Por David Uzcátegui
Secretario Nacional de Asuntos
Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui
El reciente pronunciamiento del
presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Padrón,
respecto a las venideras elecciones parlamentarias, llamó la atención de muchos
sectores de la población. En concreto, el prelado llamó a la ciudadanía a participar
en el evento electoral.
Dicho llamado fue recibido por
algunos como un espaldarazo a recomponer la vida institucional del país,
mientras a otros les parece una imprudencia por parte de la Iglesia su
intervención en cualquier asunto que tenga matices políticos.
Pero comencemos por citar las
palabras del vocero eclesiástico. Comenzó destacando que “Estas elecciones son
un evento muy significativo con el mismo rango, en esta ocasión, que las
presidenciales porque nos van a permitir la recomposición de la vida económica
y social de Venezuela”.
Primeramente, nos alegra que
destaquen el rango de importancia de las elecciones del parlamento, porque como
lo hemos dicho muchas veces, en un país de corte presidencialista como el
nuestro, muchas veces se subestima la escogencia de otros funcionarios que no
solamente son tan importantes como el Ejecutivo; sino también son el contrapeso
al mismo, lo cual es imprescindible para conformar la estructura de un Estado
democrático.
También hemos insistido en que,
con el “juego trancado” que actualmente padece la sociedad venezolana,
cualquier evento comicial es una oportunidad de destrancar la situación y poder
seguir adelante, máximo cuando se va a elegir un cuerpo colegiado que va a
tener todos los matices del espectro político venezolano, representado
proporcionalmente, y en una instancia donde se verán obligados a dialogar y
llegar a acuerdos por el bien de todos los venezolanos.
En este sentido, también agregó
el vocero que “Después de las elecciones, la sociedad se verá obligada a
reestructurarse. Frente a las grandes dificultades del país, la salida tiene
que ser democrática y constitucional y apropiadamente. Para esto son las
elecciones”.
Y sin duda, el día siguiente al
encuentro comicial, el país tiene que amanecer diferente. Hay una presión
social enorme en la ciudadanía, que necesita alguna válvula de escape y la
única que es legítima y efectiva es manifestar su opinión en las urnas
electorales. No solamente se trata de un encuentro que está pautado en el
calendario; sino además de un acto imperativo.
Cabe destacar el inequívoco tono
institucional que ha mantenido la comunicación señalada, con un llamado al voto
y sin tomar partido por tendencia partidista alguna, más que por valores que le
son inherentes a la fe y que son universalmente compartidos desde tiempos
inmemoriales.
Su llamado a la unión, hermandad
y cese de divisiones entre los venezolanos es sin duda pertinente, ya que el
clima recalentado y enrarecido que vivimos los venezolanos no puede ser
aprobado por nadie y debe ser objeto de la búsqueda de soluciones para parte de
todos los interesados en el bien nacional.
Al llamado a la paz a través de
la vía electoral se han unido previamente otros destacados personeros de la fe
cristiana, como monseñor Ovidio Pérez Morales, el padre Luis Ugalde, entre
otros. Y es un llamado incluyente, porque convoca a todos los colores políticos
y partidistas a un evento que reivindica en sí mismo a la democracia.
La iglesia, desde siempre, ha
jugado el rol de “amable componedora” en situaciones políticas comprometidas.
El ser una instancia espiritual la convierte en un complemento imprescindible
para la humanidad en situaciones comprometidas y de conflicto.
Desde la misma sede de la
institución en Roma, se ha ejercido una acertada y sabia política diplomática,
en la cual han destacado personalidades como Juan Pablo II, determinante en
resolver complejas situaciones; y por los vientos que soplan, el Papa Francisco
seguirá y profundizará este sendero de facilitación católica en situaciones complejas
del planeta.
Quedó pendiente por cierto, la
visita del actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al Papa Francisco en
El Vaticano, tras la cita que se había agendado y que fue cancelada
intempestivamente. El vocero venezolano de la Iglesia le recordó al mandatario
que se puede pautar un nuevo encuentro que puede ser solicitado por el Ejecutivo
en cualquier momento.
Dicho encuentro, desde nuestro
punto de vista, sería altamente necesario, contribuiría a dar al mundo señales
de que en Venezuela hay capacidad de diálogo y respeto a instituciones de
prestigio internacional, y sin duda sería buen recibido por la gran mayoría de
los venezolanos, criados bajo la fe católica y también por quienes ponderan
positivamente el rol de la Iglesia en situaciones políticas comprometidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario