“¡Bochinche, bochinche! ¡Esta gente no sabe hacer sino
bochinche!”. Nada resume mejor las acciones de este gobierno que las
palabras expresadas por nuestro Francisco de Miranda, una madrugada de
1812 en el Puerto de la Guaira. Si bien las circunstancias en las que se
vio envuelto nuestro Generalísimo son diferentes, dos siglos después,
el significado es el mismo: “gobernar”, “reinar” sobre el caos.
Qué otra cosa hemos visto los venezolanos, durante estos últimos
años, sino desorden, anarquía, situaciones confusas y atropellos, que
Nicolás y su gobierno promueven para su beneficio, con objetivos claros:
tapar tanta ineficiencia. Desviar la atención de nuestro pueblo sobre
la grave crisis económica que han originado y que nos afecta a todos por
igual.
Por eso estas últimas semanas han intensificado una secuencia de
acontecimientos que no son casuales: la expulsión de un grupo de
diplomáticos, las destituciones de nuestros alcaldes y una de nuestras
diputadas a la AN, juicios expresos, privaciones de libertad a
dirigentes políticos y estudiantiles, allanamientos injustificados,
persecuciones a periodistas, apagones, actuaciones desproporcionadas de
los Cuerpos de Seguridad del Estado, el desconocimiento por parte del
CNE a la voluntad del pueblo y su llamado a elecciones en dos municipios
de nuestra Venezuela, la citación a la Fiscalía de otros alcaldes del
progreso, y hasta la investigación a un diario aragüeño por supuestos
mensajes cifrados en la publicación de sus crucigramas
Tantos
han sido los inventos y las arbitrariedades, que si continúo
mencionándolos, las páginas de este periódico no alcanzarían. Es obvio
que con todo esto buscan que los venezolanos no hablen de la peor devaluación de nuestra historia,
devaluación que será recordada como el Lunes Negro de los enchufados.
Nuestra Venezuela está pasando por la peor situación económica que hemos
vivido, nunca habíamos tenido una inflación tan alta y la escasez nunca
había estado tan agravada. Esa es la gran obra que tiene Nicolás para
mostrarle a nuestro pueblo y al mundo.
Así como destruyeron nuestro campo, las empresas expropiadas y las
industrias básicas, acabaron con el bolívar. Hoy hicieron a nuestro país
más dependiente que nunca de las divisas. Casi todo lo que consumimos
es importado. Acabaron con la producción nacional y cómo le pesa a
nuestro pueblo la devaluación. Muchos dirán que no les afecta,
justificándolo en que ellos no compran dólares, pero sí les afecta,
porque la mayoría de las cosas son importadas, la mayoría de las cosas
vienen de afuera y si sube el dólar suben los precios. Esta nueva
devaluación es un golpe directo al estómago de nuestro pueblo.
Este gobierno es experto en jugar con las necesidades, los sueños y
las esperanzas de nuestra gente. Cómo les gusta manipularlos. Cuánto no
hablaron de un bolívar “fuerte” y de un dólar a 6,30 durante “todo el
año”, cuando la realidad es otra. Hoy el salario mínimo en nuestra
Venezuela es 60 dólares mensuales, es decir, nuestro pueblo devenga un
promedio de 2 dólares diarios, convirtiendo a los venezolanos en los
peores pagados de Latinoamérica, por encima únicamente de Cuba.
Eso sin mencionar los sueldos de profesionales y técnicos de los
diferentes gremios, quienes ya olvidaron la fecha en la cual discutieron
su última contratación colectiva. Pero eso no le importa a este
gobierno que también irrespeta las diferentes escalas y grados dentro de
sus respectivos contratos colectivos.
Y mientras nuestros salarios cada vez valen menos, los precios de los
artículos de primera necesidad cada vez suben más. Todo va hacia
arriba, además, con la escasez batiendo récord. En estos días vimos con
asombro cómo circula por las redes una lista con los nuevos precios de
productos de primera necesidad. Lista que hasta el momento que escribo
estas líneas no ha sido oficializada y publicada en Gaceta Oficial. ¿Qué
curioso no? Parece que este gobierno está esperando ver la reacción de
nuestro pueblo, para trasladar a las empresas esa decisión y, como
siempre, lavarse las manos, diciendo que fue tomada unilateralmente y
que el gobierno nada tuvo que ver.
Por si fuera poco, ya comenzaron a asomar el incremento de la
gasolina, para completar el paquetazo rojo. Una paquetazo que nos
achacan a nosotros, qué ironía, miren quién está dándole al pueblo el
paquetazo. Frente a ese paquetazo, la agenda del gobierno será generar
más violencia, detenciones y apagones. Todo para distraer.
A nosotros no nos van a distraer del camino que debemos recorrer para
lograr la Venezuela que queremos. Nuestra agenda son los problemas que
ellos no solucionan, la mayoría de los venezolanos están insatisfechos.
Debemos unirnos en los muchos problemas que hoy tenemos y que hacen que
prácticamente sea imposible conciliar el sueño. Nuestro pueblo no duerme
como un bebé, como hacen otros por ahí. Estamos obligados a desmontar
la agenda del gobierno, no dejar que la sigan imponiendo, mientras sigue
profundizándose la crisis económica. Allí hay que enfocarse, porque el
gobierno, con sus bochinches, no quiere que hablemos de todo esto. No
dejemos que lo logren.