domingo, 25 de octubre de 2015

“Polarizados”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

El título de esta nota no se refiere solamente a los venezolanos que se encuentran en extremos opuestos de la circunstancia política, sin posibilidad de ubicarse en un sano centro de encuentro. En realidad es un juego de palabras y una manera de referirnos al rol que la cumpleañera Empresas Polar juega en la vida del país.

Los 75 años de este grupo empresarial lo encuentran lamentablemente en el ojo del huracán de una disputa política absurda e innecesaria, ya que se trata del mayor fabricante de alimentos del país, el cual debería esta ajeno a todo esto y enfocado en la importante labor que desempeñan.

Sin embargo, pareciera que la vorágine de la hiperpolitización que engulle al país atrajera todo hacia ese torbellino, sin posibilidad alguna de escape.

Entre finales de los años 30 y principios de los 40, los Mendoza sentaron las bases para convertir una antigua y pequeña compañía familiar de fábrica de velas y jabones en una compañía cervecera, tomando un riesgo para la época, importando maquinaria y abriendo las puertas a personal calificado que venía huyendo de la negra nube de guerra que ya amenazaba claramente a Europa. En Venezuela, mientras tanto, recién se despertaba de la larga noche del gomecismo.

Quizá el mayor aporte del conglomerado empresarial a la venezolanidad, haya sido la industrialización de la Harina pan, con lo cual se cotidianizó y masíficó el consumo de la arepa.

Pensemos en lo que era la realización de esa emblemática comida nacional hace poco más de medio siglo: había que pilar el maíz, una labor engorrosa que fue sustituida por la harina industrializada y que dio un vuelco al día a día de los venezolanos a partir de 1960.

Contribuciones de este calibre, son las que un país necesita. Que el empresario esté enfocado en su productividad, entendida esta como la generación de ideas para el bienestar colectivo. Y por supuesto, su implementación en la práctica.

Las plantas de Polar se han multiplicado por todo el país en estas décadas, hasta llegar hoy a un total de 28, que brindan empleo estable a miles de venezolanos. Amén de haberse creado la Fundación Empresas Polar, que cumple con el rol de responsabilidad social empresarial al apoyar la cultura nacional en muchas de sus variantes.

También es una iniciativa referencial del conglomerado, el haber creado en los terrenos donde había funcionado la primera planta de la empresa, ya desaparecida, fue construido el Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (Cania), institución se especializa en el manejo interdisciplinario de la malnutrición infantil.

Los alimentos y bebidas bajo el paraguas de la marca se han diversificado, contando todos con la aceptación de los consumidores, e incluso trascendiendo nuestras fronteras, llevando muy lejos productos que nos identifican con un indiscutible sello venezolano.

Hablamos entonces, de una iniciativa particular con capital privado, que ha crecido y se ha mantenido en el tiempo, con la misión de proveer alimentos a la ciudadanía, amén de la creación de empleo y de la responsabilidad social que se deriva de su acción y actuación en el universo nacional.

Esto es el deber ser del empresariado y en este sentido estimamos que ha cumplido su rol y por ello es un interlocutor válido en la etapa compleja que actualmente vive Venezuela. Saben cómo producir en nuestro país, padecen las limitaciones del momento actual y sin duda deben tener respuestas para su superación.

La sinergia entre gobierno y empresa privada es el deber ser de una sociedad, pueden y deben coexistir pacíficamente, cada uno cumpliendo un rol distinto, porque tiene tareas específicas –pero complementarias- dentro del hábitat de una nación.

La invasión de las ocupaciones de uno por el otro, trae distorsiones que a la larga terminan por afectar a la gente, y eso es lamentable. El momento que atravesamos exige madurez de parte de todos, y específicamente abrir las voluntades hacia posibilidades de colaboración que muevan las energías nacionales en una misma línea y con objetivos conjuntos. Ninguno de los problemas nacionales puede ser resuelto por nadie en solitario.

Por ello, nos permitimos imaginarnos un diálogo constructivo, en el cual ambas partes se escuchen y salgan beneficiadas. Porque no se trata solamente de aliviar la tensión que se respira actualmente en la atmósfera cotidiana; sino también de aportar a la válvula de escape que todos los ciudadanos que apostamos a la paz estamos buscando. Y que a todos nos haría tanto bien.

Esperemos pues, que la convivencia y colaboración entre el gobierno nacional y Empresas Polar sea lo que marque el futuro y que ambas partes se puedan dedicar a producir, como nos conviene a todos, como es necesario para el bien del país.



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