Por más que hayan modificado la metodología
para calcular el índice inflacionario, creyendo que con ello lograrían
ocultar la realidad, las cifras de inflación intermensual de junio,
julio y agosto (4,4%, 4,1% y 3,9%, respectivamente) revelan que este
gobierno bate todos los récords con la inflación, la cual acumula el mayor salto en 18 años. Según datos del
propio BCV, la anualizada para agosto se ubicó en 60,5%. De no haberse
cambiado la metodología, el comportamiento que vienen mostrando los
precios habría superado 75%, y en la calle es aún peor.
Sigan creyendo que manipulando y maquillando cifras cambiarán y ocultarán el drama por el que pasa nuestro pueblo cada vez
que sale a hacer mercado. Tomando en cuenta las cifras oficiales que el
INE, apenas esta semana publicó, el costo de la canasta alimentaria de
mayo, el cual dicen se ubicó en 4.448,56 bolívares, ya solapaba el salario mínimo de 4.251 bolívares. Además, de qué nos sirve conocer esa información en el mes de septiembre, si ya para el quinto mes del año el dinero de los trabajadores ni siquiera alcanzaba para comer.
La situación está tan dura que, en días pasados, una barloventeña, cabeza de familia,
me contaba que se ha visto obligada a restringir en su casa el consumo
y, por consiguiente, cambiar algunos hábitos alimenticios. Me decía que
en su nevera no faltaba el queso blanco que rallaba para acompañar las
arepas, la pasta y los granos, alegando que no hay nada que rinda más
que el queso rallado, sin embargo, de unos meses para acá lo considera
un lujo. Es el queso o la pasta y los granos, al menos con estos logra
que sus cuatro muchachos tengan la sensación de llenura.
Y
todavía quienes gobiernan a nuestra Venezuela tienen el caradurismo de
decir que la escasez de alimentos es porque nuestro pueblo come más y
que por eso está obeso, cuando la verdad es que los venezolanos se están
alimentado mal, por la ausencia de productos en los anaqueles, la
inflación y el alto costo
de la vida. Este modelo fracasó. Le tiene la vida de cuadritos a
nuestro pueblo, sobre todo al más pobre, que es al que más golpea la
crisis económica, que ellos mismos generaron.
Lejos de tomar las correcciones, el paquete rojo
siguen aplicándolo día tras día. No solo ocho rubros de la canasta
alimentaria aumentaron de precio, sino que luego del supuesto sacudón,
el gobierno, en menos de 15 días, anunció el incremento de 11 categorías de productos
de higiene personal y limpieza. El cloro, lavaplatos y limpiadores, que
se mantenían congelados desde 2012, aumentaron hasta 107%. Los precios
de toallas sanitarias, desodorantes y afeitadoras subieron hasta 130%.
Mientras los servicios, excepto teléfono, subieron en promedio 55,02%.
Pero lo más preocupante dentro de este
panorama, es que buena parte del sector “productivo” de nuestro país
está en manos del gobierno central. Llevan años confiscando y
expropiando empresas y resulta que ninguna de ellas ha elevado su
rendimiento. Ni siquiera muestran el mismo nivel de producción
que tenían cuando eran privadas, todas disminuyeron significativamente.
Un ejemplo de ese fracaso es lo que ocurrió con Sidor y las cementeras.
Todavía se niegan a revisar lo que expropiaron para ponerlo a producir.
¿Qué más tiene que pasar en nuestra Venezuela para que quienes creen
aún en este gobierno se den cuenta que esto no camina?
No están gobernando a nuestra Venezuela, la
están destruyendo y cada vez que altos funcionarios del gobierno
hablan, les mienten a los venezolanos. Nuestro pueblo se pregunta qué va
a hacer Nicolás y su combo con el país. Eso se lo pregunta hasta el
propio pueblo oficialista.
En estos días salieron con el disparate de otorgar créditos en bolívares a un pequeño grupo de empresarios para activar la producción nacional. Sería bueno que le expliquen al país qué proveedor vende en bolívares la materia prima
necesaria para activar la industria, cuando distintos sectores como el
farmacéutico están en mora con los proveedores, porque este gobierno no
termina de liquidar las divisas. Puro espectáculo y propaganda para
hacerle creer a los venezolanos que quieren reactivar la producción
nacional.
Seguiremos insistiéndole a nuestro pueblo que de la crisis salimos cambiando este modelo fracasado por uno que permita producir más
y mejor, capacitar a nuestro pueblo y desarrollar sus capacidades.
Nosotros tenemos el proyecto y las ideas para que los venezolanos sepan
que sí hay una luz al final del túnel.
Hemos planteado la necesidad de implementar
un plan agroalimentario serio y consistente, que permita activar, de
una vez por todas, la producción nacional, el rescate de la autonomía
de instituciones como el Banco Central de Venezuela, para que no
financie los déficit fiscales con la impresión de dinero inorgánico y el
respeto a la propiedad privada, para que se invierta en nuestro país y
con ello generar empleos, salir del estancamiento y la elevada
inflación.
Por eso no dejaremos de insistir que los venezolanos debemos unirnos y organizarnos para hacerle frente a
un gobierno corrupto, que regala a intereses extranjeros los recursos
de los venezolanos y que nos tiene sumidos en esta situación de
dificultad, escasez, inflación y desempleo. Mientras la inflación de
nuestro país es las más elevada del planeta, a nuestros países vecinos
–a quienes este gobierno le regala nuestro petróleo- les toma hasta 8
años llegar a la inflación a la que nos arrastraron Nicolás y sus
enchufados.
Este gobierno lo que sabe hacer bien es
incrementar y profundizar los problemas de los venezolanos. Y no solo se
trata de la situación económica, social y política del país, sino de
las mentiras diarias a las que nos tienen acostumbrados.
Por eso estamos obligados a cambiar esa
realidad. Ese es nuestro compromiso con los venezolanos. Unidos sí es
posible, sigamos adelante, dejemos el miedo, no abandonemos la lucha por
los hijos de esta hermosa patria, que tienen derecho a vivir en un país
de oportunidades y progreso.
¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!
FUENTE: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2014/09/14/paquete-rojo-por-el-pecho/
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