viernes, 17 de enero de 2014

El tiempo dirá

El miedo es una emoción paralizante y estoy negado a la idea de pensar que los venezolanos hemos aceptado vivir con miedo, que somos espectadores resignados, meros receptores de ese miedo.

El pasado 7 de enero amanecimos conmocionados por la muerte de una venezolana que tuvo la virtud de entrar en los corazones de todas las familias de nuestro país. Mónica Spear y su esposo le pusieron nombre y apellido a la situación que viven miles de madres, hermanos, esposas e hijos que han perdido a sus seres queridos producto de la violencia. Ese 7 de enero se le vio la cara a la enorme crisis ética, de valores morales y derechos humanos, que tenemos en el país. Sólo el año pasado fueron asesinadas 25.000 personas. La situación de inseguridad y violencia en nuestra Venezuela se ha convertido en una emergencia.


Por eso, este miércoles participamos en una reunión convocada por el gobierno en el Palacio de Miraflores entre gobernadores, alcaldes y el gobierno nacional, para tratar un tema que es sensible a todos los venezolanos. Nosotros fuimos con la mayor transparencia y con el gran deseo de que este acercamiento sirva para darle seguridad a nuestro pueblo, porque ese es el objetivo que nos quita el sueño. Y sólo el tiempo dirá si la reunión traerá soluciones al problema de la inseguridad o quedará en un simple show de televisión.

De nuestra parte siempre estaremos abiertos a dialogar y a trabajar con quien sea e ir a donde sea para lograr darle seguridad a nuestro país. Nadie es ajeno a la violencia que estamos viviendo en Venezuela en este momento. Cuando ocurre un acto delictivo quien incurre en él no pregunta si eres de un partido u otro, si piensas de una manera u otra, y tampoco distingue entre si tienes plata o no, pues nuestro pueblo más humilde padece tanto o más que quienes tienen recursos.

Ahora bien, nosotros no negociamos ni nos vamos a prestar para que el gobierno convocando reuniones se lave las manos con este problema grave de inseguridad y violencia que tenemos en el país. El gobierno tiene que asumir su responsabilidad y dar respuestas. Porque no es cierto que el pueblo tiene responsabilidad en este problema, ciertamente como sociedad debemos tener conciencia de paz y actuar pacíficamente por el bienestar de todos, pero el responsable de garantizarle la seguridad a nuestro pueblo es el gobierno.

Porque si Maduro llama a una reunión en la que se convoca a gobernadores y alcaldes para tratar un problema tan delicado como la seguridad de nuestro país, y luego se marcha para un acto de celebración del aniversario la revolución cubana, en vez de quedarse escuchando lo que las autoridades regionales y municipales convocadas tenían que decir sobre el tema, demuestra el nivel de importancia que le da.

Si el problema les pasó por encima, entonces tendrá que venir otro gobierno a solucionarlo. Deben sincerarse, porque este problema se le desbordó al gobierno.

Este gobierno lleva 15 años en el poder y más de 20 planes para combatir la inseguridad que han fracasado. Las cárceles están llenas de jóvenes, que cuando inició este gobierno apenas eran unos niños. No pueden seguir buscando culpables en las sombras del pasado, ni en los partidos políticos, ni en los medios de comunicación que informan lo que está sucediendo, porque este es un problema de este gobierno. Se requieren hechos inmediatos y no un show de televisión para dar sensación que se está haciendo lago.

Nosotros, desde que iniciamos la gestión, hemos hablado de la importancia de fortalecer la educación para combatir la inseguridad, porque es la educación el escudo contra la pobreza, es la educación el camino para que nuestros niños de hoy tengan la formación necesaria que les permita tener un futuro mejor, de progreso, alejado de la delincuencia.

Por esa razón, yo me pregunto: ¿dónde estaba la ministra de educación el día miércoles? Ella debió estar allí. Esa reunión debió haber estado presidida no sólo por el Ministro de Interior y Justicia, sino por representantes de otras instancias como el Tribunal Supremo, la Fiscalía y el del Sistema Penitenciario, quienes también tienen responsabilidad en la solución del problema.

La inseguridad en Venezuela es una responsabilidad de todos. Nosotros tenemos toda la disposición pero nosotros somos uno, frente a todo el poder que tiene el estado. El gobierno tiene que asumir su responsabilidad, porque sólo con retórica no se resolverá  el problema. Hace falta tener la voluntad política.

Por eso, tenemos que dejar de lado las profundas diferencias que tenemos y unirnos como un solo bloque. Nosotros no tenemos prejuicios ni complejos y podemos sentarnos a dialogar con toda la transparencia, porque lo que realmente nos interesa es garantizar la seguridad de nuestro pueblo de Miranda y de todas Venezuela.

No tiene sentido que el problema de la inseguridad nos divida en medio de críticas de si estuvo bien ir o no la reunión. Antes de ser convocada yo le propuse a Maduro hacer a un lado las profundas diferencias que nos separan para encontrarle solución a un problema que ha enlutado a muchas familias venezolanas. Yo acepto todas las críticas que nos hagan, pero les digo algo: las criticas sin propuestas no son válidas.

He tenido la oportunidad de recorrer el país palmo a palmo y me resisto a creer que el miedo y la zozobra como política de Estado es lo que queremos para nuestro futuro. Venezuela está viviendo en una cultura de guerra y cada uno de nosotros debe prepararse para el diálogo, la comprensión y la conciliación, en lugar de imponer la violencia.

Entendamos que cuando se trata de vidas humanas, que es lo más valioso, no podemos ser mezquinos, aquí todos debemos tener un mismo norte para hacerle frente a la violencia. Espero que este suceso sirva para que el país entre en un profundo proceso de reflexión, por el bien y la tranquilidad de todos los venezolanos. Yo no pierdo la esperanza. Yo soy venezolano.

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