entes de la administración pública para optimizar la atención de los venezolanos en los sectores de salud, educación, alimento y vivienda”.

Es decir, se solicita no rendir cuentas a la nueva AN respecto a una serie de gastos medulares, que quedarán en manos de quienes no supieron administrar la abundancia; pero piden carta blanca para administrar la escasez y adicionalmente, invitan al nuevo parlamento a renunciar a su función contralora.

El decreto también pide “Dispensar de los trámites cambiarios establecidos por Cencoex y por el Banco Central de Venezuela a órganos y entes del sector público y privado a fin de agilizar y garantizar la importación de bienes o insumos indispensables para el abastecimiento nacional”.

En otras palabras, se propone saltarse la transparencia que debe ser ley en toda administración pública, en nombre de una “agilidad” que quedaría nuevamente en manos de uno solo de los poderes, obviando que hay otro, puesto allí por los mismos electores para ajustar los desequilibrios que nos llevaron a esta emergencia.

Porque si a los números nos vamos, es obvio que muchos de quienes en el pasado votaron por el oficialismo, hoy lo hicieron por la MUD en las parlamentarias; lo que en la práctica sería el llamado “voto cruzado”, opción de los electores independientes en todo el mundo, y una manera de atajar los desequilibrios, que en democracia se curan con el contrapeso de los poderes.

En los años de la bonanza petrolera –recientes, pero ya parecen lejanos- se cometió el error capital que muchos países han cometido en situaciones similares. Era terriblemente tentador importarlo todo. Salía más barato y el dinero estaba allí.

La consecuencia de tan garrafal error fue la desaparición del aparato productivo nacional, muerto de mengua. Ahora, cuando no hay dinero para comprar a manos llenas en el exterior todo lo que necesitemos, la mirada se vuelve hacia adentro y no encuentra capacidad alguna de satisfacer nuestras necesidades.

Ante la situación límite que vivimos, voceros oficialistas llaman al sector privado a producir, a un sector que ha sido criminalizado, señalado y perseguido y que, por tales razones, muestra serias reservas de atender a tal llamado, que de paso no es nuevo y que jamás ha pasado de una serie de buenas intenciones verbalizadas.

Esperamos, que ante el callejón sin salida que ahora nos presiona, haya acciones concretas por parte de quienes tienen el poder en el sentido de trabajar conjuntamente. Sin embargo, aún nos sentimos escépticos. El llamado es tibio, ambiguo, tembloroso. Busca imponer reglas desde el gobierno, más que escuchar a quienes de verdad saben producir. El concepto de lo que realmente significa la palabra “diálogo”, todavía parece lejano en estas nuevas propuestas.

Volvemos al siempre citado editorial de Arturo Uslar Pietri, “Sembrar el petróleo”. De eso se trataba: de invertir y de no derrochar los ingresos de las “vacas gordas”. Y en descargo de quienes hoy gobiernan, no es la primera vez que en nuestro país se comete semejante error. Lo frustrante para nuestro gentilicio, es repetir viejas desgracias que ya habíamos padecido, no aprender del pasado.


viernes, 15 de enero de 2016

¡Es lo social! Y económico...

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Parafraseando una famosa frase utilizada en la campaña electoral de Bill Clinton, y que hacía referencia a la economía, preferimos poner el acento en este momento en lo social.

Y no es que lo económico sea menos urgente en el por demás complejo panorama nacional. Sin embargo, el problema económico –así como toda la agenda legislativa y ejecutiva por venir-, deben enfocarse en lo social con criterio de urgencia.

Cuando empieza a tomar cuerpo el debate sobre la agenda del nuevo Poder Legislativo en la opinión pública nacional, cada quien comienza a trazar su largo listado de asuntos pendientes. Algunos privilegian lo político, otros lo económico, y otros tantos lo social.

Es de verdad muy difícil priorizar. Pero incluso el tono, el matiz y el alcance de las agendas política y económica debe asumirse midiendo milimétricamente la deuda social y la necesidad de rebajar ese pasivo nacional.

Entre las manifestaciones de que sí es posible comenzar a andar a muy breve plazo ese camino, cabe destacar la propuesta llevada al parlamento por el diputado Julio Borges, con el fin de otorgar la titularidad a los adjudicados del a Gran Misión Vivienda Venezuela, en cumplimiento de una de las más emblemáticas promesas de la Mesa de la Unidad Democrática.

El parlamentario de la MUD especificó que hacía dicha entrega a los fines de que a muy corto plazo se pueda hacer la discusión de “la ley que le otorga la propiedad plena a todos los beneficiarios de la Misión Vivienda, para que sean dueños de su futuro”.

En el acto, apuntó un dato que debe movernos a todos en la dirección que mencionamos: Venezuela necesita construir 3 millones de viviendas para que se pueda cubrir el déficit que existe en la actualidad.

Y queremos agregar nosotros que el tema vivienda es un buen ejemplo de lo que hay que hacer para alcanzar las impostergables metas sociales: despojarlas de colores políticos. Lo cierto es que han existido avances destacables en la construcción de viviendas por parte del sector público y eso hay que destacarlo. Pero también se debe subrayar que existen cabos sueltos y el hecho de que los traiga a colación un diputado que no es del oficialismo, no se puede convertir en obstáculo para que sea favorablemente votada.

Recordó Borges, que la urgencia por cumplir esta ambiciosa meta pasa por la generación de empleo, lo cual es una de las características más emblemáticas del sector construcción.

Y utilizamos esta afirmación para hacer el puente con otro de los temas considerados prioritarios, como lo es el económico.

El nuevo gabinete que se ocupará de esta área ha despertado intensas polémicas en los últimos días.

Entre los seleccionados para esta tarea hay personas con experiencia y la capacidad como para tender los puentes entre los altos mandos del Ejecutivo y la realidad nacional, léase los productores particulares que están dispuestos a apostar por el país pero encuentran un panorama adverso.

Retomando lo social, desde aquí hemos planteado que el incremento de la producción nacional es el remedio contra males tan urgentes como la escasez y la inflación, terminología técnica que puede parecer alejada de lo social, pero que está íntimamente ligada en tanto y en cuanto son dos variables que torpedean sin misericordia la calidad de vida del pueblo.

Sabemos también que hay otros funcionarios más ortodoxos en su visión de la economía nacional, la cual abordan desde teorías que parecen divorciadas de lo que realmente sucede. Pero estamos en un momento en el cual los hechos obligan a tomar el riel del pragmatismo, si es que realmente se desean materializar soluciones.

Y sí, hay verdades en lo que han dicho voceros del ejecutivo en cuanto al panorama económico. El precio del petróleo se desploma y no parece haber nada en manos de Venezuela para evitarlo. Adicionalmente, por encima de esta dura realidad, también estamos de acuerdo en que hay que privilegiar la agenda social con recursos cada vez más menguados. Y allí de nuevo la economía se impone ante las mejores intenciones, de las cuales dicen que está empedrado el camino al infierno.

Quizá deberíamos retomar la frase original de Clinton: es la economía. Porque sin los números en orden, no se puede generar el músculo para pagar la deuda social e igualar hacia arriba a los venezolanos garantizándoles su salud, su educación y su techo, entre otras prioridades. Porque como bien lo dijera Borges, queremos un país de ciudadanos.


viernes, 8 de enero de 2016

“Pero tenemos Asamblea”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

A pesar de los temores de los más aprensivos, y frente a los pronósticos más agoreros, la nueva Asamblea Nacional venezolana, ya está sesionando. Su mayoría pertenece a la Mesa de la Unidad Democrática y se pudo instalar sin contratiempos ni violencia.

Toca hoy, cuando vemos la meta cumplida, felicitar a los venezolanos que nunca perdieron la fe, a quienes no tiraron la toalla en el camino y a quienes apostaron a la perseverancia de lo que se ha llamado la ruta democrática.

Y para quienes insistan en ver el vaso medio vacío, les insistimos en que hemos completado uno de los pasos más trascendentales en el camino hacia el cambio para que podamos vivir en un mejor país.

Desde este espacio hemos insistido en las particulares virtudes del ámbito parlamentario para reencontrar a un país. Y, aunque veamos sesiones de tono encendido y palabras altisonantes, creemos que eso ya se está desarrollando ante nuestros ojos.

Allí está ya presente una representación de los dos sectores mayoritarios del país, y los llevaron hasta ese lugar ciudadanos con sus votos, con lo cual se refrenda la avasallante y mayoritaria apuesta de la gente por la institucionalidad, quedando fuera de juego cualquier tentación de violencia.

Si hay algo que celebrar en particular de esta nueva Asamblea, es el hecho de que los medios de comunicación nacionales e internacionales puedan entrar nuevamente el Hemiciclo. Para quienes hemos seguido los debates celebrados hasta el momento, ha sido motivo de aplauso el poder hacer “zapping” entre distintos canales de TV para ver los distintos ángulos de la sesión y contrastar las visiones de cada televisora.

El interesado seguimiento de las sesiones legislativas actuales a través de los medios de comunicación tiene un innegable antecedente que no podemos dejar de traer a colación por su similitud, a pesar de la cantidad de años transcurridos y las enormes diferencias tecnológicas. Fue la Asamblea Constituyente celebrada en Venezuela entre 1946 y 1947.

En las elecciones de aquellos constituyentistas, el 27 de octubre de 1946, se registró una insólita participación del 92% de los venezolanos hábiles para votar, por lo cual fue con una elección parlamentaria que pudimos ver el nacimiento real de la  votación masiva y popular.

Aquellas sesiones tuvieron entre sus oradores a varios de los más agudos intelectuales venezolanos de todas las filiaciones políticas, como Andrés Eloy Blanco, quien presidió la Asamblea, Rafael Caldera o Gustavo Machado. Todos los colores del arco iris político nacional de aquellos tiempos estuvieron representados y al final se dieron la mano para refrendar el nuevo texto constitucional, proclamado el 5 de julio de 1947.

Y quizá lo más admirable de la anécdota histórica, sea la pasión con la que muchos venezolanos siguieron aquellos debates de tanta altura a través de la radio. El único medio que ofrecía inmediatez, un portento para la época, copó la atención de todos, como hoy lo hacen la TV e internet.

También es un ejercicio de democracia el hecho de que podamos ver en periódicos y portales web fotos y reseñas de los entretelones de la vida legislativa. Son las piezas que nos faltan del rompecabezas, y que nos sirven para pintarnos el rumbo que estos nuevos parlamentarios están recorriendo.

Justamente, en esos apretones de manos y sonrisas de pasillo entre las dos bancadas que se enfrentan en los debates es donde descubrimos una clave para reconstruir al país. La vida diaria en el Capitolio creará acercamientos y entendimientos entre los voceros de estas dos visiones de nación que hoy conviven.

Y una vez más, hay que reivindicar a quienes dijeron que la solución para Venezuela era el voto masivo, la única forma de legitimar a los elegidos. Con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas semanas ha quedado así confirmado.

Así como la creación de la luz eléctrica terminó espantando a los fantasmas –si es que alguna vez existieron-, el ejercicio multitudinario del derecho al sufragio desalojó también al “coco” de destinos más oscuros para nuestra nación.

Recordemos hoy que Venezuela es uno de los países con mayor historia parlamentaria en el continente, la cual se inició el mismo año de 1811 y que, a pesar de los turbulentos vaivenes de nuestra vida republicana, se ha mantenido siempre viva, como testimonio de nuestra vocación democrática.

Toca ahora a la ciudadanía vigilar el accionar de sus parlamentarios, pedirles cuentas y propiciar con su interés que en ese foro se debatan los asuntos más urgentes de la vida nacional y se encuentre allí solución a las legítimas aspiraciones que todos tenemos a una mejor calidad de vida.