domingo, 26 de julio de 2015

“Ni lo básico”

David Uzcátegui
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui

Entre las noticias más destacadas de nuestro país en esta semana, llamó la atención de muchos el aumento de la canasta básica familiar en el último mes, un incremento calificado como histórico, al haberse elevado en 26,5%. Esto coloca el costo de la canasta básica para el recién finalizado mes de junio en 54.204,69 bolívares.

Se entiende como canasta básica el conjunto de bienes y servicios esenciales para satisfacer las necesidades elementales para el bienestar de todos los miembros de la familia: alimentación, vestuario, vivienda, mobiliario, salud, transporte, recreación y cultura, educación y bienes y servicios diversos.

La comprensión de los asuntos macroeconómicos escapa a muchos venezolanos; y otros tantos simplemente no están interesados en ello. Pero cuando las distorsiones de la economía se comienzan a introducir en el bolsillo de todos, comienzan las preguntas: ¿por qué se disparan los precios? ¿Por qué se hace cada vez más difícil cubrir las necesidades básicas?

Las matemáticas están claras: una familia, en la que solo trabaje una persona con un empleo formal, y que gane salario mínimo de 7 mil 400 bolívares, está muy lejos de alcanzar los ocho salarios mínimos necesarios para cubrir la canasta básica familiar.

Desde hace bastante tiempo hemos manifestado con preocupación extrema lo que consideramos el rumbo errado del manejo de la economía de nuestro país. Y es que una acción inconveniente trae inevitablemente consecuencias. Lo que estamos vendo hoy es el resultado de una suma de decisiones equivocadas en la administración de Venezuela.

Estamos bajando –en aterrizaje forzoso- de la nube en la cual los altos precios petroleros montaron al país. No hay que  conocer demasiado del tema para saber que dichos precios son volubles y nuestra historia en el último siglo ha estado sometida a esos vaivenes.

Hace poco se cumplieron 79 años del famoso editorial del fallecido intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri titulado “Sembrar el petróleo”, el cual hemos citado varias veces, ya que ha sido por demás desoído. Aquel histórico texto nos invita a tomar el ingreso petrolero para hacer inversión sustentable en nuestro país, cosa de que los tiempos de las “vacas flacas” nos tomen con una economía diversificada y ahorros bajo el colchón. De esta manera, el ingreso petrolero, sea alto o bajo, estaría al servicio el país.

A casi ocho décadas de aquellos postulados, ningún gobierno ha tomado en cuenta las recomendaciones de Uslar, ni de otros tantos conocedores de las variables económicas y de los vericuetos del asunto petrolero.

Volviendo al momento actual, estamos pagando el error de haber aplastado la producción nacional con abundantes importaciones, que terminaron por dejar sin mercado al inversionista venezolano, que no podía competir con ellas.

Lamentablemente, la administración actual también ha criminalizado al productor privado con anacrónicos argumentos ideológicos ya superados en casi todo el mundo, y aún en medio de la situación inflacionaria y de escasez que confrontamos, mantiene un tono retador en lugar de aceptar las invitaciones al entendimiento y al trabajo conjunto.

En síntesis, de estos errores pensamos que parte la situación que pone hoy la canasta básica en un aumento con respecto al mes de mayo de 11.357,78 bolívares. La variación anualizada, si comparamos los períodos junio 2014-junio 2015, es 163,6%, al alza.

Es un escenario que nos habla de la necesidad de una urgente rectificación de la política económica, en la cual el gobierno debe aceptar que el drástico bajón de los precios del petróleo no nos permite seguir ostentando una economía netamente importadora y que los venezolanos debemos resolver fronteras adentro la crisis en la que nos metimos nosotros mismos.

También es crucial en el oscuro panorama que confrontamos, el ya obsoleto control de cambio, que obstaculiza con burocracia la obtención de divisas para cualquier necesidad, incluida la de alimentación. Trámite que no sería necesario si de verdad pudiéramos ostentar una soberanía alimentaria y produjéramos en nuestra tierra el sustento.

Hay que sentarse a hablar ya con el venezolano productivo, conocer de su propia boca cuáles son los obstáculos a la realización de su tarea,  escuchar a quienes de verdad saben producir en nuestra tierra y desandar con humildad un camino lleno de errores.


La inacción se prolonga y con ello se agravan los problemas. Producción nacional y diálogo entre los sectores sociales son las tareas más urgentes y ambas deberán ser asumidas más temprano que tarde. El problema está en que, mientras más tarde se inicien, más daño se le habrá hecho a la gente, que es quien al final paga con su calidad de vida la inacción y las acciones erradas.

domingo, 19 de julio de 2015

“Delincuencia, ya basta”

David Uzcátegui
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui

El reciente episodio de la Cota 905 en Caracas, conmovió no solamente a la ciudad, sino a todo el país. El hecho de que doscientos efectivos de la Guardia Nacional y el Servicio Bolivariano de Inteligencia hayan realizado un operativo de grandes dimensiones en el sector, confirmó cuán lejos ha ido la delincuencia en Venezuela, y también las dimensiones de la lucha que hay que librar contra la misma.

Catorce presuntos delincuentes fallecidos, más de 130 detenidos y una veintena de carros hurtados o robados que se recuperaron, son un indicativo de las dimensiones que ha alcanzado la industria de la delincuencia.

Lamentablemente, hubo violencia de por medio, y ello es un síntoma de que el problema ha crecido de una manera en la cual tristemente hay que echar mano de la represión. Es una decisión delicada y que debe ser tomada con enorme responsabilidad; pero también es ineludible.

Un dato que impacta es el saber que el enfrentamiento duró más de nueve horas, lo que indica que los antisociales están fuertemente apertrechados y nos remite a otro hecho violento de similares características sucedido meses atrás en Quinta Crespo.

También asombra que los efectivos sean recibidos con granadas, lo cual indica el alto vuelo que han tomado en nuestro país quienes se encuentran al margen de la ley.

Es increíble que hayan sectores del país en los cuales la policía no pueda penetrar, como sucedió en la misma Cota 905 semanas atrás, cuando varias motos de la Policía Nacional Bolivariana fueron quemadas por irregulares del sector. Ya es vox populi que existen en varias ciudades estas zonas vedadas y es algo que debe ser superado, por ser un contrasentido absurdo, para decir lo menos.

Del lado de las organizaciones de Derechos Humanos como Provea-, se ha solicitado al gobierno rendir cuentas de las actuaciones de este tipo, lo cual no puede ser desatendido, ya que lamentablemente casos así se prestan a abusos de fuerza. Es un equilibrio extremadamente delicado que, no obstante, es imperativo mantener por elemental respeto a leyes y principios.

Muchos se preguntan –y nos incluimos- si se podrá atacar toda esta compleja situación desde lo preventivo. Y nos respondemos suponiendo que, si bien lo represivo ya no se puede eludir ante la ferocidad del delito en nuestro país, también abogamos por reforzar lo preventivo desde ya.

La prevención del delito es una de las obligaciones fundamentales del Estado, tarea que ejecuta a través de los órganos de seguridad ciudadana. Así lo dispone el artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Según las teorías del Desarrollo Social se ha establecido que el comportamiento se encuentra influenciado por los vínculos que cada persona desarrolla con la familia, la escuela, los amigos y la comunidad.

Es por eso que debe existir una pronta intervención que reduzca los factores de riesgo e incremente la protección de niños y jóvenes para reducir comportamientos y conductas antisociales asociadas a la delincuencia.

En esta tribuna hemos defendido el deporte y la cultura como constructores de un país. Tenemos ejemplos envidiables de edificantes casos para nuestros niños, niñas y adolescentes en los dos ámbitos.

El mundialmente reconocido Sistema de Orquestas Juveniles, la vinotinto, los más diversos clubes deportivos son solamente algunos de los caminos que pueden evitar tempranamente rumbos torcidos para nuestros muchachos.

En lo que hoy se llama "la nueva prevención", la ciudadanía tiene un rol fundamental, comprobándose en las distintas experiencias un satisfactorio grado de eficacia. Adicionalmente, hemos alabado las iniciativas de desarme; aunque hemos señalado la urgencia de incorporar a otras instituciones y proceder en formas que incentiven más a la gente a acercarse a los entes que serán depositarios de este armamento.

También hacen falta incentivos que atraigan más para que las personas que pueden entregar las armas se animen a hacerlo. Hay que recordar que usualmente no las entregan quienes las utilizan, sino sus allegados. Otros aspectos a reforzar son la depuración del sistema judicial y la adecuada remuneración del funcionario policial.


Y es muy importante despolitizar ambos aspectos de la lucha contra el delito, tanto el preventivo como el represivo. Nos estamos jugando algo muy delicado, como lo es la vida; amén de la seguridad y el bienestar de la ciudadanía. El esfuerzo debe ser sin descanso y más allá de lo humanamente posible.

lunes, 13 de julio de 2015

Iglesia y política

Por David Uzcátegui
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui

El reciente pronunciamiento del presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Diego Padrón, respecto a las venideras elecciones parlamentarias, llamó la atención de muchos sectores de la población. En concreto, el prelado llamó a la ciudadanía a participar en el evento electoral.

Dicho llamado fue recibido por algunos como un espaldarazo a recomponer la vida institucional del país, mientras a otros les parece una imprudencia por parte de la Iglesia su intervención en cualquier asunto que tenga matices políticos.

Pero comencemos por citar las palabras del vocero eclesiástico. Comenzó destacando que “Estas elecciones son un evento muy significativo con el mismo rango, en esta ocasión, que las presidenciales porque nos van a permitir la recomposición de la vida económica y social de Venezuela”.

Primeramente, nos alegra que destaquen el rango de importancia de las elecciones del parlamento, porque como lo hemos dicho muchas veces, en un país de corte presidencialista como el nuestro, muchas veces se subestima la escogencia de otros funcionarios que no solamente son tan importantes como el Ejecutivo; sino también son el contrapeso al mismo, lo cual es imprescindible para conformar la estructura de un Estado democrático.

También hemos insistido en que, con el “juego trancado” que actualmente padece la sociedad venezolana, cualquier evento comicial es una oportunidad de destrancar la situación y poder seguir adelante, máximo cuando se va a elegir un cuerpo colegiado que va a tener todos los matices del espectro político venezolano, representado proporcionalmente, y en una instancia donde se verán obligados a dialogar y llegar a acuerdos por el bien de todos los venezolanos.

En este sentido, también agregó el vocero que “Después de las elecciones, la sociedad se verá obligada a reestructurarse. Frente a las grandes dificultades del país, la salida tiene que ser democrática y constitucional y apropiadamente. Para esto son las elecciones”.

Y sin duda, el día siguiente al encuentro comicial, el país tiene que amanecer diferente. Hay una presión social enorme en la ciudadanía, que necesita alguna válvula de escape y la única que es legítima y efectiva es manifestar su opinión en las urnas electorales. No solamente se trata de un encuentro que está pautado en el calendario; sino además de un acto imperativo.

Cabe destacar el inequívoco tono institucional que ha mantenido la comunicación señalada, con un llamado al voto y sin tomar partido por tendencia partidista alguna, más que por valores que le son inherentes a la fe y que son universalmente compartidos desde tiempos inmemoriales.

Su llamado a la unión, hermandad y cese de divisiones entre los venezolanos es sin duda pertinente, ya que el clima recalentado y enrarecido que vivimos los venezolanos no puede ser aprobado por nadie y debe ser objeto de la búsqueda de soluciones para parte de todos los interesados en el bien nacional.

Al llamado a la paz a través de la vía electoral se han unido previamente otros destacados personeros de la fe cristiana, como monseñor Ovidio Pérez Morales, el padre Luis Ugalde, entre otros. Y es un llamado incluyente, porque convoca a todos los colores políticos y partidistas a un evento que reivindica en sí mismo a la democracia.

La iglesia, desde siempre, ha jugado el rol de “amable componedora” en situaciones políticas comprometidas. El ser una instancia espiritual la convierte en un complemento imprescindible para la humanidad en situaciones comprometidas y de conflicto.

Desde la misma sede de la institución en Roma, se ha ejercido una acertada y sabia política diplomática, en la cual han destacado personalidades como Juan Pablo II, determinante en resolver complejas situaciones; y por los vientos que soplan, el Papa Francisco seguirá y profundizará este sendero de facilitación católica en situaciones complejas del planeta.

Quedó pendiente por cierto, la visita del actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al Papa Francisco en El Vaticano, tras la cita que se había agendado y que fue cancelada intempestivamente. El vocero venezolano de la Iglesia le recordó al mandatario que se puede pautar un nuevo encuentro que puede ser solicitado por el Ejecutivo en cualquier momento.


Dicho encuentro, desde nuestro punto de vista, sería altamente necesario, contribuiría a dar al mundo señales de que en Venezuela hay capacidad de diálogo y respeto a instituciones de prestigio internacional, y sin duda sería buen recibido por la gran mayoría de los venezolanos, criados bajo la fe católica y también por quienes ponderan positivamente el rol de la Iglesia en situaciones políticas comprometidas.

lunes, 6 de julio de 2015

“Grecia en la cuerda floja”

Por David Uzcátegui
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui


Los acontecimientos que han conmocionado a Grecia en los últimos días han mantenido en vilo a la economía mundial. Se llegó muy cerca del impago de obligaciones con el Fondo Monetario Internacional, con la consecuente negativa del Banco Europeo a socorrerlos, lo cual había colocado en riesgo a la Zona Euro, con un rebote hacia el resto del planeta.

El Eurogrupo finalmente recibió una nueva carta desde Atenas, hecho que puso a los técnicos a trabajar en  el contenido de las nuevas propuestas. El diario británico Financial Times accedió a dicha carta, en la que el gobierno heleno acepta las condiciones de la última propuesta de las Instituciones solicitando a cambio apenas unas modificaciones.

De esta manera, Grecia recibe un nuevo y muy necesario aire cuando se encontraba al borde de un abismo.

A última hora de ese decisivo martes 30 de junio, se conoció que a República Helénica está preparada para aceptar el acuerdo a nivel técnico, sujeto a enmiendas, añadidos o clarificaciones, como parte de la extensión del programa de rescate que ha expirado y como parte del nuevo préstamo que fue solicitado en la fecha mencionada.

Ya es de larga data – más de un lustro- la problemática de los griegos en cuanto al desorden de su economía.

Los griegos eligieron al carismático Alex Tsipras para ponerlo al frente de la nación. Y gran parte de esa escogencia tuvo que ver, sin duda, con que el candidato dijo lo que ellos querían escuchar, más no lo que convenía para una nación que se encontraba en un momento tan difícil.

Muchos apostaron a que el discurso de izquierda radical de Tsipras era más una estrategia electoral que una intención de futuros hechos una vez que ostentara el importante cargo al cual se postulaba. Lamentablemente, se equivocaron y el nuevo mandatario ha ostentado en el poder la misma intransigencia que en la campaña. Veremos si el inesperado y sorprendente viraje que dio el gobierno cuando todo parecía perdido, se mantiene en el tiempo.

Por otro lado, los organismos europeos se negaban a seguir auxiliando a una nación que no demostrase intenciones de adoptar una disciplina fiscal, la única manera de sanear sus cuentas, visto que ha llegado a un extremo indeseable en el cual le queda muy poco margen para maniobrar.

Estos temidos recetarios de ajustes no son para nada deseables y han traído penurias para muchos países; pero el asunto está en que, llegados a este extremo, no quedan muchas alternativas. Y lo que tiende a empeorar las cosas es el discurso del gobierno griego, que no parece medir el tamaño de su desventaja en este momento.

En medio de los factores en pugna, está atrapado, como siempre, el pueblo. Y hay que subrayar que los griegos vienen sintiéndose humillados desde hace rato por las imposiciones de organismos internacionales y por ello, muchos rechazan las actuales. Sin embargo, ante el impago al FMI, hay quienes a estas alturas se oponen al proceder de Tsipras y compañía y protestan contra sus acciones, lo cual sin duda debe haber jugado su parte en la intempestiva negociación que ocurrió a última hora. En otras palabras, ha llegado a Grecia la tan temida polarización, en medio de una de las crisis más graves de los últimos tiempos.

Por otro lado, hay quienes cuestionan la inflexibilidad de los organismos acreedores y de los posibles prestamistas; pero hay que entender que dichos organismos se hacen de leyes que son inquebrantables y si el país en problemas no se aviene a un diálogo, pierde muchos puntos y las posibilidades de rescate se alejan. Este ha sido el caso griego con el discurso tremendista de sus nuevas autoridades.

En otras palabras, el juego parece trancado. Y ello rebota en toda la Zona Euro, cuyos países están finalmente atados a una misma suerte, con el temor de que contagie a otras naciones potencialmente vulnerables, como España o Portugal.

La crisis griega ha generado que los inversionistas quieran escapar de bonos con algún nivel de riesgo –lamentablemente esto incluye a los venezolanos- y prefieran, en un momento como este, refugiarse en bonos que se consideran blindados, como los estadounidenses.

El episodio griego deja lecciones de envergadura en cuanto al orden y la disciplina en los gastos para el mundo entero. Y particularmente, es una campanada a Venezuela, ante el final de las “vacas gordas” que nos bendijeron durante casi una década. La economía es una disciplina terca y no hay forma de escaparle.


Nuestra nación se ha caracterizado en la última década por una ostentosa indisciplina en los gastos y, el hecho de que los ingresos disminuyan tras la caída de los precios petroleros es sin duda una señal de alerta. No queremos vernos en los zapatos de los griegos, aún estamos a tiempo de dar un golpe de timón.