La nuestra es una lucha por la verdad y el gobierno nacional cada vez se
enreda más en sus mentiras. Ya les resulta imposible sostener una red
de falsedades sobre las cuales han decidido fundar su manera de hacer
política. El partido de gobierno inventa, inventa e inventa y es el
mismo pueblo quien lo refuta, lo deja en evidencia y lo castiga.
Muchas veces intentaron ponerse con
excusa para la violencia una frase bendita: “Con la verdad no ofendo ni
temo”, y ahora que las circunstancias no les permiten ni siquiera
decirla les toca enfrentarse a un pueblo pacífico pero sin miedo. Un
pueblo que sabe cuál es la verdad. Un pueblo que nos acompaña en este
camino, porque nosotros lo que queremos es que triunfe la verdad.
Nicolás y el resto de su equipo, en buena
medida reciclado, han decidido utilizar todo el aparato del Estado,
todos los medios y el dinero del Estado, para mentirle al país. Lo que
no esperaban era conseguirse a un pueblo despierto que no va a
acompañarlo en sus mentiras. Nosotros queremos un país donde las
responsabilidades que se asuman con la gente se cumplan y no se repitan
una y otra vez hasta convertirlo en retórica politiquera. Nosotros
queremos un país de paz, de diálogo y de entendimiento, pero para eso es
necesario un cambio y Nicolás le ha dado las responsabilidades vitales
del país a quienes ya le han fallado. Nosotros queremos un país donde se
planifique y se pueda seguir paso a paso la evolución de la calidad de
vida, pero los enchufados llaman a la violencia, a la división y al
conflicto para distraer a la opinión pública de lo que pasa en realidad:
que no pudieron, que son los ineficaces de siempre, que a ellos no les
interesa que el país salga adelante.
Y por eso no les interesa que se sepa la verdad, sino inocular su mentira.
Ellos saben que los venezolanos no
permitirán que sus derechos sean vulnerados. Ya estamos hartos de su
ventajismo y eso ha quedado reflejado en el voto. Los derechos de los
venezolanos no se negocian y nosotros estamos aquí para defender los de
cada uno, porque quienes votaron por el partido de gobierno también
merece que su voto sea considerado como parte de la solución a la crisis
política en la que el PSUV insiste mantener hundido al país.
Nosotros no nos vamos a dejar amenazar
por un gobierno ilegítimo que ya no tiene ningún liderazgo y tiene que
apelar al miedo y al abuso de poder para mantenerse en un puesto.
Nosotros no tenemos miedo. Es imposible temerle a quienes se han quedado
sin pueblo. Puede que mantengan secuestradas a las instituciones —o que
eso crean— y que insistan en mentirle a nuestras Fuerzas Armadas —o que
eso crean—, pero en cada lugar del país hay gente que quiere tener un
mejor futuro y eso quedó evidenciado en la imposibilidad de Nicolás para
hacer algo con lo que le heredaron. La herencia que le dieron la
derrochó y ahora, que le toca gobernar, no sabe cómo hacerlo y entonces
sigue gritándole al viento.
Por otra parte, le reiteramos al Consejo
Nacional Electoral que no aceptamos una auditoría chimba. Que el país
quiere respuestas. Ya el país entero pudo ver quiénes son los enchufados
y cuáles son los intereses que defienden. Se le mintió al país, se le
ofreció un proceso de auditoría con completo acceso a la información y
eso no ha sucedido. Le decimos al mundo y al país tenemos unos
funcionarios que no están actuando para conocer la verdad sino para
beneficiar al partido del gobierno.
Como no hay respuestas, impugnaremos las
elecciones ante el Tribunal Supremo de Justicia, llevaremos adelante
acciones concretas que pongan en evidencia la verdad. La que ustedes y
nosotros conocemos. La que el gobierno insiste en ocultar.
Hoy todo el país sabe cómo el desespero
los llevó a utilizar los medios de comunicación combinados con la
agresión y el vejamen para vengar el respaldo popular que perdieron.
Incluso, tienen el atrevimiento de
responsabilizar a los trabajadores honestos por la ineficiencia de los
gerentes paracaidistas que están en los puestos importantes de nuestras
empresas públicas por ser leales a un partido y no por saber lo que hay
que hacer. O peor aún: se lo adjudican a la tristeza de sus militantes o
a la confusión del pueblo que han estado defraudando sistemáticamente
durante años. ¿Cómo se puede ser tan irresponsable para referirse así a
una tristeza que convirtieron irresponsablemente en bandera política?
¿Cómo se puede tratar a quienes confiaron en ellos alguna vez de una
manera tan irrespetuosa, en lugar de reconocer que fracasaron?
Los problemas del sector eléctrico no son
culpa de los trabajadores de Corpoelec, ni de sabotajes ni de iguanas:
es culpa de la ineficiencia de este gobierno. Los problemas de nuestras
empresas básicas no son culpa de los obreros: es culpa de las mafias que
han dejado que crezcan en torno a ellas porque están metidos en eso
hasta las narices. Los problemas en CANTVA, el Metro de Caracas y otras
dependencias del gobierno no son culpa de quienes cada día intentan
resolver la manera de mantener los servicios, sino de la cantidad de
personas que han llegado a los puestos siendo de los peores en sus
sectores y convertidos en jefes por obra y gracia de un buen enchufe. Y
eso lo saben ustedes así como lo sabe cada uno de los trabajadores. Aquí
ya le acabó la capacidad de maniobra a sus mentiras.
Nosotros, por nuestra parte, decimos a
los venezolanos que usemos todos los medios que tengamos a nuestro
alcance para hacer que triunfe la verdad por encima de la mentira.
Nosotros estamos del lado de la paz y nadie nos sacará de ese camino. No
tenemos el dinero que tienen ellos, pero tenemos la conciencia limpia y
la fuerza de la razón. Esas cadenas que meten los enchufados para
tratar de evitar que los venezolanos escuchen lo que nosotros tenemos
qué decir no son otra cosa que miedo.
No vamos a lavarle el rostro a quien
tiene que darle respuesta al pueblo. Vamos a exigir el cumplimiento de
las leyes porque hoy no le estamos mendigando al CNE, estamos exigiendo
que se respeten nuestros derechos.
Todas nuestras acciones serán dentro del
marco de la Constitución. Y debemos estar alertas para denunciar la
mentira y defender la verdad. ¿Por qué tienen miedo de que nos escuchen
sus militantes? Porque saben que hablamos con la verdad.
¿Por qué tienen tanto miedo a que se haga
una auditoría como debe hacerse? Porque se dieron cuenta de que ésta ya
no es la lucha de Henrique Capriles, sino la de millones de
venezolanos. Esta es la lucha por la verdad.
Exigimos al gobierno que cese la
persecución a los empleados públicos. Y a ustedes, hermanos funcionarios
que a lo mejor tienen que leer esto escondidos o porque alguien se los
mande, les digo algo: sepan que no los vamos a dejar solos. Estos casos
de amedrentamiento, chantaje y revanchas en contra de los trabajadores
no quedarán impunes y tendrán que verse en lo contencioso
administrativo, ¡porque en Venezuela habrá justicia muy pronto!
¡Que Dios bendiga a Venezuela!