lunes, 26 de enero de 2015

"A Dios rogando…"

Por David Uzcátegui  
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui

De la muy esperada rendición de cuentas del presidente Nicolás Maduro ante la Asamblea Nacional, destacó una frase que corrió inmediatamente por las redes sociales: “Dios proveerá”. Como dice el refrán, muchos se acuerdan de Santa Bárbara solamente cuando llueve. Y mal podemos criticar quienes somos personas de fe, el entregar una situación extrema en manos del Creador.
Sin embargo, la muy citada frase nos sirve pare entrar a diseccionar la encrucijada en la cual nos encontramos. Si el proveedor, en medio de este revés histórico de la economía va a ser Dios, eso significa que no lo serán ni los rusos, ni los chinos, ni mucho menos la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
El silencio también habla, y ante el llamado de Venezuela al cartel petrolero, no se han obtenido declaraciones favorables. Más bien un vacío ha sido la respuesta. El cabildeo de las autoridades criollas tenía como destino un fracaso anunciado, ya que de antemano, naciones como Arabia Saudita habían dicho que habría que acostumbrarse a los precios bajos del petróleo.
Tristemente, hay que asumir que Venezuela es un país con mucha menor influencia de lo imaginado en este asunto. Por más de una década se nos ha vendido la idea de que el chavismo condicionó el mercado petrolero mundial. Pero la realidad es muy distinta. Simplemente corrieron en la dirección del viento y eso ayudó. Y hasta pareció que el viento obedecía a los designios venezolanos.
La abultada alza de los precios petroleros de mediados de la década pasada, obedeció a una serie de factores geopolíticos que favorecieron a nuestra nación como efecto colateral, pero estábamos muy lejos de ser los dueños del circo. Y eso ha quedado demostrado en el revés actual.
¿Quedan cosas por hacer? Sí, muchas. Primeramente, asumir que una vez más no seguimos el casi centenario consejo de Arturo Uslar Pietri: sembrar el petróleo. Y pagar homenaje tardío a Juan Pablo Pérez Alfonzo, quien señalara al mal utilizado recurso como “el excremento del diablo”, por las distorsiones que crea en nuestra economía.
Luego, es llamativa una de las declaraciones ofrecidas por el presidente Maduro en su gira, cuando ofreció llenar de alimentos venezolanos a naciones de tierras desérticas. Ciertamente, nos podemos jactar de esa capacidad; pero evidentemente antes hay que cubrir sobradamente las necesidades de los venezolanos que hoy pierden la paciencia en colas cuya existencia ya ha admitido el mismo gobierno.
Esto se traduce en una sola palabra: trabajar. Y trabajar mucho. Volverse hacia los productores venezolanos, a quienes se les dio la espalda en tiempos de bonanza petrolera, cuando se privilegió la importación, y abocarse a fortalecer el autoabastecimiento del país. Algo que muy bien podría coincidir con la llamada “soberanía alimentaria”, que por estos días no pasa de ser un lema, dada la obvia insuficiencia de alimentos en redes públicas y privadas.
Podemos pues contestar la invocación divina del primer mandatario con otra de igual tono, pero más responsable y efectiva. “A Dios rogando y con el mazo dando”. La providencia nos ayudará si nos encuentra trabajando. No dependemos de los chinos, ni de los rusos, ni de la OPEP, sino de nosotros mismos y de la buen Voluntad Divina, que ayuda a quienes hacen lo que tiene que hacer.
Vamos tarde, muy tarde…Pero siempre será mejor que nunca.
Foto: Agencia Reuters

"Discurso pirata"

El gobierno perdió la posibilidad esta semana no solo de hablarle claro y raspao a los venezolanos, sino de corregir los errores que originaron la crisis económica más dramática de la historia de nuestro país. Claro, pretender que Nicolás rectificaría, es como echar papas en un saco roto.
Y eso debe quedarnos claro a los venezolanos. Este gobierno no tiene ni la más remota idea de cómo solucionar la crisis económica que el mismo generó. Un gobierno responsable hubiese explicado al país cuáles serían las acciones para solucionar el problema de la escasez y con esto las largas colas que debe hacer nuestro pueblo, para comprar alimentos, productos de limpieza e higiene personal.
Los venezolanos queríamos escuchar cómo disminuirían la inflación y cuál sería la respuesta del gobierno frente a la caída de los precios del petróleo. Queríamos conocer el plan a ejecutar para la reactivación de la producción nacional. Queríamos saber qué haría el gobierno para disminuir las cifras de criminalidad. No olvidemos que nada más el año pasado cayeron 25.000 venezolanos producto de la violencia. En fin, queríamos conocer las medidas con las que el gobierno enfrentaría los problemas que atraviesa nuestro país, pero nada, un discurso pirata. Nada de lo que dijeron soluciona la dramática crisis económica, social y política de nuestra Venezuela.
Este gobierno no solo se sigue burlando de nuestro pueblo, sino que sigue subestimando la inteligencia de los venezolanos. Hablar de un aumento salarial de 15% a los trabajadores, cuando la inflación está por encima de 64%, y los pocos alimentos que se consiguen presentan una inflación de 93%, en 12 meses, es una burla.
Nos parece sumamente injusto que, en un país con las reservas petroleras más importantes del planeta, la propuesta para que nuestro pueblo recupere su poder adquisitivo sea un incremento de 25 bolívares diarios a su salario. Ese aumento en nada soluciona el problema de la familia venezolana. Cómo resuelve un venezolano su día con 25 bolívares, cuando eso no alcanza ni siquiera para un café. Aquí lo que tenemos que hacer los venezolanos es unirnos para exigir al gobierno una política anti inflacionaria seria y acorde con la situación tan difícil que atraviesa nuestro país.
Y aquí vuelvo a insistirles a los venezolanos que aún tiene alguna expectativa por ese proyecto, que es hora de que abran los ojos y no se dejen manipular. Ahí está, volvieron a devaluar nuestra moneda y ahora toca esperar a ver a cuánto. Lo inaudito es que dejaron el cambio a 6.30 bolívares por dólar para el grupo de enchufados. Es mentira que será para alimentos y medicinas.
Sí, el verdadero anuncio que realizó Nicolás esta semana fue para proteger al grupo de enchufados que recibe dólares a 6.30. Ellos son los únicos que salieron ilesos con estos anuncios, al mantenerse intacto el mayor antro de corrupción que ha existido en nuestra Venezuela y que es el responsable de asignar divisas a discreción. Claro, ¿cómo eliminarlo? Eso acabaría con los privilegios del grupo de enchufados que siguen sin rendirle cuentas al país de los más de 25.000 millones de dólares que se robaron a través de empresas de maletín.
Lo que aún no queda claro, al menos hasta el momento en el que escribo estas líneas, es a cuánto quedará la unificación del Sicad, que ahora llamaron el segundo mercado, y quiénes tendrán acceso a él. También deben aclarar cómo funcionará el tercer mercado. Lo que sí queda claro es que si nuestro pueblo no se une para impulsar un cambio, esto va para peor.
No olvidemos que las medidas que “anunció” Nicolás no generarán los 30.000 millones de dólares que hacen falta para la operatividad de nuestra Venezuela en este 2015. Este gobierno disfrutó de las mieles que dejó la bonanza petrolera más importante de la historia de nuestra Venezuela e irresponsablemente las despilfarró. Se acabó esa bonanza y quedamos no solo sin ahorros, sino endeudados.
Por si fuera poco, ahora vienen a decir que no pueden seguir “regalándole” a los venezolanos la gasolina. La gran pregunta que nos hacemos, quienes creemos en una Venezuela de progreso, es si dejarán de regalársela a intereses extranjeros. Este gobierno sigue lavándose las manos y culpando a otros de sus errores. El gobierno controla el 74% de toda la comercialización de productos básicos pero son “otros” los responsables de la escasez.
Ahora salieron con el disparate de que el sector privado es el responsable de la escasez de alimentos, porque se han dado a la tarea de esconder la comida. ¡Por favor! Ya nadie se come ese cuento. Y aquí es cuando quiero alertar a los venezolanos, a quienes les pido que no pisen los peines que pone este gobierno. ¿Qué es eso de llamar irresponsablemente al pueblo para tomar control de las distribuidoras de alimentos? La solución a la escasez no puede ser promover e institucionalizar los saqueos a los pocos inventarios que aún quedan en el país.
Este gobierno debe entender que la solución a la crisis económica de nuestra Venezuela pasa por corregir los errores y no por engañarse y repetir las mismas fórmulas fallidas y las mismas frases vacías. A nuestro pueblo le decimos que no tiene que acostumbrase a vivir en este caos y en medio de esta improvisación.
Es imposible que nuestra Venezuela salga adelante con Nicolás y sus amigos, por eso debemos unirnos más que nunca para impulsar los cambios necesarios para que este país, de una vez por todas, abra las puertas al futuro. Recordemos que este año tenemos una gran oportunidad para unirnos, organizarnos e impulsar los cambios. Ya somos 80% los que queremos un país distinto. Vamos Venezuela que juntos sí podemos, porque hoy más que nunca sobran razones para uirnos y juntos lograr el cambio. 

¡Que Dios bendiga a nuestro pueblo!

FUENTE: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2015/01/25/discurso-pirata/

miércoles, 21 de enero de 2015

"El verdadero enemigo"

Por David Uzcátegui  
Secretario Nacional de Asuntos Municipales Primero Justicia
@DavidUzcategui


Quienes usan con frecuencia el lenguaje belicista, suelen echar mano de la palabra “enemigo” con más frecuencia de la necesaria. Es un término que se usa muy a la ligera, y cuyo empleo muchas veces, más que contribuir a soluciones, termina por enrarecer aún más los ambientes y los problemas.
Creemos que es algo que sucede con mucha frecuencia en la Venezuela actual. El señalamiento de enemigos poco contribuye a resolver, y sí a complicar, las delicadas situaciones que atravesamos. Quizá más bien, en lugar de buscar culpables, toque enfocarse en identificar soluciones.
El ejemplo más pertinente en este momento, son la reiteradas colas que los consumidores se ven obligados a hacer en busca de artículos de primera necesidad. Desde el lado del gobierno, observamos una dicotomía: mientras unos funcionarios se sientan a hablar con otros factores de la vida nacional e intentan buscar soluciones; otros tantos prefieren endilgar responsabilidades a terceros en lugar de trabajar por soluciones.
Por supuesto que desde esta tribuna nos alineamos con los primeros. El trance que actualmente atraviesa la ciudadanía con este problema, obliga a conversar, a negociar y a solucionar, aunque haya que dejar de lado percepciones y matices. 
El bienestar de la gente es lo primero y eso es indiscutible.
Sobre la mesa de las soluciones, dejamos para ese sector gubernamental que está consciente del camino a seguir, algunas consideraciones.
Para nadie es un secreto que la mayoría de lo que consumimos es importado, lo cual nos obliga a abrir dos caminos de acción para poder salir adelante. El primero y más urgente es optimizar la operación del nuevo Centro de Comercio Exterior, Cencoex, para la aprobación expedita de divisas y su adecuada verificación para que su uso no sea desviado.
La segunda respuesta es sin dudarlo, volver a propiciar la producción nacional. El alza de los precios del petróleo –que ya quedó atrás- llevó a una perversa distorsión en la cual era más barato comprar cualquier cosa afuera que producirla aquí, lo cual contribuyó enormemente a la muerte del aparato productivo nacional. Es el momento de corregir esa anomalía, entre otras cosas porque no tenemos alternativa.
Desde aquí insistimos en el empuje que tiene el emprendedor venezolano. Hay gente que le apuesta al país y que busca oportunidades. Son los mismos que se han quedado produciendo en un entorno adverso que tiene que cambiar por el bien de todos y que han sabido salir adelante a pesar de no tenerlas todas con ellos.
Por otro lado, consideramos que se debe revertir la satanización del sector privado. Las naciones más prósperas ven trabajar mano a mano a funcionarios y empresarios para el bienestar de todos. Y el asunto alimentación es extremadamente medular y delicado como para dejarlo en manos de uno de los dos sectores exclusivamente.
El Estado debe operar como ente regulador y supervisor, y sin duda es interesante que presente sus propios mecanismos de distribución y venta al detal; pero él mismo debe limitar su participación en el mercado, para no incurrir en errores por un exceso de responsabilidad. Y paralelamente, la reglamentación al sector privado para proteger al consumidor, debe propiciar también el crecimiento del mismo, en una relación ganar-ganar.
De resto, no nos queda sino reiterar que el verdadero enemigo en este momento es salirnos de foco, caer en la trampa de la división, el buscar el culpable en lugar de encontrar respuestas.

lunes, 12 de enero de 2015

"Tiene que ser un año de cambio"

Cuando vemos que las medidas de este gobierno para la recuperación económica de nuestra Venezuela, en este 2015, son salir corriendo para ver si los chinos le prestan más dinero y visitar algunos países de la Opep, con la finalidad de persuadirlos, para tomar medidas que permitan que los precios del petróleo suban, queda claro que la irresponsabilidad y la improvisación son lo cotidiano y lo común.
¿Cuántas veces nos dijeron que el petróleo puede llegar a cero y nuestra nación estaba blindada? Ahora resulta que andan buscando dinero. ¿Cómo es eso? No se ponen de acuerdo para mentirle al pueblo. Un día dicen una cosa y después dicen otra mentira totalmente distinta. Por eso no tienen ningún tipo de credibilidad ante nuestro pueblo.
No terminan de entender que el tiempo se les acabó. El país quiere escuchar ya un plan con soluciones a la escasez, a la inflación y al caos económico, no gamelote, ni la burla de una supuesta guerra económica.
Ahora andan diciendo que consiguieron de China, un nuevo financiamiento por más de 20 mil millones de dólares. Que ningún venezolano se deje confundir por estos irresponsables. Ese financiamiento no significa el desembolso de dinero contante y sonante, para importar todo lo que nuestra Venezuela necesita.

Detrás de esos “acuerdos”, hay muchas letras pequeñas. Esos dólares no son recursos líquidos que se puedan utilizar para las importaciones de lo que se necesita con más urgencia: alimentos, medicinas, insumos para el campo y para la industria. Esos 20 mil millones de dólares “negociados” (de los que no nos muestran un solo documento firmado), se refieren a inversiones “posibles” en telecomunicaciones, aviones militares k8 o flotas de taxis.
Nuestro pueblo tiene que saber, además, que el gobierno no solo paga con petróleo esos financiamientos, comprometiendo nuestras divisas, necesarias para importar alimentos, medicinas, insumos médicos y repuestos, sino que muchos de los negocios que deben hacerse, al igual que las importaciones, deben ser con empresas chinas. Entonces, ¿quién o quiénes son los que ganan con esos acuerdos?
El gran déficit con el que el gobierno de Nicolás inició 2015, complicará más la situación. Durante estos últimos días, la escasez comenzó a sentirse con más fuerza en Caracas y se agrava en otros estados del país. ¿Quién es el responsable de esta situación? Los del gobierno. La crisis económica es el resultado de un modelo fracasado, corrupto e impuesto por quienes están en el poder en nuestro país. Se dedicaron a confiscar y expropiar tierras y empresas, destruyendo la producción nacional.
Ahora todo hay que importarlo y pagarlo en dólares que no hay, porque despilfarraron todos los recursos que ingresaron a nuestra Venezuela, producto de la bonanza petrolera, acabaron con la producción y, para colmo, se robaron los dólares.
Para solucionar esta crisis lo primero es reconocer la naturaleza del problema económico, que va más allá de los precios del petróleo. Nuestro país empezó a transitar por esta crisis mucho antes de la caída del crudo y un gobierno serio, cuya economía depende 96% de los ingresos petroleros, tomaría previsiones porque es imposible que los precios del crudo se mantengan constantemente, y por siempre, por encima de los 100 dólares el barril. Hoy, no solo dependemos más que nunca del petróleo, sino que no tenemos ahorros.
Pero son tan cínicos que con sus declaraciones para justificar lo injustificable, lo que hacen es subestimar la inteligencia de nuestro pueblo. La solución no es ocultar los problemas y censurarlos, es tomar acciones que den tranquilidad a los venezolanos.
Prometen normalizar el suministro de alimentos, pero la realidad es que las colas se multiplican a lo largo y ancho de nuestro país, y esto es solo una pequeña parte de la crisis que estamos viviendo, quizás la que más sentimos, porque se trata del día a día. Por eso nuestro pueblo comienza a desesperarse y se le agota la paciencia. Esperamos que no sea a eso a lo que están jugando desde el gobierno, para crear situaciones que solo los beneficiarían a ellos.
Es evidente que los venezolanos no tenemos ningún futuro con Nicolás en el poder, ha quedado demostrado no solo su poca capacidad para manejar el país, sino además su falta de voluntad para hacer los correctivos necesarios. Nuestro pueblo, sobre todo el que aún cree en ese proyecto, tiene que entender, que nuestra Venezuela no saldrá de la crisis con este gobierno, por eso hoy más que nunca debemos unirnos para impulsar el cambio.
2015 está obligado a ser un año de cambios y eso pasa por la unión y la organización de cada comunidad en nuestra Venezuela. No nos cansaremos de decir que este país tiene más futuro que pasado, tenemos más futuro que presente y por eso nos atrevemos a decirlo, porque tenemos la certeza de que juntos podemos construir una Venezuela de progreso y oportunidades para todos. 
¡Vamos Venezuela, que sí podemos, sobran razones para unirnos!

FUENTE: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2015/01/11/tiene-que-ser-un-ano-de-cambio/

lunes, 5 de enero de 2015

"Pese a los tiempos difíciles"

Si hay algo de lo que estoy completamente convencido, es que más temprano que tarde, los venezolanos veremos un amanecer distinto. Y con esta certeza es precisamente como quiero iniciar las letras de este primer domingo de 2015. No es mentira que éste se vislumbra como un año muy difícil, pero si nos unimos, solo unidos, podremos hacer frente a la crisis e impulsar los cambios necesarios para que esta hermosa patria, hija de Bolívar, sea el país de oportunidades y progreso con el que tanto soñamos y que merecemos.
Es muy probable que muchos venezolanos estén abrumados por el pesimismo y vean como remota esa posibilidad, a esos hermanos les recuerdo que durante estos últimos años, Miranda ha sido ejemplo y una muestra de que la Venezuela del progreso sí es posible.
Hoy en nuestro estado se habla de unión, de esfuerzo, de trabajo, de oportunidades, de paz, de educación, de productividad y de salud de calidad. En fin, se habla de progreso. Y se habla de progreso, porque a diferencia de Nicolás y su gobierno, a nosotros nos sobra voluntad. En nuestro estado no solo trabajamos con todos y para todos, sino que nosotros sí encabezamos un gobierno de calle de verdad.
Durante nuestros recorridos casa por casa, que hacemos a diario por las diferentes comunidades de nuestra entidad, además de escuchar sus problemas, junto a nuestro pueblo, buscamos las mejores soluciones a los mismos. Así lo hemos hecho y lo haremos siempre. No tenemos prejuicios ni complejos a la hora de escuchar y atender a los mirandinos.
Nosotros no andamos con distinciones ni división de ningún tipo, por el contrario, creemos que es importante la unión de las comunidades. Por eso es que lo repetimos, una y otra vez, nuestro pueblo debe unirse en torno a los problemas y a las dificultades que lo afectan. Solo una comunidad unida avanza y progresa. Y eso deben entenderlo y hacerlo todos.
Admitimos que en Miranda el camino no ha sido fácil, ha estado lleno de obstáculos y dificultades, porque nuestro estado no es inmune a la crisis política, económica y social que afecta a nuestro país. Sin embargo, esos obstáculos no nos amilanan, sino que nos llenan de más fuerza y de más bríos para sortearlos. ¿La recompensa? Ver un estado que trabaja hacia el progreso de nuestra Venezuela.
Lo primero que nos planteamos al llegar a este estado, fue la posibilidad de devolverle la institucionalidad, le dimos transparencia y recuperamos su credibilidad, conscientes de que solamente con instituciones sólidas y al servicio de los mirandinos se logra el desarrollo de nuestro pueblo.
Convencidos de esa necesidad, de buscar alternativas que permitieran a los mirandinos progresar, diseñamos planes orientados a ofrecer calidad de vida y bienestar a todos los mirandinos. ¡Y lo logramos! Se trata de programas sociales que ejecutamos sin privilegios, ni exclusiones, a través de una gestión transparente, eficiente, honesta, responsable, cercana al pueblo, optimista y con visión de futuro, para convertir a Miranda en el estado del progreso de nuestra Venezuela.
Son muchos los logros que podemos exhibir en las áreas de Educación, Salud, Seguridad, Vivienda e Infraestructura y Empleo. Los mirandinos lo saben, saben que hoy nuestros niños y adolescentes cuentan con una educación que cada día mejora más su calidad. Podemos decir, con orgullo y sin miedo a que nos tilden de presumidos, que Miranda es hoy el estado educativo de Venezuela, gracias a la construcción, recuperación y dotación de escuelas, al mejoramiento del rendimiento académico de los alumnos, así como de las condiciones laborales de nuestros docentes. Sabemos que falta mucho, pero el camino está definido, lo vamos recorriendo hasta llegar a la meta: educación de calidad para todos, que nadie se quede fuera de la escuela.
Durante 2014 entregamos tres nuevos planteles educativos. Dos en nuestros Valles del Tuy y uno en Barlovento. Con esas nuevas escuelas ya suman 46 las entregadas en estos seis años, sin mencionar que, pese a las dificultades para conseguir materiales de construcción como el cemento, y a la inflación, que convierte en sal y agua el presupuesto de nuestra entidad,  la construcción de las escuelas Nelson Mandela en Jardines de Betania en Charallave; y la Simón Díaz en Terrazas del Rodeo, no se han detenido. Esperamos entregarlas este 2015.
También podemos presumir de nuestra Red de Salud Francisco de Miranda, que construimos desde cero junto a nuestro pueblo, y que ya suma 72 centros de asistencia médica. Estos cuentan con tecnología de punta y con profesionales de la salud venezolanos, quienes han atendido de manera gratuita, más de 7 millones de pacientes. Solo en 2014, más de 1.500.000 de mirandinos fueron atendidos entre los Puestos de Pronto Socorro, los Centros de Especialidades Médico Odontológicas (Cemo) y nuestras Casas Amigas de la Salud. También entregamos 109.008 medicamentos a un total de 46.695 pacientes, a través del Plan Mi Remedio.
En el área de vivienda, durante 2014, 23.500 mirandinos mejoraron sus condiciones de habitabilidad, con la entrega de 7.000 Certificados de Materiales de Construcción Sin Deuda, en sus diferentes modalidades. Con Hambre Cero atendimos a unos 2.500 mirandinos en situación de pobreza extrema, quienes recibieron la Cesta Mirandina, con productos de la canasta alimentaria. A través de Desarrollo Económico Miranda, otorgamos 1.510 créditos a emprendedores, porque sabemos que la única manera de que nuestro estado progrese es apoyando la producción y al talento local.
Esto es solo un granito de arena, porque quisiéramos tener más recursos para hacer mucho más. Este 2015, seguiremos yendo a las comunidades de nuestro estado a solucionar y a resolver, porque estamos en Miranda para resolver problemas, otros vienen a sabotear la gestión. No le hagamos caso, el objetivo es que todos mejoremos y que nadie se quede atrás.
Desde Miranda hemos demostrado que sí existe un futuro mejor para todos. Eso mismo deseamos para nuestra Venezuela y lo alcanzaremos.
Nuestra nación es un país de enormes potencialidades, tenemos el mejor activo que un país pueda tener, que es su recurso humano y natural, solo falta un gobierno responsable y eficiente que impulse a nuestro pueblo a progresar. El gobierno debe ser el promotor del progreso de nuestro pueblo, no un gobierno controlador y que quiere ser el dueño de todo.
Este año voy a permitirme, nuevamente, pedirle a nuestro pueblo más que nunca unión, para impulsar el cambio. No olvidemos que en Miranda y en nuestra Venezuela, sobran razones para unirnos. A pesar de las grandes dificultades, vaya el mejor deseo para el Año Nuevo.

 ¡Que Dios bendiga a nuestro pueblo!

FUENTE: http://blog.henriquecaprilesradonski.com/2015/01/04/pese-a-los-tiempos-dificiles/