David Uzcátegui
@DavidUzcategui
Para quienes estuvimos en la enorme manifestación que colmó
varias de las avenidas más céntricas de Caracas este jueves 1° de septiembre,
la más grata de las sorpresas fue el reencuentro con lo mejor de la
venezolanidad.
Las sonrisas volvieron a la calle, el optimismo reflotó,
como si jamás hubiera escaseado. No hubo quien asistiera a la convocatoria y no
se encontrara a alguien conocido que tenía tiempo sin ver.
Y sobre todo, volvió a respirarse ese aire de unidad y
hermandad que siempre ha marcado nuestro gentilicio y que había sido torpedeado
en los últimos tiempos por las complejas dificultades que hemos estado
padeciendo.
Pero sobretodo fue una reafirmación de que todos queremos lo
mismo para nuestro país: paz, progreso, hermandad. Y por encima de todo, una
Venezuela que sí se parezca a los venezolanos.
A veces, en el agobio del día a día, tendemos a aislarnos y
a sentirnos solos en nuestro deseo urgente de justicia y de dignidad para
nuestras vidas; así que este multitudinario encuentro sirvió para reafirmar
algo que con frecuencia olvidamos. Somos una mayoría contundente y vibramos en
la misma onda.
Los agoreros anuncios que acusaban a la fecha de ser la
antesala a algo siniestro e ilegal se quedaron con los crespos hechos. Los
manifestantes fuimos y volvimos, cumpliendo con el objetivo: demostrarle al
gobierno, a los poderes públicos y al mundo entero que es inmensa la cantidad
de venezolanos que exigimos el derecho constitucional del referendo
revocatorio. Y que por más conchas de mango que se nos pongan en el camino, la
ciudadanía está unificada en un camino del cual nada ni nadie la va a desviar.
El balón quedó del lado de la cancha del Consejo Nacional
Electoral. Al cerrar esta nota, esperamos por una clara convocatoria en
condiciones justas para la recolección del 20% de las firmas del padrón de
votantes que activen de manera firme el referendo revocatorio presidencial el
cual es perfectamente realizable este mismo año. Como decían nuestros abuelos,
querer es poder.
La masiva presión ciudadana en las calles, escribe la
historia de los países. Y Venezuela no es la excepción. Los venezolanos estamos
haciendo la tarea.
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