El miedo es una emoción paralizante y estoy negado a la idea de
pensar que los venezolanos hemos aceptado vivir con miedo, que somos
espectadores resignados, meros receptores de ese miedo.
El pasado 7 de enero amanecimos conmocionados por la muerte de una
venezolana que tuvo la virtud de entrar en los corazones de todas las
familias de nuestro país. Mónica Spear y su esposo le pusieron nombre y
apellido a la situación que viven miles de madres, hermanos, esposas e
hijos que han perdido a sus seres queridos producto de la violencia. Ese
7 de enero se le vio la cara a la enorme crisis ética, de valores
morales y derechos humanos, que tenemos en el país. Sólo el año pasado
fueron asesinadas 25.000 personas. La situación de inseguridad y
violencia en nuestra Venezuela se ha convertido en una emergencia.
Por
eso, este miércoles participamos en una reunión convocada por el
gobierno en el Palacio de Miraflores entre gobernadores, alcaldes y el
gobierno nacional, para tratar un tema que es sensible a todos los
venezolanos. Nosotros fuimos con la mayor transparencia y con el gran
deseo de que este acercamiento sirva para darle seguridad a nuestro
pueblo, porque ese es el objetivo que nos quita el sueño. Y sólo el
tiempo dirá si la reunión traerá soluciones al problema de la
inseguridad o quedará en un simple show de televisión.
De nuestra parte siempre estaremos abiertos a dialogar y a trabajar
con quien sea e ir a donde sea para lograr darle seguridad a nuestro
país. Nadie es ajeno a la violencia que estamos viviendo en Venezuela en
este momento. Cuando ocurre un acto delictivo quien incurre en él no
pregunta si eres de un partido u otro, si piensas de una manera u otra, y
tampoco distingue entre si tienes plata o no, pues nuestro pueblo más
humilde padece tanto o más que quienes tienen recursos.
Ahora bien, nosotros no negociamos ni nos vamos a prestar para que el
gobierno convocando reuniones se lave las manos con este problema grave
de inseguridad y violencia que tenemos en el país. El gobierno tiene
que asumir su responsabilidad y dar respuestas. Porque no es cierto que
el pueblo tiene responsabilidad en este problema, ciertamente como
sociedad debemos tener conciencia de paz y actuar pacíficamente por el
bienestar de todos, pero el responsable de garantizarle la seguridad a
nuestro pueblo es el gobierno.
Porque si Maduro llama a una reunión en la que se convoca a
gobernadores y alcaldes para tratar un problema tan delicado como la
seguridad de nuestro país, y luego se marcha para un acto de celebración
del aniversario la revolución cubana, en vez de quedarse escuchando lo
que las autoridades regionales y municipales convocadas tenían que decir
sobre el tema, demuestra el nivel de importancia que le da.
Si el problema les pasó por encima, entonces tendrá que venir otro
gobierno a solucionarlo. Deben sincerarse, porque este problema se le
desbordó al gobierno.
Este gobierno lleva 15 años en el poder y más de 20 planes para
combatir la inseguridad que han fracasado. Las cárceles están llenas de
jóvenes, que cuando inició este gobierno apenas eran unos niños. No
pueden seguir buscando culpables en las sombras del pasado, ni en los
partidos políticos, ni en los medios de comunicación que informan lo que
está sucediendo, porque este es un problema de este gobierno. Se
requieren hechos inmediatos y no un show de televisión para dar
sensación que se está haciendo lago.
Nosotros, desde que iniciamos la gestión, hemos hablado de la
importancia de fortalecer la educación para combatir la inseguridad,
porque es la educación el escudo contra la pobreza, es la educación el
camino para que nuestros niños de hoy tengan la formación necesaria que
les permita tener un futuro mejor, de progreso, alejado de la
delincuencia.
Por esa razón, yo me pregunto: ¿dónde estaba la ministra de educación
el día miércoles? Ella debió estar allí. Esa reunión debió haber estado
presidida no sólo por el Ministro de Interior y Justicia, sino por
representantes de otras instancias como el Tribunal Supremo, la Fiscalía
y el del Sistema Penitenciario, quienes también tienen responsabilidad
en la solución del problema.
La inseguridad en Venezuela es una responsabilidad de todos. Nosotros
tenemos toda la disposición pero nosotros somos uno, frente a todo el
poder que tiene el estado. El gobierno tiene que asumir su
responsabilidad, porque sólo con retórica no se resolverá el problema.
Hace falta tener la voluntad política.
Por eso, tenemos que dejar de lado las profundas diferencias que
tenemos y unirnos como un solo bloque. Nosotros no tenemos prejuicios ni
complejos y podemos sentarnos a dialogar con toda la transparencia,
porque lo que realmente nos interesa es garantizar la seguridad de
nuestro pueblo de Miranda y de todas Venezuela.
No
tiene sentido que el problema de la inseguridad nos divida en medio de
críticas de si estuvo bien ir o no la reunión. Antes de ser convocada yo
le propuse a Maduro hacer a un lado las profundas diferencias que nos
separan para encontrarle solución a un problema que ha enlutado a muchas
familias venezolanas. Yo acepto todas las críticas que nos hagan, pero
les digo algo: las criticas sin propuestas no son válidas.
He tenido la oportunidad de recorrer el país palmo a palmo y me
resisto a creer que el miedo y la zozobra como política de Estado es lo
que queremos para nuestro futuro. Venezuela está viviendo en una cultura
de guerra y cada uno de nosotros debe prepararse para el diálogo, la
comprensión y la conciliación, en lugar de imponer la violencia.
Entendamos que cuando se trata de vidas humanas, que es lo más
valioso, no podemos ser mezquinos, aquí todos debemos tener un mismo
norte para hacerle frente a la violencia. Espero que este suceso sirva
para que el país entre en un profundo proceso de reflexión, por el bien y
la tranquilidad de todos los venezolanos. Yo no pierdo la esperanza. Yo
soy venezolano.
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