lunes, 29 de junio de 2015

"Tenemos fecha"

Por David Uzcátegui
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui


El develamiento final de las elecciones parlamentarias para el día 6 de diciembre del corriente año, es sin duda la más impactante de las noticias ocurridas en nuestro país en los últimos días.
Por primera vez los comicios legislativos tienen tanto peso en la opinión pública, lo cual habla de la madurez política del pueblo, especialmente en el caso de Venezuela, una nación tremendamente presidencialista que, en estos años ha aprendido a valorar lo que el equilibrio de poderes puede hacer por una democracia. Esta vez, aseguramos, apostará a la importancia de la elección del Legislativo para contribuir a enrumbar a nuestra nación hacia un destino más prometedor.
En primer lugar, cabe preguntarse por qué se tardó tanto en definir la cita comicial, ya que es de democracias serias y consolidadas el anunciar las fechas de estos encuentros con antelación y no dejarlos para última hora. Al respecto hubo muchas especulaciones, a las cuales no queremos unirnos. En primer lugar porque son sencillamente eso, suposiciones; y adicionalmente, porque ya tenemos la esperada fecha y eso es lo importante.
Por otro lado, coincidimos con el coordinador de la mesa de la Unidad Democrática, Jesús “Chúo” Torrealba en cuanto al hecho de que fue la presión ciudadana la que logró que se diera a conocer dicha fecha. En una sociedad que tiene el juego “trancado” como la nuestra, el derecho a votar es percibido como una válvula de escape, y más aún cuando otras instancias de diálogo se han enrarecido. Nunca unos comicios parlamentarios habían sido tan esperados como estos en nuestra historia; y no solamente por los partidos y demás actores políticos, sino por la gente en general.
Y en cuanto a la MUD, esta instancia de la alternativa democrática sigue escuchando lo que clama el electorado y lo demuestra una vez más con la intención de postular a la coalición mediante una tarjeta única, que demuestre la solidez y congruencia del sentimiento unitario.
Esta alianza ha sido duramente criticada, no solamente desde el oficialismo, lo cual es de esperarse; sino también desde instancias contrarias al gobierno que prefieren actuar por su propia cuenta, olvidando que la circunstancia demanda articulación colectiva y suma de fuerzas. Todos tenemos qué aportar a la coalición; pero cada uno de esos aportes por sí solo, se convierte en sal y agua en medio de la compleja circunstancia que atravesamos.
Y llevando agua al molino de tan necesaria unión, recordemos el titánico esfuerzo que implica poner de acuerdo a casi 30 organizaciones políticas de los más diversos matices ideológicos, pero todas sumadas bajo el paraguas de la necesidad de un país y de su eficiente funcionamiento, para que los venezolanos podamos crecer en todo sentido.
La circunstancia del próximo encuentro electoral es inédita en los años recientes en Venezuela, pues es la primera que se da a casi tres años de la desaparición física del presidente Hugo Chávez, cuya conexión afectiva con sus partidarios es reconocida incluso por sus más acérrimos detractores. Desaparecido este vínculo con la dirigencia oficialista actual, el electorado juzgará con más objetividad y equilibrio los pro y los contra de ambas propuestas de gobierno.
Por otro lado, el presidencialismo también luce extraviado como visión política en unas elecciones parlamentarias, en las cuales hay pluralidad de rostros y se puede conformar un cuerpo colegiado que plasme no solamente la diversidad de colores del arco iris electoral venezolano; sino también comience a proyectar nuevos líderes que tendrán el chance de tomar posiciones claves del universo político nacional en los años por venir. Los votantes deben apostar a esta oportunidad y adicionalmente, servirles el camino a quienes protagonizarán los grandes cambios que más pronto que tarde serán inevitables.

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