La creciente reincidencia de los
apagones en diversas regiones venezolanas, los ha convertido en un tema de
conversación recurrente en los últimos días. Y es que resulta muy difícil
evadir la atención de un hecho que trastorna la cotidianidad ciudadana de tantas
maneras.
La inquietud ante los más
recientes problemas eléctricos, radica en dos aspectos que complican más el
panorama: se prolongan durante más tiempo y abarcan espacios geográficos cada
vez mayores.
Para el día 12 de marzo, el
diario El Universal titulaba: “Seis estados de Venezuela con fallas eléctricas
por ‘bajo nivel’ de represa en Barinas”. La misma información agregaba que un
sujeto fue capturado por realizar un “acto de sabotaje” en la subestación
eléctrica de Caucagua, en el estado Miranda. Esto –suponemos-, es a propósito
de que los fallos eléctricos se producen en diversos puntos de la geografía
nacional y por ello es de suponer que se deben a más de una causa.
Incluso, estos hechos llegan a
ser titulares en medios internacionales, los cuales reflejan la reiteración de
los hechos.
La plataforma informativa
Sputnik, perteneciente a la federación rusa, tituló el pasado día 13 de este
mes: “Gobierno de Venezuela activa plan de contingencia por apagones al oeste
de Venezuela”.
A continuación, en el cuerpo de
la nota, se procede a exponer la versión oficial del gobierno venezolano con
las siguientes palabras: “El Gobierno de Venezuela activó un plan de
contingencia para atender las fallas eléctricas que se registran desde hace una
semana en cinco estados del oeste y aseguró que son consecuencia, en su
mayoría, del período de sequías que afecta la generación de energía hídrica”.
La misma noticia reconoce que los
estados más afectados por las interrupciones del servicio eléctrico en las últimas
dos semanas han sido Trujillo, Barinas, Portuguesa, Táchira y Mérida.
Finalmente aseguran que, de
acuerdo a los reportes meteorológicos, a partir del 20 de marzo iniciarán las
lluvias en las zonas del río Uribante Caparo, estado Táchira, el cual surte el
embalse La Vueltosa, por lo que se espera que la situación mejore.
Lo cierto, es que necesitamos con
urgencia una respuesta concreta y efectiva de las autoridades con respecto a
esta problemática nacional, que entorpece hasta los actos más sencillos de la
cotidianidad e incluso va más allá, al afectar la operatividad de tareas
medulares de la sociedad, como los hospitales.
Las actividades de las amas de
casa, los aparatos eléctricos del hogar, los aires acondicionados, las
computadoras, las oficinas y sistemas de transporte como el Metro, son también
afectados y ralentizan la productividad nacional, la cual tanto necesitamos
empujar justamente en este momento.
Si bien es cierto que la sequía
afecta la generación del sistema hidroeléctrico -que es uno de los más
confiables y limpios-, también es verdad que sabemos que nuestro país está
sometido, por naturaleza, a estos ciclos de estaciones secas y estaciones
lluviosas. Por lo tanto, se impone la planificación y la alternativa, y no
actuar de manera reactiva ante la contingencia, porque esto sin duda lleva
tiempo y ello implica que el problema rebote en la calidad de vida de la gente.
Esto implica un monitoreo
constante de las condiciones climáticas –en el caso de las fuentes de energía
hidroeléctrica- para tomar con tiempo las precauciones necesarias. Para ello,
entre otras cosas, se necesita sin duda una mayor inversión. Y ser rigurosos en
la excelencia del personal que se seleccione para operar una industria tan
medular para el funcionamiento del país.
Y por supuesto, urge también la
creación de energías alternativas.
A la termoeléctrica no le podemos
decir que no, porque ella se sustenta del petróleo y esta es nuestra mayor
riqueza, asentados como estamos sobre la mayor reserva petrolera del planeta.
Sin embargo, hay que recordar que esta es una energía menos amigable con el
ambiente y su utilización debería limitarse a estos tiempos de contingencia y
posteriormente ser sustituida paulatinamente por energía más limpia, como la
eólica o la solar, que ya van ganando espacios en países preocupados por el hoy
tan delicado asunto ambiental.
Y por ahora, lo más urgente es
despolitizar el problema. No es asunto de oficialismo y oposición, en tanto y
en cuanto nos afecta a todos permanentemente. Y desde nuestro punto de vista se
trata de un asunto netamente técnico, el cual no es otro que garantizar el
suministro permanente de energía eléctrica a todos los venezolanos. A veces
llega y a veces no. Y tiene que llegar siempre.
Un cambio de foco en este
sentido, sería un gran comienzo para sanear un asunto que es tema de
conversación entre todos los colores ideológicos del país por igual.
David Uzcátegui
Twitter: @DavidUzcategui
Instagram: @DUzcategui
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