Mientras algunos desde el palacio hablan y hablan por
televisión, nosotros estamos en la calle recorriendo los sectores más
necesitados de nuestra Miranda y Venezuela, para insistirle a nuestro
pueblo en la unión para avanzar. Continuamos en los barrios, caseríos y
urbanizaciones orientando a los venezolanos y haciéndolos reflexionar
sobre la necesidad de lograr un cambio. Para que Venezuela avance es
clave derrotar la división que nos sembró el gobierno y que otros
sectores quieren generar, y eso nos preocupa.
Las dificultades que hoy vivimos deben darnos más fuerza y razones
para unirnos, para seguir luchando. La lucha continúa, no ha terminado.
Lo peor que nos puede pasar como pueblo es conformarnos. No podemos
pensar que es tarde para el cambio, para soñar. No podemos tenerle miedo
al futuro y al progreso, a lo que debemos tenerle miedo es al atraso, a
las largas colas para comprar comida, a la anarquía, a que el dinero no
alcance, a los que están mandando y gobernando a nuestra Venezuela,
quienes la tienen sumida en el caos.
Promueven el miedo, porque al final son ellos quienes tiemblan con la
sola idea de pensar que pueden perder los privilegios. Les aterra
perder el poder. Viven como reyes, mientras todos los días se agravan
las condiciones de vida de los venezolanos. No les importa si nuestro
pueblo tiene comida en su casa, que sufra por la inseguridad, que no
consiga los medicamentos ni los alimentos. A ellos no les importa eso.
Juegan con la esperanza, la bondad y la buena voluntad de nuestro
pueblo. Por eso insistimos que en el país urge un cambio. Si nuestro
pueblo no abre los ojos, esto va para peor.
Pongo
sobre mi espalda todo el peso que sea necesario, pero esta lucha no es
la lucha de un solo hombre, es la lucha de todos. No nos cansaremos de
repetir que esta lucha no es pueblo contra pueblo, sino de los
venezolanos contra el grupito de los enchufados. Tenemos que enfocarnos,
organizarnos y unirnos en torno a los cientos de problemas que tenemos
en nuestro país. Es hora de que los venezolanos pensemos en nosotros, en
el futuro que queremos para nuestros hijos. Ya basta de dejarse
manipular por quienes están en el gobierno, quienes mienten
descaradamente con tal de mantener el poder.
Si hay algo que ellos hacen muy bien es repetir mentiras, al mejor
estilo de Joseph Goebbels, el padre de la propaganda nazi, quien decía
que una mentira repetida mil veces, el pueblo termina asumiéndola como
una verdad. Y esa es otra de las tareas que debemos hacer en la calle,
desmontar las mentiras de este gobierno. Recordemos que los sectores más
apartados, a donde no llegan los periódicos, no usan redes sociales y
solo ven propaganda oficial, son los que requieren más información, que
no la obtendrán a través de los medios que tienen a su alcance, porque
están controlados por el gobierno.
Si bien ya hemos logrado la unión de muchas comunidades, demostrando
que un pueblo unido logra resolver los problemas de su sector, aún hay
mucho por hacer. Y eso lo explicaba en estos días a un periodista en una
entrevista. El trabajo
que tenemos que hacer quienes nos dedicamos a servir al pueblo y
creemos en la unión, el cambio y el progreso es ir hasta los barrios y
convencer a ese 80% de venezolanos descontentos, de que podemos tener
una Venezuela de progreso y oportunidades para todos y sin distingos ni
parcialidades.
Debemos convertir a esos venezolanos en una gran fuerza para impulsar
los cambios que nuestra Venezuela necesita y quienes nos dedicamos a
servir al pueblo, no podemos ni debemos escudarnos diciendo que no
tenemos tiempo, porque nuestro trabajo es ir a las comunidades. ¿Que
sólo fue un pequeño grupo de personas a una reunión en un barrio? Bueno,
hay que ir sumándolas todos los días y así vamos. Por eso seguiremos en
la calle, buscando ese cambio definitivo.
Por cierto, hoy nuestro pueblo de San Diego, en Carabobo; y de San
Cristóbal, estado Táchira; darán una lección al gobierno. Hoy, por
decisiones fascistas e inconstitucionales, se llevan a cabo dos comicios
para elegir a sus autoridades que ya habían sido escogidas en diciembre
del año pasado. Estamos seguros que pese a la injusticia y
arbitrariedad de esta decisión, los sandieganos y los sancristobalenses
saldrán a reafirmar su compromiso con el progreso de sus municipios. A
nuestro pueblo de San Diego y San Cristóbal, que nos está leyendo y aún
no ha ido a votar, le pido que vaya a hacerlo pensando y defendiendo su
futuro.
Hagamos respetar la voz del pueblo. Les pido, entonces, a esos
pueblos valientes y aguerridos, que amo y respeto profundamente, que
vuelvan a demostrar la fuerza de su voz, su disposición de cambio y su
anhelo de progreso. Todos estamos invitados a ser protagonistas de
nuestro futuro. No podemos ceder espacios que ya fueron ganados. En la
unión está la fuerza y para Venezuela el cambio ya está cantado.
¡Sigamos avanzando!