lunes, 30 de junio de 2014

Muchos caciques…

A Migdalia la conocí hace ya unos meses en un Gabinete Parroquial que hicimos en Agua Clara, una comunidad de nuestro Barlovento. Traigo al presente mi conversación con ella y con otros vecinos, porque hoy más que nunca sus reflexiones deben ser leídas por otros venezolanos. Ellos no podían concebir tanto egoísmo, nepotismo y mezquindad por parte de quienes hoy gobiernan a nuestra Venezuela.

Decía que el problema en nuestro país es que hay muchos “caciques” y poco indio. En Venezuela “manda” nadie y “mandan” todos.

Y eso es precisamente lo que hemos visto estos últimos días. Hemos visto cómo los “caciques” que gobiernan nuestro país y otros que ocuparon altos cargos, luego de repartirse las “parcelas”, hoy se señalan entre ellos como corruptos y traidores. Todo esto bajo la mirada atónita de millones de venezolanos que vemos cómo nuestros problemas se agravan, mientras la politiquería continúa ocupando la agenda de quienes deberían generar soluciones a la grave crisis económica, política y social que hoy vivimos en nuestra nación.

Migdalia tuvo la habilidad para comparar eso que algunos llaman el Socialismo del Siglo XXI, con el Caciquismo del Siglo XIX, porque fue a esa época a la que nos devolvieron esos “caciques”. Y justamente la profunda crisis, de todo tipo, que hoy vivimos en nuestro país, es producto de esa forma distorsionada de gobierno que tiene el control de sus ciudadanos a punta del miedo que infunden y de la violencia que propagan como pólvora.

Hoy como nunca, en estos 15 años, vemos a esos “caciques” moverse literalmente con un cuchillo en la boca, para cuidar las parcelas (ministerios e instituciones donde manejan millones y millones de dólares) que controlan. Han demostrado ser capaces de hacer cualquier cosa para no perder su cuota de poder. Por eso la frustración de Migdalia, sus vecinos y millones de venezolanos cuando escuchan a los del gobierno hablar de libertad, independencia y de una “sociedad más justa”.

Cuando uno los escucha, uno se pregunta ¿justa para quién? ¿Para ellos que se enriquecieron con el manejo discrecional de los recursos de nuestro pueblo? ¿Puede hablarse de justicia social, en un país en el que todos los días hay más venezolanos que se acuestan sin comer? ¿Cómo puede entender nuestro pueblo la libertad de la que hablan?

Estoy seguro que Migdalia entenderá el concepto de libertad, independencia y justicia cuando pueda darles los tres golpes a sus cuatro muchachos. Y no nos referimos a los golpes secos o mojados, a los supuestos planes conspirativos y a la guerra económica de la que tanto le gusta hablar a Nicolás cada vez que se ve en aprietos y debe rendirles cuenta a los venezolanos. Nos referimos a las tres comidas que esta venezolana no puede garantizarle a sus hijos.

En nuestra Venezuela podremos hablar de libertad, cuando Carlos, vecino de Migdalia, cuente con carreteras agrícolas, que le arrebataron a los estados, en buen estado para poder sacar de Agua Clara su pequeña producción de plátano y logre venderla en los mejores mercados. Nuestro pueblo será libre el día que reciba la totalidad y no las sobras de la renta petrolera. Seremos libres el día en que los recursos se inviertan en la construcción de hospitales, escuelas y obras de infraestructura social que generen muchos empleos de calidad, para generar oportunidades y que 9 millones de venezolanos puedan salir de la pobreza.
Bien lo dijo Nelson Mandela: “La  eliminación de la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia. Es la protección de un derecho humano fundamental, el derecho a la dignidad y a una vida decente. Mientras persista la pobreza, no habrá verdadera libertad”.

Así como Migdalia y Carlos no creen en la libertad que tanto pregona este gobierno y sus “caciques”, hay cada vez más venezolanos desilusionados, conscientes de que ese proyecto caducó, víctima de la corrupción y de tanta ineficacia. Ya nadie le cree a Nicolás y por eso anda por ahí exigiendo lealtad, reconocimiento y legitimación, no solo a los seguidores del proyecto del presidente Chávez, sino también ha tenido la desfachatez de exigirlo a nuestra Fuerza Armada, que deben permanecer siempre institucional. Pero por más lealtad que pidas Nicolás, ya nuestro pueblo te conoce, sabe quién eres y en cualquier momento te cobrará una factura que tu sabes tienes pendiente con los venezolanos.

No puede ser que este gobierno tilde de traidor a quien, dentro de su mismo proyecto, exigen que se le rinda cuentas al país, por ejemplo, de las actuaciones de Cadivi que se robaron 25 mil millones de dólares que debieron destinarse para incentivar el campo y apoyar a nuestros emprendedores. Reiteramos nuestra invitación a quienes formaron parte del partido del gobierno, que quieren cambio frente a este caos, a sumar esfuerzos para lograrlo. El cambio es que en nuestra Venezuela podamos tener un gobierno honesto.

Hoy queremos reiterarle a nuestro pueblo, que precisamente son los sueños y las esperanzas de los 30 millones de venezolanos lo que nos mueven a diario. No descansaremos hasta que nuestro pueblo sea verdaderamente  libre. Tenemos la responsabilidad histórica de construir junto a los venezolanos, un país en la que los ingresos petroleros se manejen de manera transparente y sostenible, con un uso que responda a los principales problemas y tenga en el petróleo una palanca que permita construir oportunidades para todos por igual y no vaya a parar a los bolsillos de esos “caciques”.

No permitamos que el miedo y el chantaje nos hagan perder la esperanza. Eso es  precisamente lo que ellos quieren, para atornillarse en el poder. Este gobierno para intentar “brillar” siempre ha buscado “apagar” la luz de nuestro pueblo. Los venezolanos están en su derecho de buscar algo mejor, les pido no sean conformistas. Tenemos el mejor país del mundo y nos sentimos orgullosos de ser venezolanos, vale la pena seguir luchando.

Aprovecho hoy, 29 de junio, para saludar a todos los Pedro y Pablo, hoy en el día de San Pedro y San Pablo, y con especial afecto a nuestra Parranda de San Pedro, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 

 ¡Que Dios los bendiga!

viernes, 27 de junio de 2014

David Uzcátegui: “Promovemos el deporte en los barrios de Baruta para fortalecer valores y brindar una sana convivencia”

(Baruta, 27 de junio de 2014).- El Secretario Nacional de Asuntos Municipales de Primero Justicia, David Uzcátegui, presentó este viernes un balance de las actividades realizadas en los sectores populares de Baruta durante la celebración del Mundial de Fútbol 2014, a través del proyecto social "El Mundial en mi Barrio", iniciativa que busca crear espacios para la convivencia y el fomento del deporte.

Uzcátegui explicó que en Baruta aprovecharon la oportunidad que les brinda el Mundial, para promover una nutrida agenda de eventos deportivos en los barrios de la jurisdicción, con el firme propósito de alejar a los niños y jóvenes de la delincuencia, las drogas y el ocio.

"Promovemos el  deporte en  los barrios de Baruta para fortalecer valores y brindar una sana convivencia.  Un balón en las manos de un niño, es una arma tan poderosa como  un libro  y promete un futuro lleno de oportunidades, ese es el trabajo social que estamos realizando en estas comunidades", indicó.

Explicó que durante los días de la ronda eliminatoria, los habitantes de los sectores: Santa Cruz del Este, Las Minas, Las Minitas, Ojo de Agua, Hoyo de La Puerta y Monterrey no solo disfrutaron de los partidos en pantalla gigante, sino también los niños y jóvenes pudieron participar en diversas clínicas deportivas.


"Entramos  al  corazón de  nuestros  barrios y les regalamos a nuestros niños  y  jóvenes la oportunidad de participar  en clínicas deportivas  de  Fútbol,  para  que aprendieran  los fundamentos básicos de esta apasionante  disciplina. También  realizamos  más  de  40  competencias  Cobró  Penalti,  alrededor de 60  partidos  de  categoría  menor  y  25  partidos  para  adultos. Obsequiamos  más de  100 balones     y 200 meriendas más hidratación", señaló David Uzcátegui.

El  Secretario Nacional de Asuntos Municipales de Primero Justicia, concluyó ratificando el compromiso de continuar trabajando por la gente menos favorecida de la jurisdicción y brindándole alternativas que les permitan tener una mejor calidad de vida.

"El proyecto social El Mundial en mi Barrio continuará, ahora nuestros sectores populares disfrutarán de los octavos de final con diversas actividades que hemos preparado para promover valores en la comunidad. No vamos a descansar hasta hacer de nuestros barrios de Baruta un mejor lugar para vivir", expresó Uzcátegui.
  



lunes, 23 de junio de 2014

"Si el petróleo se sembrara"

Nos encaminamos hacia los 80 años del célebre artículo de Arturo Uslar Pietri titulado “Sembrar el petróleo”, el cual apareció el 14 de julio de 1936,  a modo de editorial,  en el diario caraqueño Ahora. La frase caló hondamente en el inconsciente colectivo venezolano, y se repite hasta el día de hoy.  

Era una muy temprana campanada, advirtiendo lo que se debía hacer con una riqueza que tuvimos la fortuna de encontrar en nuestro subsuelo, y que, con el tiempo, también aprendimos a controlar. Los primeros años de su explotación sucedieron, ciertamente, en situación muy desventajosa para el país y favorable a las petroleras multinacionales que conocían del negocio. Sin embargo, con el correr del tiempo nos fuimos posesionando de esta valiosa riqueza, con históricos procesos tales como la nacionalización petrolera de mediados de los años 70 y la apertura petrolera de la segunda mitad de los 90 del siglo pasado.

Decía Uslar, hace casi 78 años: "Urge aprovechar la riqueza transitoria de la actual economía destructiva para crear las bases sanas y amplias y coordinadas de esa futura economía progresiva que será nuestra verdadera acta de independencia. Es menester sacar la mayor renta de las minas para invertirla totalmente en ayudas, facilidades y estímulos a la agricultura, la cría y las industrias nacionales. Que en lugar de ser el petróleo una maldición que haya de convertirnos en un pueblo parásito e inútil, sea la afortunada coyuntura que permita con su súbita riqueza acelerar y fortificar la evolución productora del pueblo venezolano en condiciones excepcionales."     

Existen exitosas experiencias de naciones que, disciplinadamente, han entendido que la riqueza petrolera es de ciclos, y que hay que manejar los excedentes con criterio de ahorro y de inversión, muy lejos del despilfarro.          

Para esto hay que presupuestarse, y mantenerse estrictamente dentro del presupuesto. Es, ni más ni menos, como un hogar. Por ejemplo, el fondo de ahorro de petróleo de Noruega impide gastar más del 4% del mismo, lo cual, a punta de ahorro, ha convertido a los poco más de 5 millones de ciudadanos de ese país en virtuales millonarios. Este dinero ahorrado ha sido invertido en actividades productivas en varios sectores y países, con lo cual este gobierno –socialista, por cierto- ha asegurado el bienestar de su ciudadanía. Y la historia petrolera de esta nación es mucho más breve que la venezolana, descubrió sus reservas recién en 1969.

Hace 50 años era una de las economías más pobres de Europa y pasó a ser la más desarrollada e igualitaria del mundo; el rol del petróleo y el ahorro para el futuro fueron claves en ello. Noruega logró los niveles más altos del mundo en calidad de vida e igualdad de oportunidades para su población.   

La educación es pública, gratuita y bilingüe. Es difícil encontrar a personas de menos de 50 años que no hablen inglés fluidamente. Todos poseen cobertura de salud; la esperanza de vida al nacer es de 81 años; la brecha salarial entre varones y mujeres es casi inexistente; no hay pobreza ni desocupación y la renta por habitante -57.300 dólares- es la cuarta más elevada del planeta. A comienzos de la década de los 70, el país se puso de acuerdo en qué tipo de sociedad quería y los ciudadanos confían en la estabilidad de su economía. Este es solamente un ejemplo de un país que sembró el petróleo

Fuente: GUAYOYO EN LETRAS : ow.ly/ykfTG

Se necesitan más personas como tú

La llaman “salta talanquera” por querer un cambio en nuestro país, sin embargo, ella no se intimida. Con más brío reclama sus derechos a tener una vida digna. La vida con la que sueñan y se merecen los 30 millones de personas que viven en nuestra Venezuela, una nación que cuenta con todos los recursos para ser “una tacita de plata”, como bien lo dijo esta venezolana.

Ella vive en una comunidad de nuestro municipio Acevedo de nuestro estado Miranda. Ella es una líder innata que poco le importa que le digan “traidora” por buscar el bienestar colectivo de su sector. Ella sueña, trabaja y se esfuerza para que el progreso llegue no solo a su casa, sino también a la de sus vecinos.

Durante una asamblea popular tuvimos la oportunidad de conversar esta semana, y me confesó que su necesidad, la de los suyos y de su comunidad no ven color. Ella sabe que la politiquería en nuestra Venezuela no solo le ha hecho mucho daño a cientos de familias, sino que ha desmejorado la calidad de vida del pueblo. Y sí, estoy de acuerdo contigo cuando dices que la única manera de enrumbar nuestro país es a través de la educación,  el deporte y la generación de empleos con calidad.

Quiero aprovechar estas líneas para agradecer infinitamente la noble labor que venezolanos como tu emprenden a diario para que sus comunidades progresen, porque el progreso de tu comunidad contribuye con el avance de nuestra estado Miranda y de nuestra Venezuela. Líderes como tú son los que necesitamos en todos los rincones de nuestro país para impulsar el cambio. No es salta talanquera, ni traidor, ni tampoco deja de ser revolucionario quienes luchan a diario por el cambio como lo haces tú.

Se traiciona a sí mismo, a sus hijos y a su familia quienes no buscan el cambio para mejorar su vida. Acá los traidores son ese grupo de enchufados que han vivido a costa de los recursos de nuestro pueblo y que ahora piden lealtad por los “días difíciles que están por venir”. Los traidores son ellos, quienes tuvieron la oportunidad histórica de convertir a nuestra Venezuela en una verdadera potencia y traicionaron los ideales de Bolívar.

Traidores son ellos que no les importa frenar los sueños de millones de venezolanos, por no perder las mieles que da el poder. Aquí nadie tiene por qué resignarse a vivir mal, y no solo te lo digo a ti sino a los millones de venezolanos que están cansados de que este gobierno juegue con sus sueños. Nadie tiene por qué calarse un gobierno lleno de improvisaciones que no tiene un proyecto claro, serio, viable y orientado al bienestar de los venezolanos.
Para lo único que ha servido ese modelo personalista es para el enriquecimiento de los enchufados. Ellos son quienes han manejado de manera discrecional los recursos de los venezolanos. Por eso hoy muchos no nos hacemos ilusiones con los cambios de ministros anunciados esta semana.

Podrán cambiar, rotar, mover de aquí para allá ciertas piezas, pero el problema no es un nombre. La grave crisis económica, la escasez e inflación  no se soluciona con esos movimientos ministeriales, como si el país se manejara como un juego de ajedrez. Pueden cambiar a uno, dos o tres ministros, pero el modelo sigue siendo inviable.
Esos cambios no son ninguna muestra de rectificación de un modelo que no c
ree en el emprendimiento, en el esfuerzo privado, en la educación libre y plural. A Nicolás no le interesa nada de eso, solo busca propagar la pobreza, como una pandemia, para seguir chantajeándo a los venezolanos cada vez que se acerque un proceso electoral.

Y si hay algo que reveló y confirmó la salida de Jorge Giordani de la Cartera de Planificación, es el nivel de corrupción que hay dentro del gobierno. Admitir que durante 2012 se “llevó el acceso y uso de los recursos a niveles extremos” para lograr una reelección nos habla de la gran descomposición moral de quienes hoy gobiernan nuestra nación. Algunas ONG ya han advertido esta realidad con sus estudios. Según Transparencia Venezuela, nuestro país es el penúltimo con mayor percepción de corrupción, solo por encima de Haití.

Pero esa salida evidenció también que la economía en nuestra Venezuela se ha manejado de manera compulsiva y con espasmo. Al margen de las necesidades de los venezolanos, solo pensando en intereses personales y de un partido político. Es muy fácil decir 15 años después, cuando se queda por fuera de ese proyecto y se es uno de los principales responsables de esta crisis, que es hora de rendir cuentas al país.

Rendir cuentas al país sería dar nombres y apellidos de quienes se robaron más de 25 mil millones de dólares de Cadivi. Señalar a los responsables de que esos recursos no hayan llegado a comunidades en la que viven venezolanos en la miseria y se van a la cama sin comer. Si esos recursos no se los hubieran robado, no solo esta comunidad de nuestro municipio Acevedo, sino las miles de comunidades que hay en nuestro país en situaciones deplorables, hoy tuvieran carreteras asfaltadas y transporte público, redes de aguas blancas y aguas negras, electricidad, además de viviendas, escuelas y ambulatorios de calidad.

La posibilidad de que los recursos por la renta petrolera se destinen a dar soluciones a los problemas del pueblo, depende justamente de cada venezolano. Por eso no me cansaré de decir que hoy nos unen las dificultades. Los problemas nos afectan a todos. Allí la importancia de la labor que emprenden en sus comunidades líderes anónimos, luchadores de a pie y sin sueldo que desean el bienestar de toda nuestra Venezuela.

El cambio sí es posible y estamos obligados a construirlo juntos. Siempre hemos propuesto un gobierno que oriente y no que controle. Una administración pública al servicio de los venezolanos, aliada con el progreso y el desarrollo, con instituciones funcionales, independientes y garantes de la convivencia justa y en igualdad de condiciones para todo nuestro pueblo. Crear políticas sociales que, en definitiva, le ofrezcan a los venezolanos educación, salud, empleo, seguridad social y vivienda. Es tiempo de que la esperanza derrote al miedo.

Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad, la responsabilidad de orientar a los que aun no han abierto los ojos y a los que están confundidos. Es tiempo de dejar de hablar de magnicidios y guerras económicas que solo existen en el imaginario de Nicolás y su entorno.

Y ese es el gran reto, crear un movimiento social lo suficientemente sólido para impulsar el cambio que arrancó el año pasado y que tanto necesita nuestra Venezuela.

 ¡Qué Dios bendiga a nuestro pueblo!

lunes, 16 de junio de 2014

David Uzcátegui: “Fortaleceremos valores en los barrios de Baruta a través del Mundial”


Baruta, 15 de junio de 2014.- El Secretario Nacional de Asuntos Municipales de Primero Justicia, David Uzcátegui, dio inicio este sábado en Las Minas, a una serie de actividades deportivas que se celebrarán en los sectores populares de Baruta durante el desarrollo del Mundial de Fútbol 2014.
Uzcátegui explicó que aprovecharán este importante evento, que une a la familia venezolana, para fortalecer el trabajo social en los barrios, buscando crear espacios para la convivencia y el fomento del deporte. Dijo además, que los habitantes de las diversas comunidades podrán disfrutar de la transmisión de los partidos en pantalla gigante,  a través del programa “El Mundial en mi Barrio”.
“Hoy estamos aquí en Las Minas, donde toda la comunidad está disfrutando del partido Colombia-Grecia, pero más allá del juego, vemos a nuestra gente compartiendo con el vecino, vemos a nuestros niños y jóvenes jugando con un balón de fútbol y eso es lo más gratificante de hacer trabajo social. Nuestra misión es fortalecer valores en los barrios de Baruta a través del Mundial, para alejar a nuestra juventud de la delincuencia, las drogas y el ocio”,  señaló.
El Secretario Nacional de Asuntos Municipales de Primero Justicia,  informó que habrá un punto de fijo de transmisión de los partidos en Santa Cruz del Este y el resto de las pantallas serán rotadas en los sectores: Las Minas, Las Minitas, Ojo de Agua, Hoyo de La Puerta y Monterrey, entre otros.
“La seguridad en estos espacios está garantizada. Los asistentes podrán participar en diversos torneos, clínicas deportivas, fútbol 2 pa’ 2;  además estaremos obsequiando franelas, balones, tendremos puntos de hidratación, comida y sorpresas para los más pequeños de la casa”,  indicó Uzcátegui.
Concluyó asegurando que su misión siempre será trabajar para la gente menos favorecida. “Estamos conscientes de la realidad que vive el país,  pero no podemos desaprovechar la oportunidad que nos brinda El Mundial para entrar al corazón de barrio y trabajar de la mano con nuestros vecinos. Que este evento nos sirva para fortalecer valores en la familia”.

Por ti Scarlet y por millones

Con la vida en contra, Scarlet Guipe, con solo 32 años hace malabares, junto a su esposo, para sacar adelante a sus 6 muchachos. Los sacan adelante con una fuerza de voluntad de acero inoxidable. Pese a la situación de pobreza en la que viven, no se amilanan para bregar con la vida y salir a buscar el pan para sus hijos.

Confiesa que viven un día a la vez. Con el dinero que gana su esposo como latonero, compran a diario lo que comen. Si el dinero alcanzó para comprar solo arroz y caraota, es lo que preparan. Otros días deben conformarse con pasta y mantequilla.

A Scarlet la conocí esta semana durante un recorrido casa por casa que hicimos por Lomas de Dos Lagunas, en Cartanal. Una comunidad de nuestro municipio Independencia, en Valles del Tuy, a donde los recursos de la renta petrolera no han llegado.

La pobreza existe donde hay injusticias y si hay algo que abunda en nuestro país es precisamente la injusticia. No es justo que siendo nuestra Venezuela la nación con las reservas de petróleo más importante del planeta, haya comunidades con tantas carencias.

Donde uno se pare en Lomas de Dos Lagunas, lo que ve es miseria y necesidades de todo tipo: calles de tierra, viviendas improvisadas de tabla, cartón y zinc, niños que corren descalzos de un lugar a otro, ausencia de servicios públicos, animales famélicos y basura acumulada. En esta comunidad el progreso no es el celular, ni la computadora, mucho menos Internet, sino el excusado o letrina donde tienen que hacer sus necesidades fisiológicas. Sí, una letrina, que utilizaban los bisabuelos, cuando aún no existían pocetas.

Cuando llegamos a este sector, una de las primeras personas en invitarnos a su casa fue Scarlet. Una pieza de unos cuatro metros de largo por tres de ancho, piso de tierra y techo de zinc, que amasa un calor increíble, es el resguardo de 8 personas. En una litera y una cama individual deben acomodarse todos. Se acuestan y se levantan en medio del hacinamiento. Una nevera descompuesta y oxidada sirve de armario, porque no tienen comida que guardar dentro de ella.

Los días de esta familia probablemente transcurran como los días de 9,2 millones de personas que viven, en nuestra Venezuela, en situación de pobreza. Las necesidades de Scarlet son las mismas de Carmen en Filas de Mariche. No consigue leche para sus hijos y cuando la consigue el dinero no le alcanza. Cuando se va la luz, ambas quedan a oscuras. Cuando las bandas asesinan a alguien, las dos lloran la muerte. Ambas deben cargar como una cruz, baldes llenos de agua que no llega a sus casas por tuberías.

Este gobierno ha demostrado, con cada una de sus actuaciones y decisiones, que no le importa un bledo que Scarlet y su familia pasen hambre, al punto que gasta en alimentos casi la misma cantidad que le envían al gobierno de los hermanos Castro, en Cuba. Recordemos que solo entre el año 2008 y 2011 destinaron 13,5 millardos de bolívares para la Misión Alimentación, mientras a Cuba se envían 12 millardos anuales. Este gobierno les miente a los venezolanos al decir que se preocupa por los más pobres.

Y es precisamente esta realidad la que el gobierno quiere tapar a toda costa. Por eso cada vez que se sienten amenazados no solo salen a hablar de magnicidio y conspiraciones, sino que también tratan de silenciar las voces de la pobreza, censurando y presionando a los pocos medios de comunicación que no “controlan”, como si esa fuera la solución a la pobreza. Aunque esta tampoco se soluciona con una constituyente y esa es una verdad que estamos obligados a advertir.

Nuestra responsabilidad es explicarle no solo a Scarlet sino a cada uno de los venezolanos, con quienes conversamos a diario, que no tienen por qué conformarse ni acostumbrarse a esta lucha de sobrevivencia que emprenden a diario. Que entiendan la necesidad de un cambio, porque a este gobierno lo único que le interesa es hacer más pobres a los pobres, para así poder controlarlos. Este gobierno se oxigena de venezolanos como Scarlet, por eso no le interesa brindarle a ella, su marido y familia herramientas para que sean personas productivas y puedan caminar tranquilos hacia el futuro.

Nuestro gran reto es que cada venezolano entienda que tiene derecho a soñar y a aspirar una vida mejor. Es probable que Scarlet no sueñe con mudarse de Lomas de Dos Lagunas, porque al final es en esa comunidad donde nació, creció y donde quiere pasar sus últimos días. Pero esta mirandina tiene derechos y el gobierno la obligación de construir en ese sector viviendas dignas, escuelas para que sus hijos se eduquen, redes de aguas blancas, aguas negras y garantizar transporte público para que ella, su esposo y sus hijos puedan trasladarse a estudiar y trabajar. El gobierno está obligado a que los recursos del petróleo lleguen a todas las comunidades.

Pero también es nuestra obligación explicar a los venezolanos, que antes de hablar de revocatorio, reforma, constituyente, enmienda y hasta renuncia, debemos renovar el CNE, porque tres de sus rectores tienen el periodo vencido y todas las opciones pasan por un proceso electoral. ¡No más falsas expectativas al pueblo!

Debemos hacer un gran debate nacional, para explicarle a nuestro pueblo, como Scarlet, cuáles salidas son factibles frente a este caos, eso sí, no podemos dejar de lado todos los problemas y dificultades por los que pasan los venezolanos, sobre todo nuestro pueblo más pobre, que es el que más sufre con la profunda crisis económica que hay en nuestro país.

Nosotros no creemos en salidas mágicas o aventureras que lo que pudieran es profundizar la crisis política que hay en nuestro país y terminar en una frustración mayor a la existente. En Venezuela el cambio es duro, difícil y lento. No hay una vía expresa que nos lleve rápido al cambio. Hay que organizar al pueblo y en especial a nuestro pueblo oficialista que está huérfano, esperando por una nueva dirigencia que le ofrezca lo que hasta hoy no le han cumplido: soluciones a sus problemas.

Insistimos que el cambio se construye de abajo hacia arriba, pero con un piso sólido, firme. Por Scarlet, su marido, sus hijos y los otros 30 millones de venezolanos estamos obligados a sacar de nuestra cabeza el pensamiento de cómo “vaya viniendo vamos viendo”. Estamos obligados a planificar, a sacar la improvisación de la toma de decisiones.

No nos cansaremos de decirlo y buscarlo, nuestra Venezuela está destinada a algo grande.

 ¡Que Dios bendiga a nuestro pueblo!

lunes, 9 de junio de 2014

Hecho en Venezuela, por David Uzcátegui

El “Hecho en Venezuela” fue alguna vez un lema que gozó de cierta popularidad, que se escuchó bastante, y que resultó acompañado de un incremento en la producción nacional.

Tiene que ver mucho con la autoestima ciudadana, con el arraigo del gentilicio y con el sentido de pertenencia, el conseguir materializar este tipo de meta. El venezolano que vea cómo sus manos fabrican un producto que llegará a los estantes de venta para que lo disfruten los consumidores, vive una experiencia indiscutiblemente enriquecedora.

En el momento actual, cuando se ha incrementado la importación de los más diversos productos y ha mermado lo producido en nuestro suelo, toca preguntarse si no será el momento de replantear esta estimulante premisa.

A pesar de que la economía parece moverse en dirección contraria, la inventiva del venezolano sigue buscando alternativas de subsistencia a través de subsanar necesidades del mercado con iniciativa local.

En una nota de prensa recientemente emitida por el Seniat, se señala la realización de una encuesta a sectores productivos de la economía nacional, con la cual “se está conformando una base de información que permitirá al Ejecutivo Nacional buscar soluciones a los nudos críticos que presentan los empresarios, entre los que se han identificado problemas con la materia prima y financiamiento, entre otros. La intención es detectar las debilidades para establecer mecanismos de mejoras.”

El comunicado agrega que “La idea es crear una metodología que conduzca a resolver los problemas del sector, que involucre un trabajo conjunto y un compromiso por parte del empresario y del Gobierno, con el objeto de aumentar la capacidad productiva de nuestro país.”

Sin duda, hay otras causas críticas, como el control de cambio que crea un cuello de botella en cuanto a la disponibilidad de recursos y el hecho de que el ejecutivo nacional compre fuera de Venezuela para abastecer las diversas cadenas de comercialización de productos de las cuales se ha hecho en los últimos años.

Mientras desde el gobierno se realiza este diagnóstico, hay numerosos venezolanos produciendo en el país, con limitaciones pero con ingenio, que son merecedores de todo el apoyo, tanto de la administración pública como de los consumidores nacionales, con el fin de crear un círculo virtuoso que recompense con compras de tales productos el esfuerzo realizado, y que así esta gente trabajadora disponga de recursos para seguir invirtiendo en líneas de producción nacionales.

En nota de prensa emitida por el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, se afirma que “para lograr incrementar en 45% la producción de carne y 50% la producción de leche, el Gobierno Bolivariano tiene previsto cumplir cabalmente el Plan de la Patria 2013-2019, estableciendo acuerdos con las fuerzas productivas del país, bien sea pequeños o grandes productores tomando en consideración cada aporte que permita garantizar la producción nacional.”

Y esta es sin duda la piedra angular para materializar tal propósito: el acuerdo. Existen individualidades, tanto en el gobierno como en los sectores productivos, dispuestos a dialogar por el bien de los venezolanos. Esperemos que esta intención se materialice, uy que no lo haga solamente como un saludo a la bandera; sino como el inicio de hechos concretos que aporten al progreso del país. Los productores son quienes mejor conocen sus respectivas realidades y por ello es necesario escucharlos.

Fuente: GUAYOYO EN LETRAS : ow.ly/xLQ5K

“Justicia podrida”

No hay nada más peligroso para una nación, que distorsionar el funcionamiento de  las instituciones para utilizarlas con fines politiqueros. El Sistema de Administración de Justicia en nuestra Venezuela, ha sido utilizado como una guillotina para “decapitar” los derechos fundamentales de quienes no se subordinan a los caprichos insaciables de los que están en el poder.

Esta semana lo que vivieron los estudiantes Marco Coello, Chistrian Holdack y nuestro compañero de lucha, Leopoldo López, en el Palacio de Justicia, fue lo mismo que me tocó vivir hace 10 años: audiencias interminables, señalamientos absurdos, acusaciones irracionales y alegatos carentes de cualquier lógica, cuando la decisión ya estaba tomada. El Sistema de Justicia venezolano es una vergüenza, está corrompido, lleno de montajes para incriminar inocentes, usan la justicia como brazo ejecutor de venganzas.

Ahí está el drama que vive el comisario Iván Simonovis, quien hoy cumple 9 años y 197 días presos. El gobierno lo convirtió en un trofeo que exhibe cada vez que se siente amenazado y necesita enviar señales de advertencias a quienes adversamos a un gobierno, que desea arrastrar a todos los venezolanos a su pantano, con el objetivo de alinearnos a todos a un pensamiento único.

Aquí mandan a la cárcel a venezolanos solo por pensar diferente y deben esperar su juicio privados de libertad, mientras por ahí hay un ex alcalde del centro del país, que milita con el partido del gobierno, a quien no solo le otorgaron medida humanitaria, sino que le devolvieron todos sus bienes. Y hay otros a los que no los citan y se robaron 20 mil millones de dólares. No han publicado ni siquiera la lista de las empresas de Cadivi, que recibieron esos dólares, aprobados por ellos mismos, para que la justicia castigue a esos enchufados que se llevaron los reales. Por eso digo que la justicia está podrida en nuestro país.

Mientras esos funcionarios corruptos se dan la buena vida con los recursos de nuestro pueblo, al comisario Simonovis, que es inocente y está enfermo, le negaron, injustamente y por cuarta vez, la medida humanitaria. Toda Venezuela sabe que es inocente. Nadie sabe el drama que vive una familia cuando uno de sus integrantes está tras las rejas. Es un infierno, es la peor experiencia que alguien y su familia puedan vivir.

Muchos venezolanos nos preguntamos si alguien del gobierno se habrá detenido a pensar cómo vive la familia de un privado de libertad, sobre todo cuando la prisión es injusta. ¿Quién les explicó a los hijos de Simonovis y de otros presos políticos por qué a su padre lo exhiben como trofeo? ¿Qué respuesta se le da a un niño que lleva más de 9 años preguntándose por qué su padre está preso, si juez tras juez no han podido demostrar las responsabilidades que le achacan y aun así recibió una sentencia de 30 años de cárcel? ¿Quién le devuelve esos años perdidos? ¿Quién repone esa ausencia? ¿Quién calma la angustia de esa familia que sabe que a su padre y esposo se le acortan los años de vida por afecciones de salud? ¿Quién responde por la vida de Simonovis? ¿Quién recoge el agua derramada?

No hay palabras que consuelen y compensen tanta injusticia. Si lo sabrá mi madre, quien sufrió en silencio cuando estuve preso por ayudar al Embajador de Cuba cuando había una situación de violencia frente a la Embajada. Tuve que calarme una cárcel injustamente, y cuando la cárcel es injusta es doblemente dura. Recuerdo que estuve más de 20 días encerrado en un cuarto donde no alcanzaba ver la luz del sol. Mi expediente pasó por más de 40 jueces y, sin embargo, no salí de allí con odio. Mi abuela me enseñó que uno no debe guardar odio ni resentimiento en su corazón. Me enseñó que el que odia a otros se odia a sí mismo. Yo no salí de allí odiando a nadie ni con sed de venganza contra otros y se lo he demostrado a todas las personas con las que he podido trabajar y servir.

Cuando estuve privado de libertad, entendí que los presos no le duelen a nadie, solo a sus familiares. Las cárceles son depósitos de seres humanos y eso es una realidad porque en 15 años de supuesta revolución bonita, que se ha etiquetado a sí misma como humanista, no se ha trabajado por la rehabilitación y reinserción a la sociedad de los venezolanos que cometieron un delito. No es verdad que las cárceles se han transformado. Allí todos los privados de libertad tienen que tejer redes para sobrevivir. Se paga por todo. Hay presos que tienen que pagar para poder dormir y hasta para no perder la vida. Allí hay armas, granadas y todo un arsenal de guerra. La humanización del Sistema Penitenciario es otra mentira.

Las cárceles venezolanas arruinan vidas, si no que los del gobierno se lo pregunten a las familias de los 6.163 internos fallecidos y otros 16.208 heridos en hechos violentos, ocurridos en el interior de nuestras cárceles desde 1999 hasta finales del año pasado. Las cifras hablan por sí solas. Hay 53.566 privados de libertad en las prisiones, pese a que su capacidad instalada es de 16.000. Sólo 29,89% (16.010) de los presos han sido condenados, frente a 63,61% que están siendo procesados.

Muchos de esos presos asesinados y otros venezolanos que hoy son delincuentes, eran niños cuando se inició este gobierno, que promueve la impunidad, una impunidad que golpea el derecho más sagrado que tiene una persona, que es el derecho a la vida. Nada más el año pasado, cayeron 25 mil venezolanos producto de la violencia que tenemos en el país. ¿Y quién o quiénes son los responsables? Nicolás y su gobierno indolente. Si el Estado hubiese invertido lo necesario en educación, la situación de las cárceles sería distinta. Hablaríamos de vida y no de muerte.

Hoy más que nunca todas estas injusticias deben darnos más razones y más fuerza para unirnos y luchar por el cambio. Hoy volvemos a insistir en la necesidad de cambiar el Sistema de Administración de Justicia. Eso pasa por renovar los cargos de los magistrados de nuestro Tribunal de Justicia que tienen su período vencido; también hay que nombrar a un nuevo Fiscal de la República, un nuevo Defensor del Pueblo y depurar todas las instituciones que tienen responsabilidad en materia de seguridad y justicia. Las figuras responsables de nuestro sistema de justicia no pueden deber favores a altos funcionarios del partido de gobierno de turno. Solo así se garantiza instituciones independientes, en la que todos los venezolanos seamos iguales frente a la ley.

Insisto, frente a la injusticia hay que unirse. En la unión está la fuerza. La oposición tiene que estar completamente unida. Los que queremos un cambio en el país, todos tenemos que unirnos. Ese es el país que yo quiero y estoy seguro que es el país con el que todos soñamos y nos merecemos. Venezuela está llamada a algo grande. 

¡Qué Dios bendiga a nuestra Venezuela!

lunes, 2 de junio de 2014

"Puro cuento"


No sé cuál es el país del que hablan algunos por televisión, lo que sí sé es que la Venezuela que recorro todos los días está llena de miseria. Niños que no tienen uniformes ni zapatos para ir a la escuela, familias que viven en una vivienda de latón y madres, como María Bolívar Méndez, que no solo no tienen qué darle de comer a sus hijos, sino que lloran a uno de ellos que fue asesinado, por otro adolescente como él.

A María la conocí esta semana en uno de mis recorridos casa por casa por Súcuta, un sector de nuestro municipio Tomás Lander, en nuestros Valles del Tuy, donde sobreviven unas 200 familias. Digo sobreviven porque es una comunidad en la que abundan las carencias. No hay agua potable, ni red de aguas negras, ni transporte público, pero sí hay niños con hambre y que no van a las escuelas, carreteras de tierra y obras inconclusas, responsabilidad de un gobierno que en vez de repartir los ingresos petroleros a los venezolanos, se embolsilló, despilfarró y regaló a otros países nuestros recursos.

Es inconcebible que en un país con las riquezas naturales que tiene nuestra Venezuela, la historia de esta familia mirandina, sea un retrato dramático de la situación de quienes también viven en el barrio Guanipa Mato de Maracaibo, en La Ponderosa del norte de Barcelona, en la de la invasión 3 de septiembre de Boconó o en las miles de comunidades que tiene nuestra Venezuela.

No es posible tapar el sol con un dedo. Por mucho que algunos maquillen cifras, lancen millonarias campañas publicitarias y controlen todos los medios de comunicación, la pobreza en nuestra Venezuela es una realidad inocultable.

Cifras difundidas esta semana por el INE contradicen la proclama de Nicolás de erradicar la miseria para el año 2018. Entre finales de 2012 y finales de 2013, la cantidad de venezolanos en situación de pobreza aumentó 24%. Es decir hay 1.8 millones más de venezolanos pobres, para totalizar 9.2 millones de personas que no cuentan con dinero suficiente para poder atender las necesidades más básicas, como alimentación, vestido, calzado y transporte.

Y esa es la gran obra que tiene Nicolás para mostrar en el primer año de su desgobierno. Se convirtió en una fábrica de hacer pobres a más venezolanos. Las cifras del propio gobierno revelan que los avances importantes en materia de disminución de la pobreza que se alcanzaron en 2012, se perdieron durante el año pasado y los únicos responsables son Nicolás y su gobierno, que insisten en aplicar un modelo económico inviable, que camina en dirección contraria a disminuir los niveles de miseria en nuestra Venezuela.

Pero cómo no va a haber pobreza en Venezuela si casi 82 mil millones de dólares han sido regalados a otros países. Cómo no hablar de pobreza en un país en el que funcionarios del gobierno permitieron uno de los desfalcos más grandes de nuestra historia. Recadi se quedó en pañales. Más de 20 mil millones de dólares se perdieron a través de empresas fantasmas. De qué ha servido destinar millones y millones de dólares en armamento militar, cuando nuestros campos se han convertido en campos fantasmas, porque lo que crece es monte.

Por eso no es casual que esta semana el gobierno nuevamente denunciara un supuesto plan de conspiración e intento de magnicidio, para seguir haciendo invisible los problemas, a los pobres y para no hablar de la profunda crisis económica. No es casual que durante los últimos 12 meses hayan denunciado más de 11 planes de conspiración y 4 de magnicidio. Los venezolanos estamos cansados y lo que queremos es que nos hablen de los tres golpes: desayuno, almuerzo y cena.

Nuestro pueblo quiere que le hablen de los golpes de la escasez, de la inflación, del alto costo de la vida. Ahora vienen otros golpes, el aumento de las tarifas eléctricas y de la gasolina. Los venezolanos reciben golpes todos los días con la inseguridad. Ya el libreto se les agota y es tedioso escuchar las mismas historias. Nuestro pueblo ya no se come ese cuento. Esa es la forma que ellos utilizan para evadir los verdaderos problemas que agobian al país y tratar de tapar su incapacidad.

Nuestro pueblo quiere que los ingresos petroleros, que han sido los mayores de toda nuestra historia, se traduzcan en obras de infraestructura social, como viviendas seguras, hospitales y escuelas, se materialicen en empresas generadoras de empleos y se utilicen para activar el campo y la industria y que en nuestro país podamos producir todo lo que necesitamos.

Este gobierno sabe más de teorías de conspiración que de resolver el drama de la inseguridad, el problema de la escasez y la inflación. Por eso los pobres, la crisis hospitalaria, la escasez de medicamentos y repuestos, así como nuestros enfermos de cáncer, que no consiguen su tratamiento, “conspiran” en contra de Nicolás. Puro cuento. Mientras los del gobierno hablan de conspiraciones, los venezolanos como María tienen que comer lo que su esposo saca de La Bonanza. Sí del relleno sanitario donde trabaja. De allí, María, en más de una oportunidad, se ha visto obligada a preparar la comida que “sirve” a sus muchachos. Es eso o nada. Y para los del gobierno la escasez de alimentos es porque los venezolanos comemos mucho.
Esa es la tragedia que hoy viven más de 9.2 millones de venezolanos y a los del gobierno no les importa. Hoy ese grupo de enchufados se mantiene en el poder a costa del sufrimiento de un pueblo que ve atónito cómo un inmenso chorro de ingresos se desaparece, y ya ni siquiera caen las migajas, por el abandono absoluto de las Misiones.

Por eso, hoy más que nunca, no podemos cansarnos de insistir y lograr la unión de todos, la organización de ese deseo de cambio para que pueda imponerse de la mano de nuestro propio pueblo.