domingo, 29 de noviembre de 2015

"Mirando a Argentina"

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

La noticia de las elecciones presidenciales argentinas ha traído cola. En realidad lo hace desde mucho antes, cuando se comenzó a perfilar lo que se jugaba: la continuidad del proyecto kirchnerista, que había estado al frente del país por más de doce años, o un cambio de rumbo a manos de una nueva alternativa.

La gente se decidió por el cambio encarnado en Mauricio Macri. Argentina vio por primera vez que los comicios presidenciales se decidieran en una segunda vuelta, lo cual fue una prueba de fuego para la institucionalidad del país.

Y vale la pena poner la lupa sobre los reacomodos que hubo en esta segunda vuelta. El hecho de que en la primera, el oficialista Daniel Scioli haya ganado por un margen tan estrecho, abrió la esperanza para la coalición opositora, que logró capitalizar el descontento generado por el desgaste del prolongado mandato de los Kirchner y remontar la cuesta para vencer, por estrecho pero indudable margen.

¿Cómo se revirtieron los pronósticos que vaticinaban como invencible a la maquinaria gubernamental? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero sucedió. Y no se debe tratar de un milagro, ni de un acto de magia –aunque de que vuelan, vuelan- sino más bien de una conjunción de propuesta y trabajo por parte de la gente de Macri, aunado al ya mencionado desgaste del prolongado mandato de Kirchner y señora.

Porque esa es una verdad incontrovertible, que a muchos políticos de oficio les cuesta aceptar: los liderazgos se desgastan, los ciclos de poder no se pueden prolongar indefinidamente. La propuesta política que hoy toca a su fin en la nación sureña, tuvo su momento, lo vivió y lo agotó. Llega el momento de pasar la página y es mejor aceptarlo. Punto a favor para la presidente que sale: haber entendido que una despedida elegante es la mejor manera de asegurarse la posibilidad de un regreso.

Hay otros puntos que destacar, como por ejemplo el que Macri, exitoso alcalde de Buenos Aires antes de aspirar a la presidencia, haya sumado voluntades a su alrededor para poder superar –aunque por poco- a estatura del poderoso partido gobernante.

Toda victoria debería implicar modestia; pero muy en especial la que conlleve márgenes estrechos. Y por otro lado, toca ser inclusivo y amplio al gobernar, ya que el gobierno saliente que pasa a ser oposición, cuenta también con un capital de votos nada despreciable.

Capital que, esperamos, tampoco sea sobrevalorado por los seguidores de los Kirchner, y que se entienda la dimensión exacta de hacer oposición, sin caer en tentaciones de estorbar al gobierno que se inicia, como una posible estrategia para allanarse el camino de regreso a la Casa Rosada.

Renunciar al poder no es fácil, y menos cuando se ha ejercido durante tanto tiempo, porque genera costumbre. Los medios internacionales reflejan que los diálogos para la transición gubernamental, si bien secos y tensos, se han mantenido en los parámetros de la institucionalidad, como debe ser.

Sobre su política exterior, dijo que intentará mantener buenas relaciones con todos, aunque no comparta los criterios de algunos. Esperemos que así sea y que el gobernante a estrenarse tenga como norte los usos de la buena diplomacia, que aleja de los excesos y anima a la convivencia pacífica, es lo más sensato que se puede hacer; aunque sin duda el cambio de signo en los gobernantes, reacomodará las relaciones de la nación albiceleste.

Sobre este asunto, al igual que sobre otros tantos temas que atañen a la conformación de un gobierno, puede arrojar pistas  la manera como respondió Macri al ser consultado sobre su ideología, en la cual rechazó amoldarse a cánones tradicionales: "Nuestra ideología es resolver, es hacer, lo definiría como un desarrollismo moderno del siglo XXI".

Y abunda en cuanto a la relación con otros países del  continente: "Queremos construir, afianzar buenas relaciones con todos nuestros hermanos latinoamericanos y con el mundo", y agregó que había recibido llamadas de felicitaciones de la presidente de Chile Michelle Bachelet, de la mandataria brasileña Dilma Rousseff y del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.

"Argentina necesita intercambiar con todos los países para generar oportunidades", fueron otras palabras bastante significativas, tras lo cual ratificó que su primer viaje al exterior será a Brasil. Una decisión inteligente, por la proximidad del país y por el enorme peso de la nación brasileña en el continente.

Muchos interpretan la victoria de Macri como la llegada de vientos de cambio al continente. Los cambios siempre son bien recibidos, especialmente cuando la situaciones han estado estancadas por mucho tiempo. Aún es temprano para vaticinar le alcance y la dirección de esos cambios, hipotéticos, pero que sin duda sucederán. En todo caso, el mundo, y especialmente América Latina, miran a Argentina y a su nuevo presidente.


domingo, 22 de noviembre de 2015

“Más allá de lo imaginable”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Hay quienes sostienen que la entrada de la humanidad al siglo XXI tuvo que ver con los atentados ocurridos el 11 de septiembre de 2001, cuando las torres gemelas de Nueva York se desplomaron ante la atónita mirada de todo el planeta.

Casi tres lustros después, nos preguntamos cómo habrá de recordar la historia a la negra noche que padecieron París y el mundo el pasado 13 de diciembre. Casi 130 muertes y medio centenar de heridos, recordaron cuán vulnerables somos los seres humanos ante la maldad de, nada más y nada menos, que otros seres humanos.

Los antecedentes son múltiples y complejos, aunque un hito fue sin duda el aún reciente atentado a la publicación Charlie Hebdo, un semanario de humor que fuera objeto de otra acción de sangre con ribetes propagandísticos el pasado mes de enero.

Con sus satíricas creaciones, consiguieron la indignación de musulmanes, judíos y cristianos casi por igual. Por ello, el 7 de enero, dos hombres vestidos de negro y enmascarados, portando fusiles automáticos Kalashnikov, irrumpieron en su sede y dispararon unas 50 veces. Mataron a doce personas. La rama yemení de Al Quaeda se adjudicó el ataque contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo en París “como venganza por el honor” del profeta Mahoma, fundador del Islam.

Estos hechos luctuosos fueron sin duda antecedentes de los que hoy nos ocupan, que se tradujeron en seis tiroteos y tres explosiones, que fueron reivindicadas por el grupo Estado Islámico, el cual señala que los ataques fueron llevados a cabo por ocho de sus miembros. Según el grupo yihadista, “ocho hermanos que llevaban cinturones de explosivos y fusiles de asalto se dirigieron a los lugares elegidos minuciosamente por adelantado en el corazón de la capital francesa”.

El espíritu del terrorismo es justamente ese, quebrarnos en nuestro centro, hacernos sentir que jamás volveremos a estar seguros, aspirar a que ni siquiera podamos salir a la calle a hacer una compra sin sentir miedo, como reza una frase que corrió por allí justamente a propósito del horror que Francia acaba de padecer.

La respuesta inesperada –aunque no sorprendente- de Francia, atacando posiciones fundamentalistas en Siria, añade más terror al ya existente. El mundo se pregunta sí, en este momento, nos encontramos formalmente en guerra.

Por supuesto, cabe preguntarse hasta dónde podemos unos seres humanos comprender a otros, cuando caben océanos de diferencias. Hay quienes entienden a la muerte y el exterminio como arma legítima para lograr lo que desean por encima de sus adversarios. La vieja y perversa máxima de que el fin justifica los medios.

Como dijéramos tiempo atrás, este es un problema de toda la humanidad. Estamos hiperglobalizados desde hace ya tiempo y avanzamos a profundizar cada vez más esa condición. Y vale también citar aquella metáfora del aleteo de la mariposa en el otro lado del mundo tendrá alguna consecuencia donde nos encontramos nosotros.

Y se abre un gran abanico de retos ante el futuro inmediato de nuestra raza. Uno de ellos, cómo seguir conviviendo en este planeta, un delicado equilibrio que parece verse puesto al límite con más frecuencia  de lo que sería deseable.

Uno de los matices más complejos en esta situación, es sin duda, cómo ven a ser vistos de aquí en adelante los innumerables refugiados que han alcanzado tierras europeas y esperan poder hacer una vida allí.

El grave peligro de generalizar las responsabilidades de los hechos de sangre que nos ocupan y extrapolarlos a una etnia entera, cuando son obra exclusivamente de un grupo de individuos, es sin duda uno de los mayores riesgos.

De por sí, con esta crisis de refugiados, recibieron un nuevo aire partidos extremistas en el viejo continente, y estas agrupaciones se han encontrado con un argumento extremadamente poderoso desde el pasado 13 de noviembre.

Viene una tarea muy compleja para las autoridades europeas, quienes deben separar la paja del grano y tener en cuenta que no pueden cerrar la puerta en la cara de miles y miles de seres humanos que huyen presas del pánico, la violencia y el hambre; pero obviamente también deben extremar, no sin motivos, las medidas de seguridad del continente, que teme el ingreso de militantes extremistas con las peores intenciones entre ceja y ceja.


Y para todo el planeta, el reto de convivir con un extremismo que considera que quienes no compartan su fe, deben ser exterminados. Como comentáramos líneas antes, es una diferencia de creencias tan radical, que escapa a toda posibilidad de entendimiento. No hay respuesta para esta difícil confrontación. Entramos a un tiempo incierto, en el cual las respuestas las irá dando la misma circunstancia.

lunes, 16 de noviembre de 2015

"Jornada Integral de Salud"



Este jueves 19 de noviembre los esperamos en nuestra Jornada Integral de Salud en Plaza Cumbres de Curumo donde se hace el Mercadito.

Invita a tus amigos y familiares. Recuerda que contamos con:

SERVICIOS GRATUITOS:

- Medición de tensión arterial.
- Medición de glicemia (en ayunas)
- Asesoría legal.


SERVICIOS A PRECIO SOLIDARIO:

- Despistaje de Osteoporosis
- Exámenes de laboratorio (en ayunas)
- Certificado médico para conducir (vigencia 5 años)

domingo, 15 de noviembre de 2015

“Equidad electoral”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Los venezolanos estamos entrando de lleno en la campaña electoral para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Como lo hemos reiterado desde este espacio en muchas oportunidades, a pesar de no tratarse de comicios presidenciales, en esta cita se encuentra una pieza clave del porvenir de Venezuela, como lo es la Asamblea Nacional, que será nuestro poder Legislativo por los próximos cinco años.

Y desde ya nos venimos inquietando por la equidad de las condiciones propagandísticas de los dos grandes grupos que se darán cita en las urnas electorales: el oficialismo y la Mesa de la Unidad Democrática.

Uno de los motivos por los cuales en su momento nos opusimos a la llamada reelección indefinida, fue el hecho, mundial e históricamente comprobado, de que los gobiernos siempre compitan con ventaja en los encuentro electorales. Es un hecho incontrovertible, partiendo del aparato de poder y comunicación que cualquier administración gubernamental ostenta, y del hecho, justamente, de la percepción de poder por parte del electorado.

Venezuela no es la excepción a esa regla, y menos aún con el aparataje mediático que el gobierno ha creado para sí. Como lo confesara alguna vez un funcionario gubernamental, su objetivo era crear una “hegemonía comunicacional” y lo lograron.

No solamente se comunica el mensaje oficialista a través de radios, televisoras, periódicos y sitios web que pertenecen a la nómina del Estado. También se hace mediante pautas obligatorias en medios privados, lo cual es un beneficio al cual no tienen acceso los sectores de la alternativa democrática.

Ciertamente, en teoría se regulan las participaciones propagandísticas de los involucrados en condiciones de equidad; pero por ejemplo –y en adición-  los sectores opositores no cuentan con ventajas como elementos propagandísticos desplegados en edificios públicos, a los cuales acuden numerosos ciudadanos todos los días, quedando expuestos a tales mensajes.

Los árbitros de la contienda deberían tomar medidas, por ejemplo, en el tema de las inauguraciones de obras en períodos de campaña electoral. Este es un elemento de perturbación no solamente en nuestro país, sino en muchas otras latitudes, ya que obviamente es un recurso de propaganda indirecta para quienes ostentan el poder, que de entrada no puede ser cuestionado.

Sin embargo, aunque indirecto,  es propaganda. A tal punto que es muchas naciones se prohíbe la inauguración de obras públicas cuando se acerca un encuentro electoral. Y en los lugares donde se permite la inauguración en sí, se realiza con la mayor discreción y sobriedad, con el fin de disociar la obra en sí de la campaña en cuestión.

En las últimas semanas hemos visto el corte de cinta de obras sin duda loables y necesarias; pero acompañadas de un proselitismo definitivamente innecesario, el cual nos hace inquietarnos por el ventajismo que pueda tener una de las partes en juego.

De parte del árbitro es un excelente momento para hacer valer su autoridad e independencia y llamar a la equidad y ecuanimidad en las pocas semanas que quedan entre el momento actual y nuestro encuentro en los centros de votación.

Y por parte de los funcionarios gubernamentales sería también una muestra de buena fe la auto regulación de estas circunstancias, e incluso el brindar espacios a quienes no piensan como ellos en medios que, como bien dicen sus lemas, son de todos los venezolanos.

Sería digno de aplauso también que en los mencionados medios pro gubernamentales se bajara el tono de los espacios que aplauden la obra gubernamental y cuestionan a la oposición, en contrapartida a los medios de comunicación particulares que han llegado a balances más equilibrados en asuntos políticos.

Y todo este contexto de prudencia y sensatez en la propaganda electoral serviría de ejemplo al país entero, a un país que luce recalentado por sus problemas y que llega exhausto a la cita comicial.

Recordemos que – también lo hemos dicho- el ejemplo de respeto y convivencia por parte de quienes ejercen el liderazgo en el país, sean del bando que sean, es crucial para que volvamos a ser una sola patria y no dos mitades irreconciliables.

Factor que, por cierto, incide en el riesgo-país que preocupa a la actual administración, y que no decae a pesar de los puntuales pagos a los acreedores internacionales. Pero es que estos, más allá de llevar las cuentas, también monitorean el clima interno, el cual debería ser de mayo concordia para proyectar confianza hacia afuera.

Así pues, equilibrio, tolerancia y civismo para la importante cita del domingo 6 de diciembre. Si seguimos las buenas maneras que deberían ser práctica usual en estas circunstancias, ganaremos todos, más allá de quien saque el mayor número de votos.


domingo, 8 de noviembre de 2015

¿Por el ascensor, o por la escalera?

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Es un viejo dicho popular ese que asegura que mientras los sueldos suben por la escalera, la inflación lo hace por el ascensor. Pero, como suele suceder con los lugares comunes, el hecho de repetirlos no los desgasta; al contrario: más bien reafirma cuánto tienen de cierto.

La realidad es que hemos visto varios aumentos de sueldo en el último año, pero todos sentimos que cada vez nuestro dinero vale menos y que dichos aumentos apenas alivian por un breve lapso y en grado muy relativo las necesidades a cubrir.

Nadie puede negar que estos aumentos decretados por el gobierno vengan cargados de las mejores intenciones; pero ya sabemos que estas son las mismas que se encuentran en el camino al infierno.

El asunto es que quienes hoy administran a Venezuela están jugando a la antieconómica, y la gente se pregunta por qué no escuchan a quienes saben de esto y les advierten que se están comiendo la flecha en sus acciones.

En primer lugar, un aumento de sueldos por decreto es por definición inflacionario, dado que se está exigiendo a empresas e instituciones que no son productivas, erogar mayores cantidades en nómina, lo cual invariablemente – en caso de la empresa privada- va a tener que ser cargado al consumidor final, aumentando los precios.

Y en el caso de la administración pública, sostenida por el petróleo y cada vez recibiendo menos dinero a través del mismo, implica meterla en un callejón sin salida.

El asunto no es ordenar que se les pague más a los trabajadores, sino ver qué hacemos para ser más productivos.

Desde esta tribuna nos hemos unido a quienes hacen reiteradamente llamados a reforzar la menguada producción nacional, entre otras razones para crear riqueza, para que la misma dinámica productiva incremente la remuneración de los trabajadores al alcanzar la prosperidad a través del trabajo.

Pero para ello se necesita un concierto de la iniciativa particular y la administración pública en conjunto. Naciones que han superado coyunturas mucho peores que las que actualmente padecen Venezuela, solamente han salido adelante con la visión y acción unificada  entre todos los miembros de sus sociedades. Si no remamos todos en la misma dirección, nos hundimos.

Y otro punto muy importante: el gobierno debe enfocar acciones en el fortalecimiento y defensa del valor de nuestro signo monetario. Si conseguimos una moneda que se mantenga robusta y estable ante los vaivenes de la economía, podremos dejar en el pasado los reiterados aumentos de sueldo, los cuales no hacen sino confirmar que el dinero vale cada vez menos.

Otro factor de distorsión es el desconocimiento del verdadero monto de la inflación en nuestro país. Desde diciembre del año pasado, el Banco Central de Venezuela no publica las cifras oficiales a pesar de las numerosas y reiteradas exigencias de quienes están involucrados en el campo de la economía nacional y necesitan saberla para presupuestarse.

En una alocución televisada, el primer mandatario nacional aseguró que la inflación de este año rondaría el 80%, según le habían comentado. Y aseguró que los aumentos de salario de 2015, superaban el 130%, incluyendo las mejoras hechas a través de los cesta-tickets.

Sin embargo, otros actores económicos aseguran que el incremento de los precios para este año superará el 200%, con lo cual más bien queda un remanente negativo superior al 70% en contra de los trabajadores venezolanos. He allí la respuesta de por qué “el dinero no alcanza para nada”.

¿Cómo explicar de manera gráfica lo que sucede? Pues echando mano de la frase que afirma que los precios suben por el ascensor mientras los sueldos lo hacen por la escalera. Después de revisar este escenario de las remuneraciones venezolanas versus la inflación, no hay otra manera mejor de dibujarlo con palabras.

¿Cómo fortalecer nuestro signo monetario? Con trabajo y con confianza. Con productividad, con la producción de bienes y servicios que generen riqueza, paz y prosperidad. Con la diversificación de nuestra industria nacional y con la apuesta a que sea exitosa.

El fortalecimiento de la moneda – y por consecuencia de la economía- no pueden ser temas tabú. De ello depende el sustento de la gente y la satanización del tema, o su manejo a través de dogmas ideológicos termina impactando en las despensas de las familias.

Y también es necesario, para lograr sanear la vapuleada economía venezolana, implementar  cambios de fondo en los discursos tanto como en los hechos. Solamente con concordia, con paz y con conciliación un país puede ser productivo y por ende, próspero.

Cuando contemos con una economía en orden y con una moneda sólida, se acabarán todas las penurias al respecto que hoy padecemos.

www.daviduzcategui.com

jueves, 5 de noviembre de 2015

"Foro de Prevención del Delito"



Ayer miércoles 4 de noviembre 2015 tuvimos una excelente participación de los vecinos de Manzanares Oeste que acudieron a nuestro Foro de Prevención del Delito donde hablamos de puntos muy importantes que deben ser tomados en cuenta en todo momento por nuestra seguridad y la de todos.

Gracias por su participación.

Seguimos trabajando. 
David Uzcátegui

domingo, 1 de noviembre de 2015

“Tiempos de cambios”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

El resultado de las recientes elecciones presidenciales en Argentina, anuncia un cambio en el rumbo político de la nación suramericana. Algo que era de esperarse, porque tanto la historia como la política, son de ciclos.

La gran interrogante en Argentina de cara a las elecciones, era: ¿habrá segunda vuelta o ganará la presidencia Daniel Scioli?

Pero tras conocerse los cómputos,  que dejaron una muy cerrada diferencia a favor del candidato del gobierno y un considerable crecimiento del opositor Mauricio Macri, de la alianza Cambiemos, ahora la pregunta es otra: ¿podrá mantenerse el oficialismo en el poder tras el venidero “ballotage” del 22 de noviembre?

Los medios de comunicación internacionales calificaron como una gran sorpresa lo sucedido, especialmente cuando desde la gobernante fuerza peronista del kirchnerismo se esperaba una indudable victoria de su representante, la cual debía darse con un margen superior al 10% de votos a favor, con el fin de evitar la segunda vuelta.

Pero el estrecho resultado obtenido ha convocado al llamado “ballotage” que es, en sí, una derrota explícita para el oficialismo que controla a la nación sureña desde hace 12 años. A pesar de que Scioli sí ganó la primera vuelta, el estrecho margen permitiría calificar como “pírrica” su victoria, en el estricto sentido de este término, ya que fueron muchos los antiguos partidarios del peronismo que quedaron en el camino, pero no por muerte en batalla sino por decepción. Y consecuentemente, migraron a otras alternativas políticas.

Es difícil explicar qué pasó en apenas dos meses, para que cambiaran tanto las preferencias de los argentinos entre las primarias presidenciales de voto obligatorio de agosto pasado y las recientes elecciones generales.

Cristina Kirchner atraviesa su último año de Gobierno en medio de una crisis de confianza ante los mercados financieros internacionales, a lo cual se suman condiciones negativas dentro del propio país, debido a la falta de divisas, elevada inflación y disminución en las reservas del Banco Central. La popularidad de la primera magistrada cayó en febrero pasado del 32,5% al 29,8% luego de la polémica muerte del fiscal Alberto Nisman.

Un dato clave es que finalmente fueron muchos más argentinos a votar, y todo parece indicar que lo hicieron impulsados por el “voto castigo”, en contra del sucesor designado para  Cristina Kirchner. La participación en agosto había sido del 74% y subió al 80,8%. Es decir, 2,1 millones de personas más.

Las elecciones locales conjuntas con a las presidenciales también perjudicaron a al oficialista y beneficiaron al opositor. En la provincia de Buenos Aires, donde vota el 37% de los argentinos y gobernaba el peronismo desde hace 28 años, triunfó la candidata liberal, María Eugenia Vidal. Y esto tuvo que ver con que enfrentó a uno de los kirchneristas con peor imagen, Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete de Ministros de la presidente Kirchner.

Así que el revés que recibió el Frente para la Victoria (FPV), la organización de corte peronista que gobierna hace 12 años el país y que es liderada por la primera mandataria, no sólo se circunscribió a la batalla presidencial.

También es oportuno apuntar que peronismo y kirchnerismo no son necesariamente sinónimos; en tanto y en cuanto los esposos Kirchner imprimieron a su larga década más dos años en el poder un estilo tan extremadamente personalista, que choca por consecuencia con otro personalismo por definición, como lo es el peronismo, bajo cuyo conveniente paraguas se ha amparado siempre, ante la amenaza de nubarrones.

Pero justamente este resultado adverso puede agudizar las escisiones, especialmente cuando se entiende que el peronismo tiene matices de muy amplio espectro y le ha dado a Argentina los más variopintos políticos.

Y justamente, la autocrítica de quienes hoy gobiernan hacia el interior de su propia coalición, es la urgencia de reagruparse; cosa que parece cuesta arriba, por aquello de que la victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana.

Vendrán, por supuesto, los reacomodos de fuerzas de cara al nuevo encuentro en las urnas. Y desde ya los analistas se aprestan a apostar que las nuevas alianzas favorecerán a Macri.

Aún es temprano para afirmarlo, pero parece que el ciclo Kirchner termina en Argentina. O al menos, entra en receso. Es el vaivén normal de la historia y de la política. Habrá que ver si es capaz de reinventarse y reflotar, como lo ha hecho tantas veces su marca madre, el peronismo. O si su eventual despedida será sin segunda vuelta.