jueves, 29 de octubre de 2015

"Colores de la Unidad"




Gran participación ayer miércoles 28 de Octubre en Caurimare, El Cafetal. Los colores de la #Unidad presente, seguimos demostrando que juntos somos indetenibles y que vamos a poder lograr el cambio que merece #Venezuela éste 6 de diciembre.


domingo, 25 de octubre de 2015

“Polarizados”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

El título de esta nota no se refiere solamente a los venezolanos que se encuentran en extremos opuestos de la circunstancia política, sin posibilidad de ubicarse en un sano centro de encuentro. En realidad es un juego de palabras y una manera de referirnos al rol que la cumpleañera Empresas Polar juega en la vida del país.

Los 75 años de este grupo empresarial lo encuentran lamentablemente en el ojo del huracán de una disputa política absurda e innecesaria, ya que se trata del mayor fabricante de alimentos del país, el cual debería esta ajeno a todo esto y enfocado en la importante labor que desempeñan.

Sin embargo, pareciera que la vorágine de la hiperpolitización que engulle al país atrajera todo hacia ese torbellino, sin posibilidad alguna de escape.

Entre finales de los años 30 y principios de los 40, los Mendoza sentaron las bases para convertir una antigua y pequeña compañía familiar de fábrica de velas y jabones en una compañía cervecera, tomando un riesgo para la época, importando maquinaria y abriendo las puertas a personal calificado que venía huyendo de la negra nube de guerra que ya amenazaba claramente a Europa. En Venezuela, mientras tanto, recién se despertaba de la larga noche del gomecismo.

Quizá el mayor aporte del conglomerado empresarial a la venezolanidad, haya sido la industrialización de la Harina pan, con lo cual se cotidianizó y masíficó el consumo de la arepa.

Pensemos en lo que era la realización de esa emblemática comida nacional hace poco más de medio siglo: había que pilar el maíz, una labor engorrosa que fue sustituida por la harina industrializada y que dio un vuelco al día a día de los venezolanos a partir de 1960.

Contribuciones de este calibre, son las que un país necesita. Que el empresario esté enfocado en su productividad, entendida esta como la generación de ideas para el bienestar colectivo. Y por supuesto, su implementación en la práctica.

Las plantas de Polar se han multiplicado por todo el país en estas décadas, hasta llegar hoy a un total de 28, que brindan empleo estable a miles de venezolanos. Amén de haberse creado la Fundación Empresas Polar, que cumple con el rol de responsabilidad social empresarial al apoyar la cultura nacional en muchas de sus variantes.

También es una iniciativa referencial del conglomerado, el haber creado en los terrenos donde había funcionado la primera planta de la empresa, ya desaparecida, fue construido el Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (Cania), institución se especializa en el manejo interdisciplinario de la malnutrición infantil.

Los alimentos y bebidas bajo el paraguas de la marca se han diversificado, contando todos con la aceptación de los consumidores, e incluso trascendiendo nuestras fronteras, llevando muy lejos productos que nos identifican con un indiscutible sello venezolano.

Hablamos entonces, de una iniciativa particular con capital privado, que ha crecido y se ha mantenido en el tiempo, con la misión de proveer alimentos a la ciudadanía, amén de la creación de empleo y de la responsabilidad social que se deriva de su acción y actuación en el universo nacional.

Esto es el deber ser del empresariado y en este sentido estimamos que ha cumplido su rol y por ello es un interlocutor válido en la etapa compleja que actualmente vive Venezuela. Saben cómo producir en nuestro país, padecen las limitaciones del momento actual y sin duda deben tener respuestas para su superación.

La sinergia entre gobierno y empresa privada es el deber ser de una sociedad, pueden y deben coexistir pacíficamente, cada uno cumpliendo un rol distinto, porque tiene tareas específicas –pero complementarias- dentro del hábitat de una nación.

La invasión de las ocupaciones de uno por el otro, trae distorsiones que a la larga terminan por afectar a la gente, y eso es lamentable. El momento que atravesamos exige madurez de parte de todos, y específicamente abrir las voluntades hacia posibilidades de colaboración que muevan las energías nacionales en una misma línea y con objetivos conjuntos. Ninguno de los problemas nacionales puede ser resuelto por nadie en solitario.

Por ello, nos permitimos imaginarnos un diálogo constructivo, en el cual ambas partes se escuchen y salgan beneficiadas. Porque no se trata solamente de aliviar la tensión que se respira actualmente en la atmósfera cotidiana; sino también de aportar a la válvula de escape que todos los ciudadanos que apostamos a la paz estamos buscando. Y que a todos nos haría tanto bien.

Esperemos pues, que la convivencia y colaboración entre el gobierno nacional y Empresas Polar sea lo que marque el futuro y que ambas partes se puedan dedicar a producir, como nos conviene a todos, como es necesario para el bien del país.



domingo, 18 de octubre de 2015

“El si mágico”

David Uzcátegui

@DavidUzcategui

Me explicaba días atrás un amigo que es actor de teatro, cómo se aborda la creación de un personaje. “Yo no soy Romeo, pero ¿y si lo fuera?” Los creadores de las artes escénicas llaman a esto “el si mágico”, una propuesta a su propio subconsciente que hace que tomen como realidad una situación que es ficticia.

Me gustó ese ejercicio, y aplicándolo en mi ámbito de acción, me dije a mí mismo: “El país no va por el rumbo que queremos, son muchas las cosas que hay que corregir. Pero, ¿qué pasaría si las corregimos?”

Y ciertamente, la respuesta parece magia. Si enfocamos nuestra atención en lo que podría o debería ser, nos llenamos de una energía especial, de un ánimo y de un entusiasmo que es el que estamos necesitando en este momento. Y que, sin duda es el que nos llevará a lograr todas las cosas que deseamos y necesitamos para nuestro país.

Imaginemos que un buen día nos levantamos y conseguimos en las noticias que tenemos un gobierno que comienza a hacer las cosas en la dirección necesaria para nuestro crecimiento y progreso, para nuestra paz y consolidación como nación productiva y como un espacio para que sus hijos echen raíces que darán frutos valiosos.

La primera pregunta es: ¿y si se dejara de perseguir a la iniciativa privada? ¿Qué pasaría? Pues sencillamente, que florecería el empleo bien remunerado, que el Estado se quitaría de las espaldas el fardo de una enorme nómina de empleados  públicos que pasarían a conseguir empleos en la empresa particular, que serían bien remunerados y que se identificarían con la entidad para la cual laboran.

En nuestro ejercicio de imaginación sobre qué sucedería si ese país existiera, también el gobierno invitaría a la banca –tanto pública como privada- a abrir carteras crediticias para el fomento de la iniciativa particular. Los resultados se verían en la satisfacción de trabajador venezolano, no solamente en su remuneración, sino también en su ánimo.

También incluimos en este paso imaginario, el otorgamiento de microcréditos al pequeño comerciante, para que el venezolano emprendedor sienta el gusto de empoderarse, de generar su propio empleo y como consecuencia, propiciarlo para terceros.

Y muy importante, el turismo sería piedra angular de este desarrollo empresarial, aprovechando las imbatibles ventajas naturales de nuestro país y poniendo atención en formar adecuadamente a venezolanos que atiendan al visitante.

El siguiente paso, sería levantar el control de cambio. Se acabaría el mercado negro, se dejaría de especular con nuestra moneda, los precios se igualarían con los del resto del mundo y eso exterminaría fulminantemente tanto al bachaqueo como al contrabando de extracción.

Pero también los sueldos y salarios se promediarían con los del resto del mundo y ello otorgaría un poder adquisitivo más sólido al venezolano. Adicionalmente, las empresas extranjeras que opten por invertir en Venezuela, podrían expatriar libremente sus ganancias, lo cual crearía un círculo virtuoso: ese dinero sale; pero por la confianza generada, va a entrar mucho más.

Luego, se eliminarían y revertirían las expropiaciones. Empresas y tierras que actualmente están improductivas en manos del gobierno, regresarían a manos particulares y empezarían a producir. Se atraerían más inversiones, tanto nacionales como extranjeras, al regresar a un marco jurídico que otorgue confianza y seguridad a la libre empresa y finalmente el Estado venezolano se desharía de empresas que terminan constituyendo un lastre, para enfocarse en las actividades que realmente son medulares para cualquier gobierno.

En este orden de ideas, también se eliminaría el subsidio a la gasolina, que tiene las cuentas del país en rojo. Se sinceraría el precio, que sería lógico y pagadero por el venezolano que estaría ya para ese entonces justamente remunerado. Y se mantendrían ayudas a sectores medulares, como el transporte público.

Y se vigilarían concienzudamente las cuentas de la nación para que no se vuelvan a desequilibrar. El primer paso para evitar problemas de este tipo, sería eliminar las donaciones al exterior y los llamados intercambios de quienes nadie lleva una cuenta precisa. Nuestras riquezas exportadas deben ser pagadas en moneda dura, y con transacciones transparentes, a los ojos de todos los venezolanos.

Sabemos que nada de esto es así y que nos falta mucho para llegar a ese país ideal. Es enorme el trabajo que hay que hacer. Pero el preguntarnos a nosotros mismos ¿y si fuera así? nos llena del entusiasmo y el ánimo necesario para meterle el hombro a tantas metas.

domingo, 11 de octubre de 2015

Bajado a "Trumpazos"

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

En las últimas semanas, dos hombres de estilos muy distintos, han ocupado los principales titulares de los medios de comunicación estadounidenses, y por consecuencia, de la opinión pública internacional.

Se trata del Papa Francisco y de Donald Trump, precandidato republicano a la presidencia de EEUU para las elecciones de 2016.

Trump nació en el distrito neoyorkino de Queens, el 14 de junio de 1946; es un ejecutivo, político, empresario y millonario de Estados Unidos. Es el presidente de la Trump Organization y fundador de Trump Entertainment Resorts. Fue el presentador del espacio televisivo El Aprendiz hasta 2015. Tiene una fortuna de varios miles de millones de dólares.

Por su parte, Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio Sívori, nació en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936 y es el actual Papa de la Iglesia católica. Conocido por su humildad, su adhesión a la opción preferencial por los pobres, Francisco muestra gestos indicativos de sencillez.

Vistos los dos perfiles tan distintos de estas dos personalidades, no es de extrañar que sus posiciones hayan chocado.

Trump siempre ha tenido interés en la política y en el pasado apoyó tanto a candidatos republicanos como demócratas. También comenzó a tener devaneos con la posibilidad de lanzarse él mismo a un cargo de elección popular. Estuvo muy cerca de pelear por la alcaldía de Nueva York y en ocasiones anteriores se especuló seriamente con su lanzamiento a la presidencia de la nación norteña.

Ahora, cuando es un hecho su aspiración a la candidatura republicana para la máxima magistratura, sus apariciones públicas han levantado una polémica enorme. Nos referimos a sus duras palabras hacia los mexicanos indocumentados y las afirmaciones que hizo respecto a expulsarlos y construir un muro en la frontera con sus vecinos –que debería pagar el mismo México-.

Han sido tan estruendosos los despropósitos verbales del magnate, que la única explicación es pensar que lo está haciendo adrede, aconsejado por sus asesores, para ganar centimetraje en la prensa.  Sus destempladas afirmaciones no son nada más políticamente incorrectas, sino también inviables desde el punto de vista práctico.

Una de las razones por las cuales se recibió tan positivamente la vista de Francisco en EEUU –y no una de las razones más importantes- fue porque alguien le robaría por fin el protagonismo de los titulares a Trump, quien, no se puede negar, ha maniobrado con sobrada astucia para mantenerse en la cresta de la ola. Ya lo ético es otra cosa.

Sin embargo, el precandidato no se dejó poner contra las cuerdas por mucho tiempo y como era de esperarse, atacó de nuevo.  Y así fue como arremetió contra las declaraciones del Papa a su llegada a territorio estadounidense.

Trump de entrada, catalogó de “bonitas”, las palabras del sumo pontífice en el congreso estadounidense; pero se mostró en desacuerdo con lo expresado por Francisco en los temas de la inmigración y el cambio climático.

Especialmente en el primero de estos asuntos, son obvias las diferencias abismales en las posiciones de estos dos importantes personajes. El primer Papa latinoamericano a su llegada a territorio norteamericano instó a los ciudadanos estadounidenses a no tener miedo a la llegada de los inmigrantes a su país; con lo cual ha contradicho lo que ha sido hasta ahora la bandera que ha permitido a Trump aglutinar seguidores y provocar a sus adversarios, pero siempre manteniéndose en el candelero.

Asimismo, el magnate dijo que está en desacuerdo con las declaraciones del Papa en cuanto al asunto del cambio climático, donde Francisco llamó a las naciones del mundo a abordar seriamente este problema y a cooperar para proteger el medio ambiente.

Sobre este tema, el empresario afirmó: “Se llaman cambios de tiempo: tenemos tormenta, tenemos lluvia, así como días bonitos”, mostrando su desacuerdo con lo expresado por el sumo pontífice. El precandidato cree que las políticas de reducción de las emisiones de CO2 “pondrían en peligro puestos de trabajo”, así como a “la clase media y la clase baja”.

Trump genera grandes desacuerdos, ya lo hemos dicho. Hay quienes lo defienden por haber sido un hombre creador de riqueza, generador de empleos. Un “self made man” u hombre que se hizo a sí mismo, según la tradición estadounidense.

Sin embargo, Francisco ha logrado un enorme impacto en la gente por su manera humana y sencilla de abordar el pontificado. Ha traído sensibilidad y apertura a la iglesia católica, y su periplo por Cuba, Nueva York y Washington lo ha erigido no solamente como una figura espiritual, sino también como un verdadero líder político, aprovechando sabiamente el peso específico del Vaticano.

Un pulso entre dos hombres sumamente importantes del mundo actual. Pero el factor humano debe ser el foco y el objetivo y el Papa Francisco le ha dado una gran lección.

domingo, 4 de octubre de 2015

“Tiempos de predicciones”

David Uzcátegui
@DavidUzcategui

Cuando entramos en el último trimestre del año, se activan las predicciones de lo que está por venir en el lapso de 365 días que está cercano a comenzar. Desde los esotéricos hasta los económicos, los vaticinios son tema de titulares y de conversaciones en la recta final que expira el último día de diciembre.

Y nos anotamos entre quienes observan con inquietud la economía, que para muchos ha entrado en una “tormenta perfecta” alimentada de errores internos de administración gubernamental, junto a la nunca suficientemente analizada caída de los precios petroleros.

Eso de “predecir” se le da mejor a quienes poseen una bola de cristal o implementos similares; pero sin duda, se pueden deducir los escenarios del futuro inmediato al observar situaciones actuales.

Llevar la línea de inflación se convierte en algo difícil, porque el Banco Central de Venezuela no publica este indicador desde el pasado diciembre. Y sucede lo que siempre debe suceder cuando nos faltan elementos informativos: el vacío se llena de dudas, de suposiciones, de rumores. Algo que no es sano.

Incluso, en un episodio tragicómico, apareció en twitter una cuenta denominada “Huevo Today”, suerte de sátira –mitad en serio, mitad en broma- del controversial Dólar Today. Y la intención es medir el aumento de los precios monitoreando el valor diario del cartón de huevos en distintas ciudades del país. Algo así como lo que hacen los economistas serios al comparar el precio de la hamburguesa Big Mac en distintos países, en lo que se ha dado en llamar el “Mac Dólar”. Monitorear el cartón de huevos es una opción bastante más rústica; pero a falta de pan, buenas son tortas.

Si nos vamos a otros cálculos extraoficiales –aunque más serios-, el Fondo Monetario Internacional estima en 95% el cierre de la inflación para 2015. ¿Es mucho, es poco, es acertado? En todo caso es un organismo que maneja el tema y que se aventura a hacer una proyección con base en su experiencia. Pero jamás podrá suplir las cifras ausentes del BCV, las únicas que pueden confirmarlo o desmentirlo.

Volviendo otra vez a la llamada “tormenta perfecta”, hay que agregar el escenario de la sobreoferta de petróleo en el mercado internacional, que se cruza con la desaceleración del crecimiento en China, factores sobre los cuales los analistas tienen los ojos puestos.

En esta situación es cuando lamentamos seguir siendo un país “monoproductor y monoexportador”, como bien nos enseñaron de niños en las escuelas, porque esta situación tiene muchos años, aunque se haya agudizado en los últimos tiempos.

Ya es tarde para saltar del barco de la dependencia petrolera, porque eso lleva tiempo y estamos contra reloj de cara a los urgentes problemas nacionales. Sin embargo, discrepamos de quienes aseveran que el gobierno no sabe lo que hace. La ruta que seguimos es una decisión tomada conscientemente, y tiene que ver con evitar el costo político de sincerar la apretada situación que hoy angustia a los venezolanos. Lamentablemente, esto no es una solución, sino una corrida de arruga.

Sin embargo, el satanizado FMI también asegura que la inflación bajará en 2016, algo que nos traería alivio a todos; pero que, de nuevo, constituye simplemente un pulso que solamente confrontaremos cuando hayamos navegado esas aguas.

Justamente es la misma institución la que advierte que sus proyecciones sobre Venezuela deben ser tomadas con cautela, pues existen distorsiones que son generadas por los cambios múltiples de la moneda y la creciente inflación. Esta última, por cierto, ya es de entrada la más elevada de la región y probablemente llegue a ser la más alta del planeta, aunque no tengamos la cifra exacta.

También se habla insistentemente del default o posible cesación de pagos de los compromisos económicos externos del gobierno. Respecto a esto, sí sería mejor tomar una bola de cristal, porque parecemos estar en un delicado equilibrio: la actual administración ha demostrado la voluntad de honrar dicho pagos; pero el embudo se hace cada vez más estrecho. Otra incógnita que no se dilucidará hasta que crucemos el río.

Parece cada vez más imperiosa la sinceración del precio de los combustibles que el mismo Ejecutivo puso en el tapete en meses pasados. Pero la vorágine noticiosa lo devoró sin que hubiera mayores intentos de reflotarlo.

Eso para no hablar de la urgente y necesaria revisión del sistema cambiario y de los controles de precios que general las distorsiones mencionadas previamente. Y en general, no se ve ya a estas alturas, forma alguna de escapar a una contracción del PIB superior al 7% estimada para el año que termina.

En definitiva, no vamos bien y el gobierno sin duda conoce las formas de salir de este remolino. Es su decisión aplicarlas o no para dar un golpe de timón en 2016.