martes, 26 de agosto de 2014

El petróleo no sembrado

 Por David Uzcátegui
@DavidUzcategui



 La bajada de los precios del petróleo en los últimos días, pone nuevamente sobre la mesa la sustentabilidad a futuro de una economía que, como la venezolana, se basa exclusivamente en la venta de este recurso natural no renovable.







En un momento así cabe preguntarse: ¿hemos ahorrado? ¿Hemos invertido? ¿Dónde está el usufructo de los años de mayores ingresos en la historia del país?

El 14 de julio de 1936 apareció en el diario Ahora un artículo firmado por el intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri, titulado “Sembrar el petróleo”. Desde aquel momento, y hasta el sol de hoy, la frase ha calado hondamente en el inconsciente colectivo venezolano. Es un llamado a lo que debería hacerse con el principal recurso del país y hasta este momento no se ha hecho.

Un viejo pero certero principio de la economía, dice que no se pueden poner todos los huevos en la misma canasta. Esto es lo que, peligrosamente y cada vez más, ha hecho Venezuela. Apostar al petróleo como única fuente de sustento.

El actual gobierno alega que el petróleo ahora sí es del pueblo, dado que a través de PDVSA se han financiado diversos programas de asistencia  a la población. Una iniciativa necesaria y plausible; pero es apenas el comienzo de una tarea que aún continúa sin hacerse.

Visto que el petróleo es un recurso natural no renovable, el ingreso que genera no se debería gastar, sino invertir. Así de sencilla es la premisa.

No olvidemos también que el mundo se dirige a minimizar la dependencia del petróleo como fuente de energía. La realidad es que se encuentra en pocos lugares del mundo, su dificultad para extraerlo, procesarlo y transportarlo; así como el hecho de que muchas zonas donde se encuentra estén sujetas a inestabilidad política, se aúnan a lo contaminante de sus emisiones.

Por ello, no nos sirve de nada decir que tenemos petróleo para más de doscientos años. Probablemente mucho antes, -a más tardar en unos 30 años- sea ya un recurso obsoleto. Especialistas en el tema consideran que para el año 2030, en poco más de 15 años, la realidad será absolutamente diferente.

Venezuela ha caído una y otra vez en una resolución facilista de sus necesidades: si tenemos a mano tanta riqueza a través del petróleo, ¿para qué vamos a producir otra cosa?

Pues ya tenemos la respuesta. Aunque parezca que el petróleo va a producir mucho dinero para siempre, la realidad es que no será así. Esta riqueza depende de muchas variables que no son manejables; y más allá de la inestabilidad, apunta a su progresivo desplazamiento por otras fuentes de energía.

Ciertamente no es fácil; pero mientras más tiempo se postergue será más difícil. Y la razón es una: Venezuela crece en la dirección equivocada. Se otorga preferencia al rentismo y al gasto no reproductivo. Si cambiáramos de actitud hoy mismo sería un gran paso; pero aún tardaríamos años en poder consolidar esa otra forma alternativa de hacer sustentable al país.

Es el momento de ver hacia naciones como Noruega o Dubai, que descubrieron el petróleo mucho después que nosotros y han logrado levantar prósperas y diversificadas economías en entornos naturales francamente adversos.

Hemos perdido mucho tiempo y mucho dinero. Todo esto se le resta al bienestar de los venezolanos. Es posible aún aprovechar este recurso para sembrar bienestar sustentable, antes que su importancia disminuya. ¿Cuándo vamos a empezar?

lunes, 25 de agosto de 2014

La muerte está ganando la batalla

A los venezolanos solo circo, es la orden que emana del palacio de Miraflores, al mejor estilo de los gobernantes de la antigua Roma, quienes, con “pan y circo”, mantenían ocupado al pueblo a cambio de sumisión, obediencia, y para sosegar y distraer a los ciudadanos de los asuntos turbios o complicados. ¿Del pan? El gobierno de Nicolás nunca se ha ocupado, ni se ocupará del pan de los venezolanos. En cuanto al circo, debemos reconocer que han sido efectivamente creativos a la hora de hacer circo.

Esa precisamente ha sido la estrategia para intentar tapar la ineficiencia, el caos y el fracaso. Bastante circo para esconder tanta desatención. Delimitar la información y censurar los medios de comunicación, para que los venezolanos no sepamos como hoy, en la Venezuela del siglo XXI, con un barril de petróleo sobre los 100 dólares, el gobierno esté poniendo los Santos Oleos no solo al sistema de salud nacional, sino a cientos de venezolanos, que comenzaron a fallecer por enfermedades fáciles de tratar.

Cómo va a ser diferente si casi todo lo que hace falta para curar no se consigue en nuestra Venezuela: desde medicamentos e insumos tan simples como una aspirina, agujas o jeringas, hasta parafina utilizada en las biopsias para diagnosticar cáncer, las drogas para tratarlo, retrovirales para pacientes con VIH, equipos e insumos médicos para las intervenciones quirúrgicas y material utilizado para los rayos X o hacer resonancias magnéticas.

Recordemos que es el gobierno el que controla los dólares necesarios para comprar suministros médicos y simplemente no hay suficientes divisas disponibles, porque se las robaron. ¿Las consecuencias en el sector salud? Faltas absolutas hasta en 85% de los equipos e insumos de salud y escasez de medicamentos que supera el 60% en todo el país.

Hoy la vida de miles de pacientes, como la de Carmen, una joven de apenas 19 años con una extraña enfermedad, dependen precisamente de esos medicamentos, como la Inmunoglobulina, que no se consiguen. Ella al igual que legiones de venezolanos enfermos de todo el país, es ignorada por quienes hoy gobiernan a nuestra Venezuela.

Nuestro pueblo tiene que saber también que lo que cobran los hermanos Castro por cada médico de esa nación que envían a nuestra Venezuela, aquí se les pudiera pagar a 25 médicos generales que trabajen en las emergencias de un hospital o a 20 cirujanos especialistas. Este gobierno, además ha expulsado del país a 25 mil galenos en 4 años. Nada más en lo que va de 2014, el 60% de las promociones de médicos, egresados de las universidades públicas, se fueron.

Probablemente muchos venezolanos se pregunten si quienes gobiernan nuestro país, ¿sabrán de los 400 pacientes del Hospital Universitario de Caracas, que esperan por sus cirugías o de las 31 venezolanas con cáncer de mama que aguardan para que les extirpen sus tumores en el Hospital Central de Maracay? ¿Estarán al tanto que se han dejado de colocar, nada más en Maracaibo durante los últimos 5 meses, 750 marcapasos al mismo número de pacientes porque no hay? ¿Tendrán conocimiento que en la Maternidad Concepción Palacios, que llegó a atender más de 100 partos diarios hasta hace unos años, ahora sólo recibe entre 15 y 20 mujeres?

¿Habrán visto a los pacientes que salieron a la calle en sus sillas de rueda y cama, exigiendo atención al gobierno? ¿Estarán al tanto de las largas colas que el pueblo debe hacer para obtener una cita médica, que se verifica 5, 6 y hasta 8 ó 10 meses después? ¿Habrán oído de las más de 900 amputaciones de miembros inferiores que se realizaron en los hospitales venezolanos por falta de “stents” periféricos?

Estamos seguros que lo saben, pero se hacen la vista gorda, como bien lo hizo la Defensora del Pueblo, quien magistralmente tuvo la desfachatez de catalogar como una exageración declarar la emergencia humanitaria en nuestro país, por la crisis en el sector salud. Gobiernan sobre la miseria. Es muy fácil hacer declaraciones a la ligera y sobre la base del desconocimiento y el desprecio a la vida de nuestro pueblo.

¿Sabrá esa señora, Nicolás y los Ministros para la Salud y la Felicidad Suprema del Pueblo lo que sienten esos venezolanos y sus familias? Cuánta indolencia y desprecio hacia quienes han condenado a muerte. Queremos recordarle a la Defensora del Pueblo que la salud es la angustia asistencial primordial del ser humano. Pero eso es difícil de entender para quienes no tienen don de gente y actúan como operadores políticos de este impopular gobierno.

Han retrocedido a nuestro país a la medicina de hace 40 años. Están amputando y acabando con la vida de los venezolanos, por eso es momento que nuestro pueblo abra los ojos. Los venezolanos no tenemos que resignarnos ni acostumbrarnos a vivir al borde de la tragedia. Tenemos que impedir que la muerte siga ganando la batalla.

Debemos entender que nadie es ajeno a esa realidad. Que no tenemos que vivir en carne propia una experiencia como la de Carmen y su familia, para de una vez por todas, entender que las cosas en nuestro país no están bien. Que este gobierno fracasó y que es necesario unirnos para impulsar un cambio de modelo que nos permita ofrecer a los venezolanos salud con calidad. Vamos que sí podemos. Unión más que nunca para que tengamos un país mejor para todos. 

¡Que Dios bendiga a Venezuela!

FUENTE:  http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2014/08/24/la-muerte-esta-ganando-la-batalla/

miércoles, 20 de agosto de 2014

Ahora son las “mafias”

Cada vez que los problemas desbordan la capacidad de “control” del gobierno, en vez de asumir su responsabilidad, optan por trasladarla y achacársela a otros. Tal y como si se tratara de una práctica de Estado en nuestra Venezuela: la culpa nunca es de ellos.

Comenzaron diciendo que la crisis en nuestro país es producto de la guerra económica que dirige el Imperio, el Capitalismo y/o agentes externos. También responsabilizaron a empresarios y comerciantes. Ahora resulta que son las “mafias” y los contrabandistas.

¡Y, ojo! No estamos justificando a esas personas, más bien hay que escudriñar, indagar, averiguar quién o quiénes están detrás de esas “mafias”. ¿Quiénes las dirigen? Quiénes son los que chantajean y juegan con las necesidades del pueblo, ese mismo pueblo al que el gobierno le niega oportunidades y esas “mafias” aprovechan para reclutarlos.

Además, el gobierno tiene la obligación de explicar al país, cómo pasa el contrabando por nuestras fronteras, si están militarizadas. Los venezolanos no somos tontos y sabemos que detrás de esas “mafias” están algunos enchufados, el propio gobierno guisando y haciéndose ricos a costa de las necesidades de otros.

Por eso catalogamos como una verdadera estupidez pensar y hacer creer que cerrando la frontera se resolverá el contrabando y por ende el drama de la escasez en nuestro país. Cerrar la frontera es como cerrar las calles para que no haya inseguridad. O cerrar los hospitales para que no haya enfermos. Esta decisión es otro ejemplo del fracaso y tratar de tapar tanta incapacidad. El problema de la frontera es consecuencia del modelo, de la complicidad del gobierno y de la impunidad.

Sin duda, esta decisión que, por cierto, tomó de manera unilateral el gobierno de Nicolás, fue con la finalidad de evadir, como siempre, su responsabilidad y para hacer creer a nuestro pueblo que están haciendo algo para “solventar” los entuertos económicos que ellos mismos generaron.

Estamos seguros que si el gobierno ofreciera oportunidades, el escenario en nuestros estados fronterizos sería otro. Si este gobierno no hubiese destruido el campo, las industrias y la producción nacional, la realidad es que hoy produjéramos muchos productos Hechos en Venezuela no solo para cubrir el mercado nacional, sino para que cientos de camiones salieran de nuestro país cargados de alimentos, medicinas, artículos para la limpieza y el cuidado personal, además de combustible para exportar.

Pero lejos de rectificar, las soluciones y los anuncios de nuevas medidas económicas no garantizan un viraje, sino seguir manteniendo el mismo modelo que ha conducido a nuestra Venezuela al caos económico más dramático de la historia de nuestro país. La crisis económica sigue y seguirá hasta que no se produzca un cambio en nuestra nación.

Como solución al problema con el combustible, en una reunión de la Comisión de Energía de la Asamblea Nacional, la bancada oficialista propuso lanzar “soluciones electrónicas”. Pretenden implementar un chip en todos los rincones de nuestro país, como una manera de racionar el consumo de gasolina. Un racionamiento que no se justifica, al igual que el aumento, cuando el gobierno regala anualmente 7 mil millones de dólares de nuestro petróleo a intereses extranjeros.

Los venezolanos estamos en todo nuestro derecho de exigir al gobierno que deje la regaladera. Nuestro pueblo no tiene por qué pagar el subsidio a gobiernos extranjeros por razones políticas. Además debemos preguntarnos por qué la insistencia de quienes están en el gobierno de implementar esos chips. ¿Quiénes están detrás de las empresas que distribuyen esos chips? ¿Cuántos dólares deja ese negocio?

Tanto que se jactan y hablan de la patria, esa no es la patria que quería nuestro Libertador, Simón Bolívar. Nuestra Venezuela necesita ser gobernada por gente seria, servidores que realmente enfrenten los problemas y no busquen salidas irreales. Por allí algunos de los “genios” de este gobierno insisten en vender Citgo, como una solución a la escasez de dólares.

Ellos no pueden unilateralmente vender Citgo. Pdvsa es de todos los venezolanos y una decisión como esa pasa necesariamente por la aprobación del pueblo venezolano.

Hoy, además somos una economía de puerto, que importa más del 80% de los bienes y servicios que consumimos.  Cuando tenemos tierras, recurso humano y todo lo necesario para ser un país productor y exportador. Cuántos recursos le entrarían a nuestro país y pudieran invertirse en los venezolanos, si activamos la producción nacional.

Seguiremos insistiendo en que la única manera de superar la crisis económica es que el esfuerzo público y privado se ponga de acuerdo, para generar la confianza necesaria y atraer la inversión. Con más alcabalas, controles y más corrupción no se resuelve el caos económico. ¿La verdad? Es que con este modelo no saldremos nunca de la crisis. El drama de la escasez y la inflación sí se puede resolver. Basta con poner a producir nuestro campo, nuestras industrias y todas las empresas expropiadas que hoy no producen.

Esto tenemos que explicarlo en todos los rincones del país. Que todos los venezolanos asumamos el camino que hay que transitar para salir del caos en que nos encontramos y presionemos hasta alcanzarlo. Una tarea de mucho trabajo, pero que nos permitirá lograr el ansiado cambio. Vamos que juntos sí podemos. 

¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

FUENTE: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2014/08/17/ahora-son-las-mafias/

domingo, 10 de agosto de 2014

"La Gasolina…"

Quienes están en el gobierno siguen empobreciendo a nuestro pueblo. Merece todo el rechazo que sabiendo las dificultades (inflación, escasez y deterioro del poder adquisitivo) a las que los venezolanos debemos enfrentarnos a diario, anuncien el aumento del precio del combustible. Medida con la que, lejos de resolver la profunda crisis económica, menoscabará aún más el poder adquisitivo de nuestro pueblo.

Recordemos que el aumento de la gasolina tiene efectos directo sobre los costos del transporte público y sobre el transporte de carga de bienes y servicios, situación que conducirá a un incremento en las adquisiciones de productos tanto alimenticios, como farmacéuticos, calzados y textiles.

Al hacer el anuncio, el gobierno aseveró que en el país se daría un debate sobre esta decisión que a todas luces ya está tomada. Lo del debate fue pura oratoria, retórica y engaño. Bastó con escuchar a uno de los responsables de que hoy nuestra Venezuela sea una verdadera “debacle” económica en nuestra América Latina, recordarle a nuestro pueblo que ellos son el gobierno y que, por consiguiente, son quienes toman las decisiones. ¿Qué les importa lo que piense el pueblo?

Después de llevar meses, incluso años, diciendo que no hay problemas de liquidez, que no necesitan devaluar, ni aumentar la gasolina para cubrir el gran gasto público, cambian la seña. Tienen el agua hasta el cuello. No hay dinero en caja. Se quedaron sin liquidez y ya no hay “Dakazo” que pueda ayudarlos a esconder la verdad de la debacle.

Una vez más meterán la mano en los bolsillos de los venezolanos, para auto financiarse y para continuar costeando los onerosos regalos que le hacen a intereses extranjeros. Nos parece injusto que mientras a los hermanos Castros se le regalan 100 mil barriles diarios de petróleo, China solo cancela 250 mil de los 500 mil barriles diarios que se le envía y otros gobiernos “hermanos” reciben las mieles sustanciales de la renta petrolera, a los venezolanos se nos meta por el pecho ese aumento.

Parte de la tragedia económica que vive nuestro país, se debe precisamente a tener que mantener el flujo de petróleo que se produce en nuestro país, a esos gobiernos en condiciones especiales y con pagos, que son una verdadera burla, como recibir arroz como método de pago. A esto hay que agregarle la caída de la producción de petróleo,  producto de la ineficiencia de quienes están al frente de Pdvsa. En nuestro país, Pdvsa llegó a producir 3.3 millones de barriles diarios, de los cuales 3 millones se exportaban.

Hoy la realidad es otra. Según el Plan Siembra Petrolera, en el país ya se deberían estar produciendo 5,8 millones de barriles de petróleo. Sin embargo, no han alcanzado la meta que prometieron. Actualmente, se producen 2.7 millones de barriles diarios. Menos producción se traduce en menos recursos para invertir en los venezolanos. De haber alcanzado lo previsto, el país tendría hoy unos 45 mil millones de dólares adicionales, recursos que administrándose con transparencia, hubiesen permitido construir nada más en un año, 1.900.000 casas, 9.000 escuelas o 2.300 hospitales.

Nuestra Venezuela tiene las reservas petroleras más grandes del mundo, pero solo generamos 3,5% de la producción mundial. Una gran contradicción, como todas las contradicciones de Nicolás y su gobierno.

Los venezolanos tenemos el derecho de preguntarle al gobierno, ¿por qué hoy se produce menos petróleo? ¿Por qué se tiene que importar gasolina y gas? ¿Por qué hay tantos accidentes laborales en nuestra industria petrolera? Nuestro pueblo tiene que exigir esas y otras explicaciones. Y el gobierno tiene la obligación de rendir cuentas al país, explicar ¿por qué se quedaron sin dinero? ¿A las cuentas bancarias de quién o quiénes fueron a parar los 25 mil millones de dólares que se robaron de Cadivi?
Además, deben explicar también quién o quiénes manejarán esos fondos que dejará el aumento de la gasolina. ¿Será Rafael Ramírez? ¿La directiva del partido del gobierno? ¿O serán destinados para tapar los huecos dejados por la incompetencia de la que hacen gala?

Insistimos en que la crisis económica que vive nuestra Venezuela puede superarse, la inflación bajar y sí es posible recuperar el poder adquisitivo de nuestro pueblo. ¿Cómo lo logramos? Cambiando el modelo por uno que permita revisar las políticas petroleras, transparencia en el manejo de la industria petrolera, mejorar la producción y que los ingresos petroleros se traduzcan en beneficios para los venezolanos.

Al país le presentamos nuestra propuesta de duplicar la producción, con la que se pudieran triplicar los ingresos para invertir en los venezolanos, manteniendo el consumo interno y hasta, incluso, manteniendo algunos convenios.

Actualmente estamos intercambiando barriles de petróleo por productos que perfectamente podrían ser Hechos en Venezuela; como carne, arroz y caraotas. No dejaremos de insistir en la importancia de aprovechar la gran vocación emprendedora que tiene nuestro pueblo, aprovechar ese talento y convertir la renta petrolera en el punto de partida para llenar de progreso esta hermosa patria, hija de Bolívar.

Así que todos debemos preguntarnos, ¿hace falta aumentar la gasolina? ¿Qué debe hacerse primero? No creen ustedes que primero debemos exigir que dejen de regalar nuestro petróleo; segundo, aumentar la producción y cumplir lo que ofrecieron; tercero, usar el ingreso para desarrollar nuestra industria y bajar las importaciones, para tener más ingresos con los que podamos atender nuestras necesidades; cuarto, acabar con la corrupción que roba al pueblo y; quinto, abrir debate sobre el precio del combustible.

De las pocas cosas que nos quedan a los venezolanos hoy es tener ese precio del combustible, del resto prácticamente nada sirve. Ustedes creen que ese nuevo dinero a dónde irá. Allí también es el debate, el del fondo, el del modelo corrupto que quiere mantenerse a la fuerza. Señores del gobierno den el debate, el país lo quiere y ya. 

¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

FUENTE:  http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2014/08/10/la-gasolina

"Unidad, unidad, unidad"

Por David Uzcátegui
@DavidUzcategui


La discusión que se ha estado librando en la opinión pública respecto a la Mesa de la Unidad Democrática, alcanzó esta semana su clímax con la renuncia de su secretario ejecutivo, Ramón Guillermo Aveledo.

La MUD está recibiendo constantes e intensos ataques, no solamente desde fuera, sino provenientes de sus propios miembros. Es lógico que esto suceda, porque ha habido resultados adversos en varias de las metas que se ha propuesto la coalición unitaria. Sin embargo, es inaceptable olvidar los logros alcanzados en circunstancias adversas y con un trabajo sobrehumano.

Fue Simón Bolívar quien, el 15 de febrero de 1819, pronunciara ante el Congreso de Angostura aquella frase que quedó para la historia: "Unidad, unidad, unidad, debe ser nuestra divisa". Y se nos ocurre citarla en este momento, porque el pensamiento del Libertador es patrimonio de los venezolanos y no hay ninguna más adecuada ante el momento que está atravesando la coalición de quienes proponemos una alternativa de gobierno para Venezuela.

Sin embargo, el tono lapidario y definitivo de las críticas, nos impulsa a un llamado: estamos ante el modelo más válido para hacer contrapeso a la actual administración, y para eventualmente consolidar una opción de poder. Recurriendo al lugar común, no es perfecto pero sí perfectible.

Si alguna palabra debemos reivindicar es la política, entendida como el arte y el oficio de conseguir poder para administrarlo en función del bien de la ciudadanía. En este sentido, cabe el llamado a convivencia a quienes piensan distinto pero tienen un objetivo común.

Las coaliciones partidistas son el pan nuestro de cada día en la historia y en el mundo. No solamente son válidas, sino también necesarias, como un ejercicio de la política del más alto nivel, entendida esta no solamente como un medio para alcanzar grandes objetivos; sino también como un paso necesario para alcanzar fines elevados.

El mismo gobierno ha recurrido una y otra vez a coaliciones unitarias. De hecho, llega al poder con lo que, en la segunda mitad de los años 90 del siglo pasado, se llamó el Polo Patriótico. Incluso, y cuando tenía aún una gran cuota de poder, el oficialismo se lanzó a intentar unificar bajo una sola cúpula a toda la coalición de partidos, momento en el cual nació el Partido Socialista Unido de Venezuela.

En aquel momento sostuvimos que era un paso errado, y el tiempo nos ha dado la razón. La pluralidad dentro de las coincidencias era la fortaleza de aquella propuesta que ganó las elecciones en 1998.

El intentar unificar y uniformar esos matices, trajo a la tolda roja deslave y desencanto. La muestra fue la baja asistencia a sus comicios internos, hace pocas semanas. Por tanto, quien sostenga que hay que uniformar el pensamiento opositor, debería ver este ejemplo.

Sí, quienes convivimos en la MUD celebramos ser distintos, y creemos que es nuestra fortaleza. Que la coalición se reinvente es definitivamente una tarea urgente; pero con base en el diálogo y el consenso. Que sea puertas hacia adentro y no con enfrentamientos de micrófono. Y sobre todo, conscientes de que la circunstancia exige que se preserve y robustezca la unidad.

Valga un reconocimiento al doctor Aveledo y a su desprendido gesto de renunciar para permitir que entre un nuevo aire al colectivo democrático. Le apostamos a la autocrítica y al entendimiento entre ciudadanos que han decidido hacer de la política su oficio.


Foto: El Nacional

lunes, 4 de agosto de 2014

"Ni un diluvio de dólares…"

La calidad de vida de nuestro pueblo sigue deteriorándose. El peregrinaje por varios mercados para conseguir un determinado producto, no se limita a los alimentos. Los venezolanos sufrimos para encontrar medicinas, artículos para el cuidado personal, productos de limpieza, entre otros, que cuando se encuentran, nuestro pueblo debe hacer magia para adquirirlos, ya que la plata no alcanza.

Estas y otras dificultades, que hoy vivimos los venezolanos, son producto de la crisis económica que generó el mismo gobierno, quienes ciegos por los obscenos ingresos petroleros, con un barril por encima de los 100 dólares, se dieron a la tarea de destruir el aparato productivo nacional, mediante una política de nacionalización, confiscación y expropiación de tierras y empresas privadas, que hoy no producen porque son “administradas” por funcionarios deshonestos e incapaces.

Con la destrucción de lo Hecho en Venezuela, el gobierno se dedicó a importar todo lo que dejamos de producir en el país. Nos convirtieron en una economía de puerto, dependiente del petróleo. Pero detrás de la importación de alimentos y otros bienes, ¿cuántos guisos no hay? Cuánto dinero ha ido a parar a cuentas bancarias de empresas de maletín, constituidas por esos a quienes nuestro pueblo bautizó como los enchufados. Fueron más de 25 mil millones de dólares y no hay un solo preso, peor aún, ni un solo citado.

No han informado al país los nombres de esas empresas, pero unas dos veces al mes sí publican la lista de cientos de personas naturales que deben rendir cuenta en qué gastaron los pocos dólares. Hay que ser bien cara e’ tabla para insinuar que la escasez de dólares es producto de los “raspacupos”, cuando todo nuestro pueblo sabe que  esos reales se los embolsillaron ellos.

Pero lejos de rectificar, este gobierno sigue lanzando a nuestra Venezuela a un abismo. El anuncio de un conjunto de medidas no resolverá la profunda crisis que sufre la economía, porque  no atacan los factores que generaron los desajustes económicos. Antes de dejar de regalar nuestro petróleo, para comprar lealtades de gobiernos extranjeros, altos funcionarios insisten en aumentar la gasolina y en la unificación cambiaria. No les importa el impacto que estas medidas tendrán sobre la vida de los venezolanos.

Nicolás continúa endeudando a nuestro país e hipotecando el futuro de los hijos de esta patria. El gobierno busca oxigenarse con el nuevo endeudamiento, por más de 5 mil millones de dólares, con China. Pero nada más lejano a esta pretensión. En nuestro país puede caer un diluvio de dólares, pero si el modelo no cambia, la crisis continuará y se profundizará. ¿La razón? El problema es el modelo. Los dólares no se destinarán a resolver los cientos de problemas, sino que volverían a perderse en el camino.

Además, el endeudamiento hace que los ingresos petroleros disminuyan por los compromisos del gobierno con la nación asiática. Recordemos que los únicos recursos que entran a nuestra Venezuela son los que provienen del pago de 800 mil barriles diarios que le vende nuestro país a Estados Unidos. El resto de los barriles, 2 millones, si es verdad que la producción real es de casi 2.8 millones de barriles, salen sin producir un dólar, porque 700 mil son destinados para el consumo interno, 100 mil barriles se van diario para los hermanos Castro, 550 mil barriles se le entregan diario a los chinos a cambio de pantalones, motos y carros, 377 mil barriles los han entregado, en condiciones preferenciales, a otros países, sin mencionar lo destinado a Petrocaribe.

Ese eslogan de que Pdvsa es del pueblo es puro cuento. Pura propaganda para tratar de vender una mentira. Seguiremos insistiendo en la necesidad de utilizar el petróleo como la gran palanca para diversificar nuestra economía y superar la crisis.

Una manera de diversificar la economía es con la creación y el desarrollo de industrias. Para que haya industrias, se necesita más inversión; para que haya más inversión, es necesario generar confianza y la confianza solo se logra con políticas públicas que respeten y entiendan que el esfuerzo privado es un elemento importante en el desarrollo de nuestra Venezuela.

No basta con informar que altos funcionarios del gobierno sostendrán reuniones con inversionistas extranjeros, sino se adoptan medidas que permitan a esos inversionistas tener confianza, porque el problema de este gobierno es que hoy dice una cosa y mañana otra. La confianza se genera con la institucionalidad y reglas de juego claras, que se mantengan en el tiempo.

A los inversionistas lo que hay que ofrecerles, como mínimo, es un marco jurídico estable, porque nadie vendrá a nuestra Venezuela a invertir sabiendo que en cualquier momento lo pueden expropiar. Si este gobierno no cambia el modelo, sigue haciendo las cosas iguales y no corrige los factores que generaron la crisis económica más grave en la historia de nuestra Venezuela, lo que estamos viviendo empeorará.

Nos referimos a la inflación, al deterioro del poder adquisitivo, a la escasez, además no olvidemos que la economía salpica áreas como la seguridad, educación, salud, turismo, y servicios públicos. Ya sabemos por qué nuestra Venezuela no está bien.

Pero en las manos de cada uno de nosotros está la posibilidad de cambiar esta realidad. Juntos estamos llamados a construir una nación llena de muchas industrias, un país lleno de oportunidades, en el que el pueblo pueda comer bien, vivir bien y dormir tranquilo. No dejaremos de trabajar, ni un solo minuto, hasta ver realidad ese sueño.

Al momento en el que terminaba de escribir estas líneas, anunciaron al país la que se abría un debate sobre el aumento del precio del combustible. Señores del gobierno, ¿cuándo y dónde es el debate? Aceptamos el mismo. 

¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

FUENTE: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/