lunes, 16 de febrero de 2015

"¿Podemos?"

Por David Uzcátegui  
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui
El surgimiento de la agrupación política Podemos como un movimiento alternativo de poder en España, está acaparando conversaciones a nivel internacional. Y es que, de un tiempo para acá, se está sopesando la posibilidad efectiva que tienen de ganar.
La democracia española ya se aproxima al medio siglo, tras la muerte de Francisco Franco, y ha tenido altibajos en sus logros. Sin duda le mayor ha sido sanear la economía del país al punto de integrarlo en la zona euro; pero también ha sucedido una desconexión de la gente, de la calle, de sus necesidades. Un mal que afecta a los poderes longevos, sean del color que sean.
El líder visible de la agrupación Podemos, Pablo Iglesias, ha sabido surfearse esta ola con sentido de la oportunidad, algo que no es cuestionable en política. Como también hay que sopesar las críticas por el hecho de que esté diciendo justamente lo que los electores desean escuchar.
Iglesias, calculadamente, ha tenido un fino sentido del mercadeo que se ha materializado en su ausencia de saco y corbata, en su camisa arremangada y en su cabello largo recogido en una cola. Se ha puesto en las antípodas de los políticos de traje que representan al bipartidismo con el cual el electorado ya no se identifica.
Y es que, sea cual sea el resultado de este sismo de opinión pública que se vive en tierras ibéricas, hay que reconocer que ese movimiento es inevitable e indetenible. Se cierra un ciclo y comienza otro. ¿Quién va a liderar la nueva etapa española? Pues depende de quién sepa leer mejor los tiempos.
Al ser Iglesias junto a su agrupación  el capitalizador del descontento, muchos dan por descontado que sea él. Pero ojo, que sus declaraciones tremendistas no necesariamente están ligadas a la conclusión de que así va a gobernar, en caso de que se le presente la oportunidad.
Este académico tiene sentido de la oportunidad, de la escena, sabe cómo ganarse un titular en los medios de comunicación; pero su hipotético desempeño en el poder no tiene por qué hermanarse con el efectismo que está desplegando para hacerse del poder.
Muy cerca tenemos el caso de Luis Inacio “Lula” Da Silva, quien, a pesar de su pasado sindicalista, fue bastante más equilibrado y sensato de lo que muchos esperaban en el desempeño del poder, logrando incluso un crecimiento de la economía brasileña y el favor de una clase media que progresó en sus años de mandato.
También cerca tenemos al presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien si bien no se ha desembarazado del vocabulario altisonante de la izquierda latinoamericana, parece mucho más prudente en su accionar, al punto de tener la economía ecuatoriana bastante ordenada y de capturar las miradas de la región, donde se considera que su paso por Harvard ha sido más referencial para su mandato de lo que muchos pensaban.
¿Puede ser este también el caso de Pablo Iglesias? Amanecerá y veremos, como dicen. En todo caso, vale la pena recordar que bajo la piel rebelde y retadora hay un profesional de trayectoria, que puede saber muy bien lo que está haciendo y cuyas reales intenciones no se develarán sino hasta que detente el poder, que sigue siendo la mejor forma de conocer a cualquier hombre.
Una cosa sí es cierta: España se encuentra en medio de un viraje. Que sea para bien, va a depender de la sensatez de su ciudadanía. Son ellos quienes escogen a sus gobernantes, y también quienes les exigirán cuentas.

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