Solo un cobarde utiliza el poder para perseguir a quienes tienen una forma de pensar distinta y no comulgan con sus ideas. Iniciamos así estas líneas, porque justamente eso fue lo que los venezolanos vimos esta semana: un gobierno cobarde, débil, acorralado y sin pueblo, que secuestró a nuestro compañero, el alcalde Antonio Ledezma, quien por elección popular es la primera autoridad civil, política y administrativa del Distrito Metropolitano de Caracas.
Nuestra convicción de lograr un cambio en nuestra Venezuela, por el camino pacífico y democrático, acabó desesperándolos, por eso se llevaron preso al alcalde, para luego montarle un expediente, llevándose por delante la Constitución. Así es Nicolás y su nefasto gobierno. Abusivo, represor, intimidador y mediocre. Juega la carta de la provocación para tratar, a toda costa, de desviar la atención sobre lo que ocurre en nuestra Venezuela. Mientras tanto, seguimos por el tobogán hacia el colapso.
Si este gobierno cree que metiendo preso a Leopoldo, a Ledezma, a la diputada Machado, a Julio Borges y amenazando a todos los que pensamos distinto, ocultarán la grave crisis económica, social y política en nuestra Venezuela, están equivocados. Esas detenciones a lo bravo no resuelven los problemas del país.
Con acciones como esta, no harán que aparezca la leche, la harina, los pañales, el papel higiénico y todos los artículos que hoy escasean en nuestro país, producto del fracaso de este modelo, que se dedicó a expropiar y confiscar tierras y empresas productivas. Tampoco evitarán que la quincena de los trabajadores se convierta en sal y agua, porque la inflación en la calle desde hace rato está en tres dígitos.
Este gobierno no termina de decidir sobre lo importante y sigue apelando a la politiquería para que los venezolanos tampoco hablemos de la crisis humanitaria que hoy se vive en el sistema de salud. Hoy en nuestros centros asistenciales ni siquiera hay curitas. ¿Cuántos venezolanos han fallecido en nuestros hospitales o en sus casas, esperando por una intervención quirúrgica? ¿Cuántos pacientes con cáncer no han podido practicarse exámenes porque los equipos están dañados y no hay repuestos para arreglarlos? ¿Cuántos venezolanos tienen que peregrinar de farmacia en farmacia, buscando sus medicamentos para la tensión y el azúcar?
¿Cuántos venezolanos mueren en manos de delincuentes, bajo la mirada cómplice de un gobierno que no solo fomenta la violencia con su verbo y acciones, sino que ha fracasado en su aparente lucha, con la implementación de más de 20 planes de seguridad? Los venezolanos somos pacientes, pero no pendejos. Ya estamos cansados de cuentos y novelas chimbas. Ya no es la guerra económica, ahora son los supuestos golpes fantasmas. ¿Dónde están las pruebas de ese supuesto golpe? Golpe es el que le da todos los días este gobierno a los venezolanos, que tienen que sobrevivir a tantos problemas.
Ya no hallan a quien echarle la culpa y cómo tapar todo este desastre y caos. La crisis económica que generaron, es la que, en definitiva, terminará devorándolos, porque esta situación es insostenible. Quizás, consciente de esta realidad, Nicolás insista en apagar el fuego con gasolina. Pero, por más que lo intenten, no nos sacarán de la vía democrática y constitucional para alcanzar el cambio que queremos para nuestra Venezuela. Hoy una mayoría -del 80%- de los venezolanos está decida a que el país cambie y no habrá ninguna acción que este gobierno haga, que nos distraiga de ese objetivo.
Estamos seguros que todos los venezolanos, dejando por fuera a ese grupito, a esa cúpula podrida y corrupta que gobierna nuestro país y secuestró las instituciones, está en desacuerdo con este tipo de acciones. Estamos seguros que la inmensa mayoría de nuestro pueblo, quiere que todo lo que pase en nuestra Venezuela, esté dentro de nuestra Constitución, porque además la Constitución es un instrumento que permite encontrarnos a todos los venezolanos.
A nuestro pueblo le decimos que no tiene por qué acostumbrarse a todas estas arbitrariedades. Para que esto cambie necesitamos que cada venezolano apele al poder que tiene. Es el momento de que cada uno de nosotros se exprese, no solo su solidaridad a todos los presos políticos, sino para hacer valer la Constitución y que esta no sea letra muerta.
Para este gobierno todo es una novela, y la novela hay que desmontarla. Pero para hacerlo todos, sin excepción, tenemos que activarnos. No esperemos a que nos llamen o que alguien nos convoque, vamos a activarnos en nuestras comunidades, organicémonos. Nosotros visitamos comunidades donde incluso quienes apoyan al gobierno se están organizando con sus vecinos, porque se dieron cuenta de que si no se unen esta crisis que vivimos les va a pasar por encima.
Los venezolanos estamos cansados de los abusos de poder. No queremos que haya privilegiados frente a las leyes. Esto tenemos que capitalizarlo. Que toda nuestra fuerza e indignación sirva para capitalizar el descontento que se siente en las calles.
Vamos a organizarnos, vamos a trabajar de cara a las elecciones parlamentarias, que están a la vuelta de la esquina, no cometamos de nuevo el error que cometimos hace unos años, los espacios no se pueden perder. La Asamblea Nacional es una ventana para lograr la transformación de los Poderes Públicos. Si alcanzamos la mayoría de diputados comprometidos con el progreso, podremos designar un nuevo Poder Judicial, para dejar atrás, de una vez por todas, esta justicia podrida, que no representa lo que es nuestra Venezuela, y además lograr la libertad de todos los presos políticos.
Lo que hemos logrado hasta ahora hay que fortalecerlo, hoy somos más los que queremos un cambio, y debemos unirnos para salir a buscar más gente que se sume a esta alternativa de país, de la Venezuela de Progreso.
¡Sobran razones para unirnos!
¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!
FUENTE: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2015/02/22/novela-chimba-y-gastada/
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