lunes, 2 de febrero de 2015

"A la derecha de la izquierda"

Por David Uzcátegui  
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui
Por estos días los ojos del mundo se posan sobre Grecia. La nación helena lleva ya unos cuantos años sumida en una grave crisis que colma a sus ciudadanos y, por ello, decidieron apostar a un cambio en las recientes elecciones.
El asunto es que el cambio decidieron dejarlo en manos de la izquierda que representa el partido Syriza y su líder –ahora presidente electo- Alexis Tsipras. Por supuesto, estando la nación literalmente entre la espada y la pared, hay quien teme que los nuevos gobernantes den una patada al tablero, que por supuesto jamás sería del mismo tipo que en un país de otra región, ya que Grecia se encuentra en la Eurozona.
Desde hace rato se viene analizando cómo afecta el mal desempeño de Grecia al conjunto de la zona Euro y hasta dónde van a llegar sus desventuras en el marco de esa compleja cuadrilla de países que decidió bailar al mismo ritmo.
Primeramente, los más temerosos hablan de impago de la deuda, ya que la coalición ganadora se autoetiquetó como “antiausteridad”, mote que arraigó en el electorado, harto de sacrificios sucesivos y aparentemente estériles.
Pero hay que recordar que las cosas no son blancas o negras y se puede hablar de una renegociación de la deuda, que es un saludable término medio que se aleja tanto del impago como de la cancelación inflexible de la deuda.
El asunto es que esta izquierda ganadora tiene que ponerse los pantalones largos. Como dicen por ahí, el papel lo aguanta todo, y no es lo mismo criticar y declarar desde una campaña electoral, que tener la administración de un país con salud frágil en las manos.
Es recordado que el líder sindical Luis Inacio “Lula” da Silva, al ganar por primera vez la presidencia de Brasil, habló de pagar la deuda, algo contrario a sus posturas de campaña. Y posteriormente se explicó: una cosa son sus pareceres personales y otra las obligaciones de la República.
En el panorama parecieran verse atisbos de pragmatismo. La alianza con la derecha nacionalista de ANEL, que parte de su visión compartida de antiausteridad, parece vaticinarlo así. El ganador habla de “reactivación económica” en medio de una profunda crisis. Podrían ser solamente palabras que halaguen los oídos con lo que se quiere escuchar. Pero si es realmente lo que se propone –y ojalá lo sea- el reto es de proporciones enormes. Y si sale exitoso, habrá que sentarse a analizar el fenómeno; que no es imposible, aunque casi lo es.
A los ojos de muchos, las señales de Tsipras son confusas, especialmente por su abrazo con el líder del partido español Podemos, Pablo Iglesias, de quien muchos no saben exactamente en cuál izquierda se sitúa, tras desdecirse de líderes que había alabado.
Lo cierto es que actualmente existe una alianza que situaría a la coalición en algún punto entre la izquierda de la derecha y la derecha de la izquierda. Si es que estos términos aún sirven de algo en la actualidad.  Y quizá los venezolanos podamos aprender de ellos, sin necesidad de tocar el mismo fondo.

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