De cara a las elecciones presidenciales, que van a suceder
este año, toda la sociedad venezolana se encuentra ante una incógnita que hay
que resolver: ¿cómo quedan los partidos políticos en la Venezuela actual?
Porque nos encontramos a las puertas del llamado “proceso de
validación de partidos políticos”, impuesto por el Consejo Nacional Electoral,
hecho que, como era de esperarse, ha causado enorme polémica.
Y es que la validez de un partido político se mide por su
crecimiento orgánico, por su compromiso con el momento histórico, con su
capacidad para leer el escenario que le ha tocado enfrentar y por su propósito
de influir en la historia de una nación para el mayor bien posible.
El proceso de validación de firmas para partidos políticos
será a finales de este mes de enero y mientras lo esperamos, se abre una
discusión absolutamente legítima al respecto.
Porque desde nuestro punto de vista, no es más que buscarle
la quinta pata al gato. No es más que un contratiempo, una dificultad adicional
al hecho de querer ejercer el voto y materializar la democracia.
Es una creación que se puede acatar, teniendo en la mira el
bien común de todos los venezolanos, pero se acata bajo protesta, por
innecesaria, por complicada y por contribuir a enrarecer más la atmósfera de
una nación que ya de por sí respira demasiada tensión en el ambiente.
El presidente de la República aseguró, de cara a los nuevos
diálogos en Santo Domingo, que a la oposición venezolana se le brindarán todas
las garantías para que participe en las ineludibles elecciones presidenciales.
Esperamos que así sea y que haga buena su palabra. Porque la
fragilidad del contrato social en la Venezuela actual es tal, que no se puede
apostar sino a cualquier remedio que tengamos a mano todos los que convivimos
en esta tierra.
Y resulta que, como siempre lo hemos dicho, el mejor remedio
es el encuentro en las votaciones. No solamente es el más efectivo, sino
también es el que toca actualmente por cronograma.
Por ello, esta propuesta emanada de la Asamblea Nacional
Constituyente el pasado 20 de diciembre, nos parece definitivamente inadecuada.
La justificación que se da para la misma es que los partidos
que no participaron en las recientes elecciones municipales, deben pasar por un
proceso de validación.
¿Por qué estamos en desacuerdo con ello?
Pues, principalmente, porque era libertad y potestad de cada
agrupación el decidir si iba o no a un encuentro comicial en particular, sin
que eso pueda detonar en modo alguno ninguna forma de sanción o señalamiento.
Porque, por otro lado, la validación de un partido político
se da en las urnas electorales y, por lo tanto, es justamente acudiendo
libremente a estos comicios como podremos medir la validez de las agrupaciones
políticas nacionales.
Y desde aquí todos nuestros lectores saben que nosotros
siempre defendimos la participación en el reciente encuentro electoral de
diciembre pasado.
Paro también saben quienes nos siguen, que somos propulsores
de que exista la máxima diversidad posible en el marco de la necesaria
coalición de organizaciones políticas para empujar colectivamente un cambio de
rumbo, que ya no se puede postergar más.
Por ello nos parece legítimo que cada quien adopte una
posición, sin que haya que pagar costo alguno por ello. Y que la discusión de
las estrategias a seguir se dé al seno interno de las organizaciones, sin
presión de ningún tipo desde fuera.
Pero sin duda estamos hablando de lo deseable, de lo que
debería ser y no de la realidad, que nos pone frente a un escenario que está
lejos del ideal; pero que es el que enfrentamos. Y hay que asumirlo.
Desde aquí, creo que debemos acudir a ese requerimiento. Y
creo que quienes vayamos, lo hacemos en la certeza y la fe de que es inmensa la
mayoría de venezolanos que quiere un cambio, y que no habrá forma de torcerlo.
Si esta es una de las estaciones, pues habrá que transitar
el camino una vez más. Porque solamente la constancia y la terquedad pueden
concretar un cambio, un cambio del cual nadie ha dicho nunca que será fácil. Y
como siempre, también postulamos que la acción es infinitamente mejor que la
inacción.
Sabemos que la cita electoral es la que menos se puede
desperdiciar entre las oportunidades y que, justamente, si esta cita es para
resolver el asunto presidencial, la convocatoria a este acto será muy elevada
en cantidad de votantes.
No tenemos duda de que este evento hablará a nuestro favor,
en pro de quienes visualizamos una Venezuela de progreso y bienestar. Por ello
vamos a cumplir ese requisito, para luego vernos en las urnas comiciales. Pero,
antes de ello, invitamos a nuestros adversarios, que son quienes administran el
poder, a crear las condiciones de mayor convivencia posible. Por el bien de
todos.
David Uzcátegui
Twitter: @DavidUzcategui
Instagram: @DUzcategui
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