lunes, 7 de abril de 2014

El chantaje como política de Estado, por Henrique Capriles.

Sobre el chantaje es imposible construir una Venezuela de paz, progreso y oportunidades para todos por igual. No me cansaré de decirlo. Nadie, tenga el poder que tenga, tiene derecho a chantajear al pueblo, menos si se trata de las soluciones a sus problemas. Sin embargo, quienes hoy ocupan el gobierno, se han especializado en utilizar el chantaje como política de Estado, con el único fin de que los venezolanos estén a su servicio.

Cuando uno oye cosas como la dicha por quien ocupa el Ministerio de Educación, que el gobierno no quiere que los venezolanos salgan de la pobreza, porque se convierten en “escuálidos”, corrobora que a ellos lo único que les interesa es que nuestro pueblo siga dependiendo del Estado, para seguir chantajeándolos.

Pueden sentirse muy poderosos, pero el gobierno es profundamente débil, porque se sostiene sobre la base del chantaje, el miedo y el control institucional. Eso es lo que hacen siempre. Así actúan. Llevándose a todos por delante, pasando por encima de las leyes y pisoteando nuestra Constitución.

Esta semana, nuevamente apelando al chantaje, Nicolás dio la orden de paralizar todos los proyectos que fueron presentados por las mismas comunidades en el Ceplacopp y aprobados en Sesión por los miembros de este Consejo, entre quienes se encuentran alcaldes y diputados del partido de gobierno.

Los recursos para la ejecución de esas obras y programas sociales dependen del Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) y Nicolás ordenó no transferirlos, convirtiéndonos en la única entidad del país que no ha recibido esos recursos. Ahora pretenden quitarle a nuestro estado Miranda esas obras, que muchas ya venimos ejecutando en la Gobernación. Y me pregunto yo: ¿es que acaso el gobierno va realmente a culminar unas obras que no les pertenecen? Si ni siquiera hemos visto que ejecuten proyectos propios en nuestro estado.

Buscan impedir a toda costa que la Gobernación cumpla las competencias que establece nuestra Carta Magna. Pero no se lo vamos a permitir. Sólo porque no asistí a una reunión del Consejo Federal de Gobierno (CFG) a lavarle la cara a Nicolás, quien pretendía hacer creer a lo interno y al mundo, que existe un proceso de diálogo. Pero todos sabemos que no es así. No hay nada más lejano al diálogo que todas las acciones de este gobierno, que debería explicarle a nuestro pueblo de Miranda en qué parte de nuestra Constitución dice que si yo no voy a una reunión del CFG, nuestro estado se queda sin recursos para sus obras y programas sociales. ¿En qué Ley dice eso?

Hablamos de la construcción de nuevas escuelas y la reparación de unas 63, además de la ejecución de otros proyectos concebidos para dar respuesta a las necesidades de los mirandinos. El mundo al revés. El gobierno de Nicolás es el único en el mundo con el que hay que pelear para dar soluciones al pueblo. Los venezolanos estamos cansados de la politiquería y el chantaje que se pretende imponer como política de Estado.

Bien lo decía una vecina del sector El Rodeo de Guatire, durante una asamblea popular que hicimos esta semana en nuestro municipio Zamora, que los recursos para las escuelas que estamos construyendo, no son de Nicolás, sino de los niños que asistirán a esos planteles y que no tienen color político. Pretenden paralizar esas escuelas y el resto de las obras por un pase de factura política.

Ahora tampoco quieren que les paguemos a nuestros trabajadores. Hasta el día que escribo estas líneas, no hemos recibido la segunda quincena de marzo del Situado Constitucional, afectando a 37 mil trabajadores. El salario de ellos es sagrado y así lo vamos a hacer respetar.

Hoy le decimos a los que están en el gobierno, les guste o no, nuestros trabajadores defenderán lo que por derecho les corresponde y los compromisos que hemos adquirido con los mirandinos los vamos a cumplir. Esos proyectos los vamos a ejecutar, porque esas obras no son mías, tampoco de Nicolás, sino de nuestro pueblo. A veces las luchas son largas, pero si se mantiene el propósito no habrá ningún obstáculo que las detenga.

No se equivoquen. No nos usarán para una comparsa o un show mediático, que es lo que ellos quieren. Miranda y Venezuela terminarán venciendo el chantaje.

Los venezolanos nos conocen, saben que servimos a nuestro pueblo, para dar respuestas a sus necesidades, no para ser un generador de caos como sí lo es este gobierno, que se niega a hablar sobre los verdaderos problemas del país y darles solución.

Nicolás no tiene la menor idea de cómo resolver la crisis social, política y económica. Tampoco ha demostrado interés. Realidad que se evidencia a diario. Cuánta indiferencia ante la inseguridad, el desabastecimiento, la crisis hospitalaria, la inflación y el desempleo. La única agenda que muestran al país es la del caos y la violencia para desviar la atención de los venezolanos sobre los verdaderos problemas que nos afectan a todos.

¿La razón? Ellos le tienen miedo al futuro. Tiemblan cuando piensan en una Venezuela de progreso para todos por igual, en la que todos podamos convivir unidos, con oportunidades, seguridad, empleo, educación, servicios públicos que funcionen y salud con calidad. Lo que para los venezolanos es un sueño, para quienes han mantenido la crisis y el chantaje por años, es una verdadera pesadilla.

Ahora es cuando tenemos que seguir luchando, el futuro bien vale la pena.

¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

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