domingo, 15 de noviembre de 2015

“Equidad electoral”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Los venezolanos estamos entrando de lleno en la campaña electoral para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Como lo hemos reiterado desde este espacio en muchas oportunidades, a pesar de no tratarse de comicios presidenciales, en esta cita se encuentra una pieza clave del porvenir de Venezuela, como lo es la Asamblea Nacional, que será nuestro poder Legislativo por los próximos cinco años.

Y desde ya nos venimos inquietando por la equidad de las condiciones propagandísticas de los dos grandes grupos que se darán cita en las urnas electorales: el oficialismo y la Mesa de la Unidad Democrática.

Uno de los motivos por los cuales en su momento nos opusimos a la llamada reelección indefinida, fue el hecho, mundial e históricamente comprobado, de que los gobiernos siempre compitan con ventaja en los encuentro electorales. Es un hecho incontrovertible, partiendo del aparato de poder y comunicación que cualquier administración gubernamental ostenta, y del hecho, justamente, de la percepción de poder por parte del electorado.

Venezuela no es la excepción a esa regla, y menos aún con el aparataje mediático que el gobierno ha creado para sí. Como lo confesara alguna vez un funcionario gubernamental, su objetivo era crear una “hegemonía comunicacional” y lo lograron.

No solamente se comunica el mensaje oficialista a través de radios, televisoras, periódicos y sitios web que pertenecen a la nómina del Estado. También se hace mediante pautas obligatorias en medios privados, lo cual es un beneficio al cual no tienen acceso los sectores de la alternativa democrática.

Ciertamente, en teoría se regulan las participaciones propagandísticas de los involucrados en condiciones de equidad; pero por ejemplo –y en adición-  los sectores opositores no cuentan con ventajas como elementos propagandísticos desplegados en edificios públicos, a los cuales acuden numerosos ciudadanos todos los días, quedando expuestos a tales mensajes.

Los árbitros de la contienda deberían tomar medidas, por ejemplo, en el tema de las inauguraciones de obras en períodos de campaña electoral. Este es un elemento de perturbación no solamente en nuestro país, sino en muchas otras latitudes, ya que obviamente es un recurso de propaganda indirecta para quienes ostentan el poder, que de entrada no puede ser cuestionado.

Sin embargo, aunque indirecto,  es propaganda. A tal punto que es muchas naciones se prohíbe la inauguración de obras públicas cuando se acerca un encuentro electoral. Y en los lugares donde se permite la inauguración en sí, se realiza con la mayor discreción y sobriedad, con el fin de disociar la obra en sí de la campaña en cuestión.

En las últimas semanas hemos visto el corte de cinta de obras sin duda loables y necesarias; pero acompañadas de un proselitismo definitivamente innecesario, el cual nos hace inquietarnos por el ventajismo que pueda tener una de las partes en juego.

De parte del árbitro es un excelente momento para hacer valer su autoridad e independencia y llamar a la equidad y ecuanimidad en las pocas semanas que quedan entre el momento actual y nuestro encuentro en los centros de votación.

Y por parte de los funcionarios gubernamentales sería también una muestra de buena fe la auto regulación de estas circunstancias, e incluso el brindar espacios a quienes no piensan como ellos en medios que, como bien dicen sus lemas, son de todos los venezolanos.

Sería digno de aplauso también que en los mencionados medios pro gubernamentales se bajara el tono de los espacios que aplauden la obra gubernamental y cuestionan a la oposición, en contrapartida a los medios de comunicación particulares que han llegado a balances más equilibrados en asuntos políticos.

Y todo este contexto de prudencia y sensatez en la propaganda electoral serviría de ejemplo al país entero, a un país que luce recalentado por sus problemas y que llega exhausto a la cita comicial.

Recordemos que – también lo hemos dicho- el ejemplo de respeto y convivencia por parte de quienes ejercen el liderazgo en el país, sean del bando que sean, es crucial para que volvamos a ser una sola patria y no dos mitades irreconciliables.

Factor que, por cierto, incide en el riesgo-país que preocupa a la actual administración, y que no decae a pesar de los puntuales pagos a los acreedores internacionales. Pero es que estos, más allá de llevar las cuentas, también monitorean el clima interno, el cual debería ser de mayo concordia para proyectar confianza hacia afuera.

Así pues, equilibrio, tolerancia y civismo para la importante cita del domingo 6 de diciembre. Si seguimos las buenas maneras que deberían ser práctica usual en estas circunstancias, ganaremos todos, más allá de quien saque el mayor número de votos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario