viernes, 30 de septiembre de 2016

"Malentendido"

David Uzcátegui
@DavidUzctegui
Los numerosos escollos que han aparecido y siguen apareciendo en el camino hacia la realización del referendo revocatorio presidencial, demuestran que entre las muchas cosas que se han perdido en Venezuela en estos años, se encuentra el norte de la función pública. 
Analicemos los hechos. Estamos ante un derecho consagrado en la Constitución nacional, como lo es el someter a consulta revocatoria a cualquier trabajador público de elección popular una vez transcurrida la mitad de su período. Nos encontramos en los tiempos correctos y todo parece señalar que es la voluntad mayoritaria de la ciudadanía, vista la masiva concurrencia a la primera recolección de firmas, así como a la llamada “Toma de Caracas” del pasado 1° de septiembre. 
Sin embargo, justamente en estos eventos que han servido para pulsar el ánimo de la gente, hemos visto innumerables trabas y obstáculos. Desde la restricción en los días y horas de recolección de las rúbricas hasta alcabalas engorrosas e inexplicables; pasando por la lentitud de los procesos en sí. 
Por si esto fuera poco, la venidera recolección del 20% de las firmas del padrón electoral también se plantea cuesta arriba desde lo que es el punto de vista de las condiciones que pretende imponer el Consejo Nacional Electoral, entre las cuales hay unas cuantas que hacen ruido y que adversan a la voluntad de las mayorías, al dificultar la expresión eficaz de su voluntad. 
Y es aquí donde cabe la palabra “malentendido”. El servidor público tiene su razón de ser en prestar servicio. Dificultar y complicar un proceso de expresión ciudadana es una acción opuesta a lo que debe ser la vocación de quienes ocupan puestos en la administración estatal. 
Se colocan reglas desde la unilateralidad y desde la más absoluta verticalidad, olvidando que, hasta no hace mucho, el gobierno hablaba del “soberano” como un eufemismo para hablar de los venezolanos y del hecho de respetar su voluntad; pero esto sucedía especialmente cuando los deseos de las mayorías coincidían con lo que beneficiaba al oficialismo. 
Ahora, cuando el panorama es inocultablemente adverso para quienes gobiernan, parece que se hubiera acabado la luna de miel. Todo el país está bajo estado general de sospecha y hay que comprobar hasta cuatro dedos de cada venezolano para la segunda etapa de la convocatoria al referendo revocatorio. 
En días restringidos, en horas restringidas, con cantidad de máquinas restringidas. Esto no se parece ni de lejos, por ejemplo, a lo que fue el proceso de firmas para solicitar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el retiro de la orden ejecutiva que sancionaba a funcionarios venezolanos. La ley del embudo queda desnuda. 
Partiendo de que el concepto de “servidor público” pareciera desdibujado en la Venezuela actual, podemos, sin embargo, apostar una vez más a que la voluntad de la mayoría –del soberano- se impondrá por encima de todas las dificultades que propician quienes deberían estar allí para facilitar las cosas. 
La Mesa de la Unidad Democrática ha recogido el guante de algo que, más que un acuerdo, pareciera un enfrentamiento; con lo cual se pierde de vista que lo que está en juego es también el bienestar del país. 
La coalición que representa a la alternativa democrática, participará en la jornada de recolección de 20% de las firmas del Registro Electoral en esta nueva etapa del revocatorio, siempre y cuando el Poder Electoral garantice tres condiciones: la primera de ellas será que el referéndum revocatorio se realice este año; la segunda, que la recaudación deba completarse en el ámbito nacional; y por último, que sea respetada la Constitución, en especial el artículo 72, el cual establece que todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables. Los únicos requisitos que se enumeran son que el revocatorio sea solicitado transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria y que la recolección de firmas no sea inferior al 20% de los ciudadanos inscritos en el Registro Electoral.
Por ello, el exigirle a los promotores del revocatorio presidencial la recolección del 1% del padrón electoral, ya fue una acción fuera de la norma, ante la cual no nos queda sino preguntar por qué se exigió. Sin embrago, fue cabalmente cumplida por quienes apoyan la cita comicial, incluso muy por encima de lo solicitado y a pesar de los obstáculos literales que fueron puesto en todos los caminos. 
Nuevamente se abre pues, una oportunidad para que los funcionarios públicos del país evalúen cuál es su deber y su razón de ser. La MUD ha hecho una contraoferta perfectamente legítima en una negociación en la cual se está jugando la salida pacífica a la mayor crisis de la historia de nuestra nación. El malentendido aún se puede superar.

sábado, 24 de septiembre de 2016

“Pdvsa pide taima”

 David Uzcátegui
@DavidUzcategui

El recién anunciado canje de bonos de Petróleos de Venezuela, no hace sino confirmar un secreto a voces que los especialistas han detallado y documentado: las cuentas de la petrolera nacional no están en su mejor momento.

Y es justamente la misma empresa la que lo corrobora ahora, con esta “corrida de arruga” de una de sus obligaciones.

Para explicarlo de manera sencilla, Pdvsa emite bonos que son vendidos en mercados internacionales con el fin de recaudar recursos para optimizar su desempeño. Suponiendo que –como debería ser- este desempeño óptimo deje los números en azul, obviamente a los inversionistas les es devuelto el monto de su inversión más una ganancia en un lapso determinado.

Sin embargo, la compañía emisora ahora está proponiendo a los tenedores de estos papeles postergar la fecha de vencimiento de 2017 a 2020, a cambio de otorgar un beneficio aún mayor: 8,25 % en lugar de 5,5 %. El gobierno ha hecho la salvedad de que el canje es voluntario; pero la noticia ha sido recibida con frialdad por los mercados, según reportan especialistas.

Para quien no haya elegido la negación como alternativa ante la situación del país, no es difícil suponer por qué sucede esto. Las cuentas del ente petrolero, así como las de la administración pública nacional, no están bien. Y los venezolanos lo sabemos. Sería largo y complejo abordar a fondo los motivos de este sobresalto; pero en líneas generales, es la consecuencia de administrar desatinadamente los recursos.

En todo caso, lo interesante –visto desde afuera- es que esta situación enciende las alertas ante el verdadero estado de la petrolera. La nación, una vez más, ha cometido el error de poner todos los huevos en la misma canasta. Error que fuera advertido décadas atrás por venezolanos visionarios como Arturo Uslar Pietri y Juan Pablo Pérez Alfonzo.

Nuestros actuales administradores han colocado la confiabilidad de los pagos por encima del bienestar de la gente, una decisión criticada en sus propias filas. Una encrucijada que no debería existir. Un buen gobierno es capaz de asegurar el bienestar de su pueblo y cumplir sus obligaciones financieras. Es decir, no necesita pedir taima.

viernes, 23 de septiembre de 2016

“Cumbre con lupa”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui


Ya a unos días de distancia de la polémica Cumbre de Países No Alineados, podemos ver el evento con cierta perspectiva. Y aunque en lo general los resultados no difieren mucho de lo que se predijo; abordar el detalle resulta tan tentador como necesario.

Lo primero es que, como se había vaticinado, el Emperador está desnudo. De nada sirvió el costosísimo ejercicio de Relaciones Públicas que pretendía hacer ver que hay apoyo internacional al gobierno venezolano.

La escasa convocatoria, así como la dudosa reputación de unos cuantos de los asistentes, confirmaron que esos recursos económicos, que son tan necesarios para paliar verdaderas necesidades de los venezolanos, fueron echados a la basura.

Hay que recordar que el Movimiento de Países No alineados es en sí mismo anacrónico, si partimos de que su origen fue la desde hace rato histórica guerra fría, por allá por la mitad del siglo pasado.

El nombre de esta agrupación deriva del propósito de los países integrantes de no alinearse con ninguno de los dos grandes bloques de poder que dominaban al planeta en aquel momento: el capitalismo occidental en manos de Estados Unidos y  el comunismo de la Unión Soviética.

Con el aparatoso desplome de este último bloque en la última década del siglo XX, el MNOAL perdió el centro de gravedad y su razón de ser.

Por ello, al sol de hoy, ese colectivo no pasa de ser un club de países con dudosas prácticas en cuanto a libertades y derechos humanos, aunque no se puede generalizar y también se retratan en ese grupo otros de mejor desempeño, que permanecen en el mismo por hábito, por conveniencia, o porque, como lo dijera el escritor y político peruano nacionalizado español Mario Vargas Llosa, “Sus corazones son de izquierda...."

El hecho es que, entre la variopinta lista de invitados al guateque de Margarita, por supuesto unos cuantos sucumbieron a la tentación de la comida y la bebida gratis y a raudales. Pero la convocatoria de este movimiento mengua, y quedará para la próxima cumbre el saber si lo hace porque una idea con cincuenta años a cuestas ya es vieja o si se debió a la puntual pérdida de brillo de la otrora reluciente chequera venezolana.

Llama la atención por ejemplo, el reporte del canal televisivo Al Jazeera, al que podríamos definir como un medio de comunicación “no alineado”, en tanto y en cuanto nació buscando ser la contrapartida de la poderosa CNN en el mundo árabe y por ello se debería suponer más cercana a la órbita del MNOAL.

Sin embargo, en el sumario de la nota que ofreció la web del canal el pasado 18 de septiembre, se destaca que apenas 10 mandatarios acudieron, lo cual es una convocatoria bastante escuálida si se toma en cuenta que en el movimiento están adscritos 120 países. La misma fuente cita que a la cumbre anterior –Irán, 2012- acudieron 35 jefes de Estado. Más del triple de la asistencia actual. Y se echó en especial falta al representante de India, donde se creó el movimiento y que ha faltado a la cita solamente en dos oportunidades, incluida la actual.

Quedará para las conclusiones futuras el saber, como dijimos, si se trata de que ya el movimiento en sí no seduce, o si unos cuantos consideraron que no era conveniente tomarse la foto con un gobierno de desempeño más que dudoso en economía, libertades y derechos humanos. Probablemente la verdad sea una mezcla de ambas causas. 

Por si esto fuera poco, el encuentro sirvió para que, tanto los invitados como los medios de comunicación que cubrían se dieran cuenta de la realidad venezolana, la cual se corresponde con lo que los medios recogen en nuestro país y dan a conocer al mundo.

No sirvió de mucho intentar esconder la basura bajo la alfombra ante la llegada de la visita. Por más que se pintara, se iluminara y se abasteciera, no se pudo disimular el mal estado de instalaciones, el desproporcionado aparato de seguridad y sobre todo, el inoportuno fantasma de los cacerolazos, una indignada manifestación que refrendó la insatisfacción del pueblo venezolano con lo que le está tocando vivir.

El remedio resultó peor que la enfermedad. Como también lo fue la “importación” a Margarita de barras oficialistas que acamparon a la intemperie y que dejaron en claro que, al menos en Nueva Esparta, el gobierno tiene que llevar a sus propios fans, porque los espontáneos son muy escasos.

Diversas fuentes calculan el costo del evento entre ciento cincuenta y doscientos millones de dólares. ¿El resultado? Confirmar que el MNOAL languidece, que la convocatoria del gobierno venezolano también y que los ojos del mundo se volvieran a Venezuela solamente para corroborar que el cambio es tan urgente como necesario.

domingo, 18 de septiembre de 2016

“Marchas y contramarchas”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

El nuevo retraso por parte del Consejo Nacional Electoral en el anuncio de la fecha para recolectar el 20% de las firmas del padrón electoral, necesarias para activar el referendo revocatorio, no sorprendió a nadie.

Y es que los reiterados retrasos que ha sufrido este proceso, parecen, más que accidentes, una línea de acción deliberada. Y nos perdonan por la suposición.

El pretexto enarbolado ahora es la presunta amenaza que sufrirían los trabajadores del ente comicial con las manifestaciones convocadas por la Mesa de la Unidad Democrática, justamente para exigir este derecho.

Como dirían los abuelos, cuando no la ganan, la empatan. Y es que, si no presionamos, el proceso no avanza; pero si presionamos, entonces el trabajo se detiene porque estamos presionando.

Francamente es admirable la capacidad que tienen ciertos sectores de los poderes públicos para poner a jugar a su favor cualquier circunstancia. O mejor dicho, sería admirable, si no fuera porque al poner en acción esa habilidad, dejan de lado su compromiso y deberes para con la gente.

Aquello de “piensa mal y acertarás” podría quedar muy bien en una ocasión como la que enfrentamos. Sin embargo, preferimos otorgar el beneficio de la duda, ver el vaso medio lleno y recordar que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario.

Pero no se puede dejar de señalar cómo se ha alargado hasta el infinito el proceso, por lo cual no deberíamos haber llegado a un nuevo día de protesta, ya que todo esto debería estar resuelto. Sencillamente sí había tiempo. Y aún lo hay.

Y en desquite del CNE, sí pueden hacer el trabajo rápido y bien en caso de ser necesario, como sucedió cuando falleció el ex presidente Hugo Chávez y se debió elegir contra reloj a un nuevo primer mandatario. O cuando se convocó sorpresivamente aquel referendo de enmienda constitucional que fue organizado en tiempo récord.

Querer es poder y si hay voluntad política, avanzamos. El apoyo masivo a esa consulta electoral fue demostrado el primer día de septiembre con una masiva, entusiasta y pacífica presencia en la calle; amén de los numerosos y diversos episodios de rechazo a lo que actualmente sucede en nuestra patria.

viernes, 16 de septiembre de 2016

“De abismo en abismo”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Por supuesto cuando uno se plantea escribir sobre la Cumbre de Países No Alineados, es sumamente tentador titular estas reflexiones con aquella famosa frase del fallecido ex presidente Hugo Chávez que quedó para la historia: “Mientras los gobernantes andaban de cumbre en cumbre, los pueblos iban de abismo en abismo”.

Y es que, sin duda, se trata de uno de los pensamientos más acertados del polémico político venezolano. Tanto, que le sobrevive y se sigue utilizando. Especialmente ahora, cuando quienes se dicen sus seguidores, siguen cometiendo el mismo error que él tan acertadamente criticó; aunque en honor a la verdad, también se anotó entre sus más conspicuos practicantes.

El hecho es que a una Venezuela altamente conflictivizada, arriban delegaciones de los llamados países no alineados y entre eso invitados y el resto del país se interpone un telón de hierro para crear una atmósfera aséptica, que impida que los visitantes tengan contacto alguno con la realidad.

La queja de los margariteños respecto al despliegue del aparataje de seguridad es reiterada. La isla ha sido literalmente invadida por numerosos funcionarios que deben garantizar la integridad de los visitantes en una nación donde la inseguridad personal es angustia perenne para sus habitantes. Las mismas fuentes oficiales hablan de unos 14 mil hombres y mujeres para esta tarea.

También se ha proveído a la sede del encuentro de sobrada alimentación, según se ha visto en el ir y venir de numerosos camiones que se ocuparon de ello, pasando de largo ante las quejas de quienes no pueden tener acceso a la comida que necesitan, sea por sus costos o porque sencillamente no aparece. Seguramente, luz y agua tampoco faltarán.

Por si fuera poco, la entidad quedó virtualmente aislada, al suspenderse viajes de vuelos y embarcaciones a un lugar que los necesita por su misma condición insular, avasallando una vez más el día a día de la gente en pro de un objetivo de poder.

Quedamos de nuevo, y quizá de forma más evidente que nunca, ante la errada visión gubernamental de sobredimensionar el aparato de fuerza para esconder las verdaderas necesidades de la gente. Pero las costuras quedan a la vista.

No debe ser poco el gasto que implica semejante puesta en escena. Nunca lo es en una cumbre de este tipo. Pero si agregamos la dificultad adicional de aparentar normalidad en un país que está lejos de pasar por uno de sus mejores momentos, pues la cifra debe multiplicarse exponencialmente. Especialmente en un lugar que, días antes, protagonizó un cacerolazo de protesta que mereció titulares dentro y fuera de nuestras fronteras.

¿A qué se debe el esfuerzo –y el gasto- en un momento cuando las necesidades hacen cola para ser atendidas? Bien sabemos que las relaciones internacionales son pragmáticas, que en diplomacia no hay amigos sino intereses y que en ese ámbito no funciona aquello de “contigo pan y cebolla”.

Venezuela ha caído en desgracia por la caída de los precios petroleros, ante la muy errada decisión de profundizar en el equivocado camino de la monoproducción y la monoexportación. Nuestros ingresos dependen de una única fuente que se desplomó. Y ya no somos el amigo que invita en todas las rondas al salir a rumbear.

Urge pues, recuperar aunque sea un poco de ese interesado afecto que nuestro país despertaba cuando era el espléndido anfitrión y donaba a diestra y siniestra para despertar simpatías.

Los últimos cartuchos de la menguada renta petrolera se gastan en construir un país de ficción para que los ojos del mundo no se contaminen con la realidad que los ciudadanos debemos soportar día a día. Como si las noticias internacionales no se hicieran eco de las grotescas condiciones que conforman nuestra cotidianidad.
Cabría aquí citar aquel sabio dicho de nuestros abuelos: “Lo que eres grita tan alto que no me deja escucharlo que dices”.

Quizá, en lugar de despilfarrar dinero y crear incomodidades con otra cumbre, quienes hoy administran a Venezuela harían bien en atender las numerosas reservas que tienen los socios del Mercado Común del Sur (Mercosur) respecto al desempeño del gobierno venezolano; lo cual ha atascado la presidencia pro tempore de nuestra patria al frente del organismo.

O escuchar a los altos mandos de la Organización de las Naciones Unidas, quienes manifiestan que no han recibido respuesta sobre el visado que necesitan sus funcionarios para comprobar en el sitio la situación de los derechos humanos en nuestro país.

Si lo que interesa es lavar el nombre del gobierno ante la comunidad internacional, se podría empezar haciendo las cosas bien. Pero se opta por esconder el innegable abismo, literalmente cueste lo que cueste. Y por despilfarrar recursos en otra cumbre que nada soluciona, según lo dijera el mismo Chávez.


sábado, 10 de septiembre de 2016

“El salvavidas de la fe”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

La reciente celebración de la Virgen del Valle fue otro de esos episodios que no solamente reafirman la venezolanidad, sino que además refuerzan nuestro gentilicio al vincularnos con uno de los rasgos que nos da mayor fuerza para seguir adelante: nuestra inquebrantable fe.

Venezuela es un país creyente y de mayoría católica; además de tener una marcada vocación mariana, quizá por la fuerza que representa la figura maternal en nuestra cultura, como creadora, como protectora, como proveedora: elementos todos tan necesarios en estos días.

Las diversas advocaciones de la Virgen María que son veneradas con fervor en nuestro territorio son uno de nuestros mayores orgullos como identidad, ya que se trata de un sello de la venezolanidad y una muestra de ello es la fiesta que hoy nos ocupa.

“Vallita”, como es conocida afectuosamente la Virgen del Valle, es depositaria de la fe de todos los venezolanos; pero en especial la de los orientales, y en su festividad son incontables los testimonios de quienes aseguran que sus oraciones fueron respondidas con lo que consideran verdaderos milagros.

Siempre comentamos en estas líneas la necesidad de encontrar espacios de encuentro común entre los venezolanos, que puedan sanar las fracturas que como sociedad hemos vivido en los últimos tiempos; y sin duda, la inquebrantable fe que pasa de generación en generación y que nos hermana más allá de las diferencias, es un importante punto a favor.

También es un motivo de fiesta. El encuentro entre quienes profesan la misma devoción en las festividades de su patrona es momento de gozo y agradecimiento, de una conexión con lo mejor de la vida, que invita al optimismo y a la certeza de que sí puede haber un futuro mejor.

Por ello, más allá de las circunstancias coyunturales, queremos desde aquí hoy, celebrar la rica vida espiritual de los venezolanos y la valiosa herencia que se transmite a hijos y nietos, para dotarlos de un salvavidas que permita sobrevivir las turbulentas aguas que en algún momento debemos atravesar todos en la vida; y que especialmente padecemos hoy como nación. En la fe que compartimos, tenemos la certeza de que vamos a salir adelante.

jueves, 8 de septiembre de 2016

“Ojo con la educación”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

El inicio del nuevo año escolar para el día 26 de septiembre, anunciado por el ministro de Educación Rodolfo Pérez en su red social Twitter, generó una serie de comentarios en la opinión pública, a los cuales hay que poner la lupa por sus implicaciones.

En principio, lo que más llama la atención de la fecha anunciada, es el hecho de que las nuevas actividades docentes se están postergando una semana. Puede no sonar como mucho, pero sin duda es algo sobre lo cual hay que estar atentos.

De acuerdo con el Observatorio Educativo de Venezuela, la medida viola el artículo 54 del Reglamento General de la Ley Orgánica de Educación, que establece que las clases deberían comenzar el lunes 19 de septiembre.

Dicho artículo reza: “Las actividades de enseñanza del año escolar estarán comprendidas entre el primer día hábil de la segunda quincena del mes de septiembre y el último día hábil de la primera semana del mes de julio del año siguiente.”

El OEV también alerta que el nuevo año académico, que termina el 31 de julio de 2017, tendrá solo 193 días aprovechables, siete días menos de los que establece el artículo 49 de la LOE. En estos cálculos se restaron los días no laborables, las vacaciones y fechas  para eventuales actos comiciales.

Lamentablemente, las modificaciones en estas rutinas que están además marcadas por la ley, no son para mejorar sino para empeorar. Y es inquietante que esta vez se trate de la educación de nuestros hijos, algo con lo cual los padres tenemos pleno derecho a ser extremadamente celosos.

Más cuando, según el secretario de educación de la Gobernación de Miranda, Juan Maragall, hay razones para adelantar el inicio del año escolar en lugar de postergarlo. Entre otras cosas, este profesional de la docencia considera que las actividades educativas brindan una sensación de estabilidad a niños, niñas y adolescentes; así como a sus padres, representantes y demás familiares. Sobra decir que estamos de acuerdo con él, por lo urgente y necesaria que es la estabilidad para los menores en los tiempos que atraviesa Venezuela.

Por otro lado, también han resultado polémicos los anuncios –y los rumores- sobre la modificación del curriculum escolar. Y no es para menos. Se trata de decisiones extremadamente delicadas, que deben ser tomadas por personal altamente especializado y que deben tener en cuenta de qué manera afectarán el futuro de los educandos, sus oportunidades y su desempeño futuro, tanto en lo laboral como en lo humano.

El despacho de Educación negó de plano las especulaciones que corrieron hace unos días, sobre la eliminación de materias como Matemática, Física y Biología. Sin embargo y al respecto, el presidente de la Federación Venezolana de Maestros, Orlando Alzuru, explicó que se pasa del tradicional esquema de las asignaturas a “áreas de conocimiento”.

De esta manera, los alumnos ahora tendrían “ejes” de Ciencias Naturales, que incluiría materias como Biología y Química; Educación Física; Lenguas, Culturas y Comunicación, Lenguas extranjeras, Matemática, Memoria, Territorio y Ciudadanía y Educación para el Trabajo.

¿Es beneficioso o dañino este cambio? ¿Con base en qué expectativas o premisas se implementaría? 

Porque no puede hacerse simplemente como una acción de cambiar algo por el hecho de cambiarlo sin ver más allá.

El profesor Alzuru destacó que la implementación de este sistema no es acorde a la realidad, pues el despacho espera que cada área sea impartida por un sólo profesor; cuando la formación de los docentes en el país es especializada en un área determinada.

El titular del despacho de Educación también declaró que se buscará “transformar los liceos, para que sean espacios para la formación de la personalidad de los jóvenes”. Palabras que dejaron abierta una gran expectativa y curiosidad, ya que es derecho de los padres y representantes preguntarse en qué dirección apuntarán esa formación y esas transformaciones de la personalidad.

Ciertamente, el funcionario complementó alegando “Que los liceos sean un espacio para construir una ciudadanía republicana, desde la perspectiva del pensamiento y la obra de Simón Bolívar”. Pero esto no disminuye la inquietud, y menos aún cuando el pensamiento de nuestro Libertador ha sido tan subjetivizado y manipulado.

¿Qué suma esta propuesta? Estamos en una era altamente competitiva y globalizada, en la cual debemos apuntar a que los futuros profesionales venezolanos tengan una formación de excelencia y a la altura de sus mejores pares en el mundo. ¿Es eso lo que se busca? ¿Ayudan estas acciones a conseguirlo?

Muchas veces hemos hablado en este espacio de los posibles puntos de encuentro de una sociedad tan fracturada como la nuestra. Sin duda, la calidad en la formación de nuestros hijos es uno de estos puntos.

viernes, 2 de septiembre de 2016

“La marcha de la paz”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Para quienes estuvimos en la enorme manifestación que colmó varias de las avenidas más céntricas de Caracas este jueves 1° de septiembre, la más grata de las sorpresas fue el reencuentro con lo mejor de la venezolanidad.

Las sonrisas volvieron a la calle, el optimismo reflotó, como si jamás hubiera escaseado. No hubo quien asistiera a la convocatoria y no se encontrara a alguien conocido que tenía tiempo sin ver.

Y sobre todo, volvió a respirarse ese aire de unidad y hermandad que siempre ha marcado nuestro gentilicio y que había sido torpedeado en los últimos tiempos por las complejas dificultades que hemos estado padeciendo.

Pero sobretodo fue una reafirmación de que todos queremos lo mismo para nuestro país: paz, progreso, hermandad. Y por encima de todo, una Venezuela que sí se parezca a los venezolanos.

A veces, en el agobio del día a día, tendemos a aislarnos y a sentirnos solos en nuestro deseo urgente de justicia y de dignidad para nuestras vidas; así que este multitudinario encuentro sirvió para reafirmar algo que con frecuencia olvidamos. Somos una mayoría contundente y vibramos en la misma onda.

Los agoreros anuncios que acusaban a la fecha de ser la antesala a algo siniestro e ilegal se quedaron con los crespos hechos. Los manifestantes fuimos y volvimos, cumpliendo con el objetivo: demostrarle al gobierno, a los poderes públicos y al mundo entero que es inmensa la cantidad de venezolanos que exigimos el derecho constitucional del referendo revocatorio. Y que por más conchas de mango que se nos pongan en el camino, la ciudadanía está unificada en un camino del cual nada ni nadie la va a desviar.

El balón quedó del lado de la cancha del Consejo Nacional Electoral. Al cerrar esta nota, esperamos por una clara convocatoria en condiciones justas para la recolección del 20% de las firmas del padrón de votantes que activen de manera firme el referendo revocatorio presidencial el cual es perfectamente realizable este mismo año. Como decían nuestros abuelos, querer es poder.

La masiva presión ciudadana en las calles, escribe la historia de los países. Y Venezuela no es la excepción. Los venezolanos estamos haciendo la tarea.

www.daviduzcategui.com