Por mucho que este gobierno se
esfuerce en distorsionar la realidad, cada vez hay más venezolanos, como Juan,
que saben que en nuestro país no hay ninguna guerra económica, así como tampoco
existe ningún ataque golpista o golpe fantasma; lo que hay es un gobierno
irresponsable y corrupto, que insiste, con su modelo económico fracasado, en
deteriorar la calidad de vida de nuestro pueblo.
Juan es un agricultor, a quien
tuvimos el privilegio de escuchar en una asamblea que hicimos esta semana en
Mamporal, en nuestro municipio Buroz de Barlovento. Él nos confesó que hasta
hace algunos meses militaba en el partido de gobierno, pero se decepcionó al
ver que mientras él pasa trabajo para llevar el sustento a su casa, hay un
grupito de enchufados amasando grandes fortunas, bajo la sombra de los que
gobiernan.
Decía que muchas veces tiene que
pedir prestado, porque el dinero no le alcanza. “Cómo va alcanzar una quincena
si tengo gastos diarios de transporte y comida, y también gastos semanales, de
medicinas para el menor de mis cuatro hijos, que es asmático”, repetía una y
otra vez. El costo de la vida de los venezolanos aumentó 74,8% en el último año.
Incluso con el aumento reciente del salario mínimo, se necesitan 3,5 salarios
nada más para poder cubrir los gastos básicos de alimentación y 6.5 para cubrir
la canasta básica. ¿Qué bolsillo aguanta tanto? Solamente el de los enchufados.
Este barloventeño se lamentaba de
que este gobierno haya lanzado por la borda, la posibilidad histórica de
convertir a nuestra Venezuela en un país desarrollado y próspero, con la
torrencial lluvia de dólares que ingresó producto de una bonanza petrolera sin
precedente.
Dólares que fueron a parar a los
bolsillos de unos pocos, en vez de ser invertidos en obras de infraestructura
social, que generaran empleos de calidad, y en incentivar la producción
nacional. No olvidemos que sigue sin haber un solo responsable por los más de
25.000 millones de dólares que se robaron de Cadivi, a través de empresas de
maletín. Este gobierno también se gastó los dólares en asesores para intentar
consolidar, a costa de las necesidades del pueblo, un proyecto político
fracasado.
Ahora pretenden que los
venezolanos paguemos los platos rotos. Ya vimos cómo volvieron a devaluar
nuestra moneda. Hablamos de la devaluación más grande de la historia de nuestro
país, al pasar de 12 a más de 170 bolívares por dólar, con la inflación más
alta del mundo. Con esta nueva devaluación los venezolanos pasaron a ganar un
poco más de un dólar diario. Paradójico, cuando tenemos un gobierno que siempre
se ha jactado en decir que somos el país de Latinoamérica con el salario mínimo
más alto.
Eso sin mencionar que esta semana
el dólar paralelo, el mismo que algunos voceros de este gobierno mentiroso
prometieron pulverizar, al momento de escribir estas líneas pasó la barrera de
los 280 bolívares. ¿Dónde estará el enchufado que nos dijo que el Sistema
Marginal de Divisas (Simadi) destruiría al paralelo, que prometió que ese
mercado dejaría de existir? No olvidemos que cuando arrancó el Simadi, la
diferencia entre su tasa de cambio y la del paralelo era 12%. Hoy esa
diferencia es de casi 50%. ¿Así es que se gobierna Nicolás? Mientras este
gobierno ensaya con la economía, el bolsillo de nuestro pueblo sufre.
A esto hay que agregarle el
aumento y anuncio de nuevos impuestos, el incremento de la tarifa eléctrica y
otros servicios públicos, el aumento de 40% en el pasaje de rutas interurbanas
y suburbanas, a ser cobradas en todo el territorio nacional, además de las
pretensiones de subir el precio de la gasolina. Es una burla a la inteligencia
de los venezolanos, la campaña mediática del gobierno sobre el aumento del
combustible. ¿Por qué mejor no dejan de regalar nuestro petróleo a intereses
extranjeros?
Esta medida, al igual que las
otras, para nada alivia el ya golpeado bolsillo de los venezolanos, quienes
además de batallar contra la inflación, tienen que lidiar con la escasez, que
se ha convertido en otro dolor de cabeza a la hora de hacer mercado, porque si
logran tener el dinero, entonces muchas veces, no hay los productos.
Y todavía tienen la desfachatez
de afirmar que los venezolanos son más felices ahora. ¡Cínicos! Cómo puede
hablarse de felicidad en un país, en el que la inflación acumulada de alimentos
durante los últimos dos años, con un gobierno que dice ser socialista, es de
252%. Nada más la inflación de enero de 2015 superó los dos dígitos. ¿Cuánto
fue la del mes de febrero? ¿Por qué no la publican? En 2014, la inflación de
alimentos fue 102.2%, en salud 41.4%, en vestido 43% y transporte 59.7%.
¿Cómo
cerrará este año?
¡Ya nadie les cree! Por eso cada
vez hay más pueblo oficialista descontento en todos los rincones de nuestro
país, protestando pacíficamente, como dijo Juan que lo hace cada vez que puede,
para pedir soluciones a sus problemas. Y de esto es precisamente de lo que no
quiere hablar Nicolás, por eso a diario lanza potes de humo. Por eso manda a su
combo de enchufados a decir mentiras a través del canal que debería ser de
todos los venezolanos, culpando a otros del desastre y el caos que generaron.
A quienes aún tienen algún tipo
de expectativa por este gobierno, insistimos en pedirles que abran los ojos. No
tienen que esperar que una situación extrema toque sus puertas, para entender
que este modelo fracasó, se agotó, no sirve. Nuestra Venezuela necesita un
gobierno responsable y serio, no un gobierno que todos los días empuje a
nuestra Venezuela hacia atrás.
Por eso seguiremos recorriendo
todos los días todos los rincones de nuestra Miranda y nuestra Venezuela,
pidiendo a los venezolanos unión para impulsar los cambios que nuestro país
reclama. El 85% de los venezolanos queremos un cambio, pero no olvidemos que
los cambios no se dan solos, debemos ser protagonistas y que cada uno de
nosotros, en su comunidad, sume esfuerzo. Nuestra Venezuela necesita avanzar.
Recordemos siempre que sobran razones para unirnos. Tenemos la tierra, el
recurso humano y el talento para incentivar la producción nacional y lograr el
país con el que tanto hemos soñado y que nos merecemos.
¡Que Dios bendiga a nuestra
Venezuela!
FUENTE: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2015/03/08/golpe-al-bolsillo/
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